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Primera o segunda noche para algunos lo era, en aquéllas residencias que a pesar de haber sido construidas en menos de lo que canta un gallo se podría decir qué eran lo demasiado elegantes como acogedoras

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Primera o segunda noche para algunos lo era, en aquéllas residencias que a pesar de haber sido construidas en menos de lo que canta un gallo se podría decir qué eran lo demasiado elegantes como acogedoras. La cocina era amplia, la sala común también lo era, pero había algunos inconvenientes que ciertas personas tenían.

— Yo estaré en el segundo piso —la voz de un pelinegro resonó por el lugar, mirando competitivamente a ciertas chica de piel rosada que se rehusaba a tomar el cuarto del primer pisó — ¿De todos modos para que quieres estar allí?

— Sero-kun, no lo entenderías —le dijo Mina al chico del quirk de cintas.

Lo cierto es que el peliverde estaba en el segundo piso, y su habitación estaba en medio de todos sus posibles futuros maridos, a excepción de Iida y Kaminari que estaban en la planta baja, pero eso no importaba mucho para Ashido, porqué la rubia explosiva estaba al lado de Midoriya.

— Estas muy rara, más de lo normal —dijo rendido Hanta, porqué la chica le había estado insistiendo todo el rato — Esta bién, solo deja que suba a bajar mi ropa.

De todos modos era un bien para el, no debería de cargar con los muebles hasta la planta de arriba, así como también no tendría día y noche a la marciana tras el hostigandole.

— Por eso te amo Sero —abrazo o más bien atacó a quién cayó ante sus encantos femeninos.

— Viejo, ya deberías decirle —se burló Kaminari del pelinegro en cuanto Mina se fue. El rubio eléctrico era el único que sabía de los sentimientos del otro hacia la de piel rosada.

— No gracias, así estoy bien —se fue dejando a Denki solo, quien estába recostado en el sofá.

El rubio había sido uno de los que se mudó el día anterior, lo que realmente le seguía extrañando, porqué al parecer sus padres estaban demasiado ansiosos por el de su ausencia en la casa. En ello se escucho un estruendo, tocaban casi las ocho de la noche y por supuesto eso despertó a Kaminari.

— Eso duele —el lastimero susurró de un pecoso enternecio al rubio, así como también le dió gracia, en ello se giró a verle, y la posición en la que estaba, era indescriptible para él, tanto de aquella manera que quedó en trance, era demasiado para su sana mente.

El peliverde entraba con una última caja que había dejado afuera, tenía sus mangas en ella, y sinceramente las dejó olvidadas sin querer, solo agradeció muy fuertemente que nadie la abriera. Tenía muchos contenidos variados, y quizás algunos eran BL. Pero en lo que iba pensando de que no debía tropezarse, por futuros accidentes, al final término haciendo lo que no quería y de la peor manera posible, enredandose con sus propios pies.

— ¡Midoriya! —Kirishima quien estaba en la cocina preparándose un licuado de frutas, también escucho un golpe sordo, así que dejando la banana a medio pelar, se fué en la ayuda de su compañero, pero también no esperaba la escena ante sus ojos rubíes.

🌱𝕆𝕟𝕚𝕚-𝕔𝕙𝕒𝕟🌱 ᵈᵉᵏᵘˣᵗᵒᵈᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora