Tanto una simple mirada, cómo las palabras exactas, pueden transportarnos a la muerte.
Las risas, las burlas, la diversión, una simple sonrisa. Eso causan...la exactitud del dolor.
Cómo un simple diario, una melódica canción o un extraño y complaciente recuerdo.
Lo anterior a la felicidad o lo posterior a la tristeza, ambas la misma sensación.
Solo el dolor conlleva una muerte segura.
Cómo las palabras correctas y esas miradas destructivas.
Los sentimientos no conllevan a la esperanza. La vida en sí, gira entorno al dolor.