CABALLO EN L

290 26 53
                                    

El camino fue muy silencioso, pues cada quien tenía cosas en que pensar y procesar. Ashley solo veía el vacío, Grace seguía analizando el expediente en la computadora y yo miraba a través de la ventana, pidiendo que por favor todas mis teorías no se hicieran reales. Llegamos y Esteban —conductor de confianza de los summers— se estaciona en la parte de atrás para que nadie viera el auto, bajamos y entramos al frívolo edificio de paredes grises.

En la entrada estaba el guardia de seguridad, el cual tuvimos que decirle que necesitábamos ir a la oficina del padre de Ashley para que nos dejara entrar, pues no es la primera vez que venimos aquí a buscarlo y por eso fue fácil. Caminamos por los pasillos del ala A y las celdas se encontraban en la B, pero no podíamos entrar, así como así y si le decíamos al padre de Ashley se negaría. Por lo tanto, las tres debemos crear una distracción y ya tengo la perfecta.

Si algo he aprendido estos años es a saber cómo llamar la atención para despistar.

—Hola, padre—Saluda la rubia cuando entramos a la oficina— ¿Cómo va tu día?—Le sonríe a pesar que él no la está viendo.

El señor Shape se da la vuelta y por su cara se podría decir que piensa que venimos por otro motivo diferente al real.

—Niñas—Su tono de pesar y cansancio no pudo ocultarlo.

Cuando venimos aquí nunca es para nada bueno.

Nos hace seña para que tomemos asiento y lo hacemos.

—¿Qué las trae por aquí?—Entrelaza las manos— ¿Otra queja por un mal servicio?

Como dije, nunca es para nada bueno. Siempre que venimos aquí es para quejarnos por algún policía o guardia. Él ya está acostumbrado a eso, todos lo están y ya es normal nuestra presencia por esta zona.

—Solo vine a saludar a mi padre—Eleva la ceja incrédulo.

Sabe perfectamente que estamos aquí para cualquier cosa, menos para eso.

—Dime la verdad, cariño.

No es el hombre más honesto del mundo, pero debo admitir que con Ashley siempre ha sido un sol. Es por eso que le dolió tanto todo esto, se destruyó la imagen que tenía de su padre.

Teníamos que inventar alguna excusa muy rápido.

—Lo que pasa es que hay un guardia o algo así— Improvisa la rubia— Es del centro comercial y me parece muy lindo—Él asiente para que continúe— Quisiera casarme con él.

Sonríe y él abre los ojos sorprendido.

—Las cosas no son tan sencillas, hija— Le dice con un tono suave, para que lograra entender—Está bien que pienses en el matrimonio, pero no puedes casarte con cualquiera.

Sería un escándalo que la princesa perfecta de coltán terminara casada con cualquier aparecido.

—Pero ella lo ama— Intervengo para apoyar la mentira— Han estado hablando y es un caballero.

Como si eso importara, pero fue lo primero que se me ocurrió.

—Es perfecto para su hija—Continua Grace— ¡No puede apartarlo de ella!

—Chicas, por favor— Intenta mantener la calma— No me vengan a armar otro drama—Él sabe la magnitud de nuestros dramas—Tengan compasión, he estado concentrado en un caso muy difícil y no he dormido nada.

Seguro la conciencia no lo deja dormir.

—¿Qué caso papi?— pregunta la rubia, usando su mejor sonrisa de hija mimada.

Golden City.  [Partida #1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora