Tomar agua sin respirar

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Tercer intento: Tomando agua sin respirar

Después de aquellos dos días en los que fui más que un tarado, ir un tercer día y ver al conejito me había deprimido demasiado por lo que decidí en definitiva dejarle en paz, lo cual sencillamente me tenía más que distraído en todo ese día.

- ¡¡Minho, Cuidado!!

- ¡Auch! – grite al tiempo que la pelota de futbol americano pegaba directamente con mi nuca haciendo que cayera de boca hacía el pasto.

- Minho, ¿estás bien?

- Hey, Choi... Choi perdón.

- Minhooooooo~ - gritaron muchas voces chillonas a la vez, y entonces sentí muchos brazos tomarme de las mejillas, acariciarme y tratar de que reaccionara.

- Yah, chicas, chicas... déjenlo – escuche la voz de mi entrenador al tiempo que me tomaba de los hombros y me levantaba para ayudarme a sentar en la banca de juego – Hey Choi, ¿estás bien? – simplemente asentí y me sobe la nuca – vaya.... Ese Jimin tiene buen brazo – rio suavemente mientras me despeinaba – ve a las duchas y automáticamente ve a enfermería después para que te den unas pastillas y puedas irte a tu casa, ¿de acuerdo? – y de nuevo solo asentí mientras me ponía de pie y me dirigía hacia las regaderas.

Iba sobándome la nuca mientras alrededor de 15 chicas me preguntaban si estaba bien, si ocupaba algo, si necesitaba ir a alguna parte, si necesitaba respiración de boca a boca; sinceramente ante lo último únicamente solté una suave carcajada y llegando a la entrada de las duchas me detuve, hice una reverencia a cada una y les agradecí su preocupación pero también les pedí que fueran a clase, no deseaba que el decano me llamará la atención porque nuevamente había hecho que las chicas bajaran de calificaciones por fugarse de clases con tal de verme; sinceramente a mi no me importaba si bajaban o no, siempre y cuando no afectarán mis calificaciones, pero aún así trataba de demostrar que si me importaba pues de ese modo también podía deshacerme de ellas.

Troné mi cuello al tiempo que me desvestía quitándome la playera de deportes, tomé de mi casillero lo necesario para tener aquella ducha que requería, solté un enorme suspiro y continué desvistiéndome; una vez que quedé completamente desnudo, abrí la regadera y disfrutando de esa cálida agua cerré los ojos pensando en esa cosa bonita hiposa que rondaba en mi cabeza todo el tiempo.

- Amarte como te amo es complicadooo~ tun...tun..tun... tun....pensar como te pienso es un pecadooo~ ... tun...tun...tuntuntuntun...mirar cómo te miro está prohibidoooo~ turururururururururuuruuu~ ...tocarte como quiero es un delitoooooooo~ tun...tun..tun...tuuuun...- mientras cantaba y pensaba en él comencé a mover mis caderas al ritmo de esa música que sonaba tan perfectamente en mi cabeza – Ya no se qué hacer~...para que estes bien~... si darte agua~... o ponerte al revés~....Falar en portugues~.... aprender a hablar francés~... o asustarte con un ciempiés~.... – y así al ritmo de mi música mental y sensual voz me enjabonaba el cuerpo y el cabello simulando en ocasiones que el jabón era mi micrófono – yo sólo quiero darte un beso~... y quitarte ya el hipoooo~... cantar para calmar tus miedos~...quiero que ya no tengas hipooo~

- ¡HIIIP!

Y con ese simple sonido abrí rápidamente los ojos girándome hacía la regadera a mi lado y entonces lo noté... ahí, semidesnudo; porque malditamente se estaba bañando en bóxer negro... hum... pero claramente noté sus mejillas sonrojadas y ese hipo que estaba más fuerte que nunca.

HipoWhere stories live. Discover now