🌱𝕆𝕟𝕚𝕚-𝕔𝕙𝕒𝕟🌱 ᵈᵉᵏᵘˣᵗᵒᵈᵒˢ

ɪɴᴛʀᴏᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ OO

Otro día de entrenamiento en la prestigiosa Academia Yūei, la clase 1-A estaba libre por ahora de tareas por el buen comportamiento que tuvieron ese día, bueno en realidad Aizawa tomó aquello como una excusa, no quería pasar un segundo más con la sarta de mocosos que tenía por alumnos que no hacían otra cosa que sacarle más canas a su hermosa cabellera azabache cuidada con Pantene.

— Deku-Kun —una castaña de ojos avellanas venía con dos cajas de refresco, uno de los cuales le dio con delicadeza a su amigo pecoso.

— Gracias Uraraka-san —le agradeció con una sonrisa a su mejor amiga.

Parecía que aquél peli verde desprendía rosas de si mismo, era como estar en las puertas del paraíso, según todos sus compañeros, hasta para un ojeroso pelímorado que pasaba por la puerta del aula de la clase A.

Todos agradecían internamente a Uraraka, mientras que esta última estaba en su propio mundo, donde tenía solo para ella a ese hermoso chico.

— Oí, ¡Deku Bastardo! —el ojos rubí miro a todos sus rivales con furia, pero sobre todo a su pecoso, por que el infeliz no dejaba de ser tan malditamente adorable que atraía a un montón de extras.

— Bakubro, estas tan perdido como nosotros —el pelirrojo agarro el hombro de su amigo transmitiendo resignación a su destino, destino que todos recibían con los brazos abiertos con tal de ver al pequeño portador del Ofa.

Oh, pero el peli cenizo no se iba a quedar solo ahí mirando como todos babeaban por el nerd, no señor, sobre su cadáver mortal. Pero en lo que parpadeo, Izuku ya había desaparecido como si su quirk fuera el ser un maldito y escurridizo ninja.

Dejando a media clase en su pequeño mundo, el pequeño peli verde salió de la Sala charlando con Todoroki, el bicolor le estaba comentando sobre la broma que le hizó a su viejo, el cual resultó con el héroe n°2 entrando calmadamente a su habitación para encontrar utilería de su peor enemigo, All Might, y por si no fuera poco encontrar calcetines con su rostro, tenía al héroe n°1 hasta en las sabanas de su amada cama.

— Fue cómico, el viejo no paraba de gritar, tanto que Natsuo salió del baño solo con una toalla, para terminar cayéndose a mitad de camino —Izuku reía junto a el, le encantaba cuando Todoroki le contaba sobre si mismo.

Y a Todoroki le encantaba pasar el momento con su amigo pecoso.

Siguieron charlando por el caminó, el bicolor acompaño a Izuku hasta la casa de este, despidiéndose tranquilamente, mientras el peli verde miraba como se perdia la cabellera del Todoroki menor.

Sonrió para sus adentros, ese día no podía hecharse a perder. Subió las escalares de dos en dos, y abrió la puerta sin siquiera mirar.

— Oh, Chibi-Chan —una voz conocida, pero a la vez no, saco al pecoso de su burbuja, mirando a un joven alto de negros cabellos y ojos marrones.

— ¡Mamá se metió un pervertido a la casa! —con un grito bien masculino llamó la atención de su señora madre.