¿Soy malo contigo?

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Regresé después de un rato con el café del pelinegro entre mis manos. Una vez ya cerca de la puerta de su oficina, suspiré suavemente antes de tocar esta última.

- Adelante - recargué mis codos en mi escritorio, observando fijamente la puerta. Ahí estaba de nuevo, aquel chico un poco más bajo que él, de buen aspecto a decir verdad, después de todo, no era tan feo... ¿pero qué carajos estás pendejo Jong Woon?, fruncí mi ceño desviando mi mirada de el chico.

- Aquí está su café, solo puse dos cucharadas de azúcar... es decir, no sabía si le gusta más dulce o... menos- dejé el café sobre su escritorio, mirandole.

Tomé el café y lo probé; a decir verdad, estaba en buen termino, no era el mejor café que había probado, pero era algo, no sabía mal. Después de algunos sorbos dejé el café frente a mi, y me recargué sobre el respaldo de mi silla. - ¿Qué tal tu primer día de trabajo?- señalé la silla frente a mi escritorio, dandole a entender de que se sentara.

- Pues... a decir verdad, ha estado... bien.- Me senté en aquella silla, colocando mis manos sobre mis rodillas; desviaba un poco la mirada de el más alto, prefería observar su oficina, que a decir verdad, se veía muy cómoda, y excelente. Sin duda un buen lugar.

- Escucha, habrá veces en las que quizá tengas que quedarte a trabajar más tarde de lo acordado... ¿tienes problemas con eso?- alcé una de mis cejas, sin apartar mi mirada de él, quería conocer su expresión corporal, su comportamiento, no había tenido oportunidad de conocerlo en ese aspecto... es decir, si va a trabajar para mí, es importante.

- Está bien por mí... sólo tendría que avisarle a mi madre al respecto.- Escuché una suave risa burlona de su parte, voltee de inmediato, mirandole con el celo fruncido, -¿qué es gracioso?; cuestioné.

Aclaré mi garganta para volver a mi semblante serio de nuevo. -Me parece extraño que tengas que avisarle a tu madre... ¿tienes acaso 5 años?-. Me pareció extraño que dijera eso, y un poco gracioso también, ¿vivía con ella?.

-No tengo 5 años... mi vida personal no tiene porqué ser objeto de burla, y tiene que quedarse así, personal.- Estaba realmente molesto, no solo me trató de manera grosera, sino que también se burlaba de mi vida... no tenía porqué darle explicaciones de ningún tipo, si el trabajo iba a ser así, preferiría no tenerlo.

- ¿Sabes que contestarme así podría costarte mucho, cierto?- Me levanté de mi lugar... quizá lo había subertimado, era obvio que él castaño no iba a permitir ningún mal trato, pero yo no iba a soportar sus arranques de ira. Acomodé mi traje tranquilamente, di la vuelta de mi escritorio, sentí su mirada sobre mí todo el tiempo, hasta llegar a su lado.

-Simplemente estoy defendiendome...-  De nuevo el pelinegro estaba acercandose a mi, esto se hacía cada vez más y más raro todavía... pero no iba a intimidarme, no más, me mantuve en mi lugar, tratando de verme lo más tranquilo posible.

- ¿Defendiendote de qué? - sonreí de lado; - ¿de mi... soy una amenaza para ti?- lo tomé del brazo haciendo que se levantara del lugar. - No quiero ser tan duro contigo... pero no me estás dejando opción.-

Esto se estaba saliendo de control, ahora estaba bajo su agarre, pero no era un agarre duro, en decir, no estaba lastimandome... pero aún así, la situación estaba poniendose muy rara... ¿me había pasado?. Me recargué contra el escritorio, sintiendo la cercanía del mayor sobre mi... me sentí acorralado. - Y-yo solo...- no sabía qué decir, no sentía miedo, era... era... me sentía avergonzado.

Solté mi agarre de él, me crucé de brazos, estaba realmente cerca de él. - ¿Estás asustado? - quizá me había equivocado, y tal vez y solo tal vez, él sería otra persona más que me teme... aunque bueno, tiene sus razones.

Suspiré, y lo alejé un poco con mis manos - No haga esto... no estoy asustado, usted no me da miedo... si voy a trabajar para usted, quiero... quiero que llevemos una relación de trabajo sana y con respeto...- traté de ser lo más objetivo posible, quizá la situación solo estaba tensa, y después de esto, todo volvería a la normalidad.

Me sorprendí ante su respuesta y reacción. Sonreí suavemente satisfecho. - Me parece bien - me alejé por completo de él, volviendo a mi lecho de honor. - Hablemos sobre tu pago, y algunas cosas más por arreglar, después de eso, puedes irte a casa-.

Suspiré, pasé saliva, y retomé mi asiento para hablar al respecto de mi salario, y horario de trabajo. - Sobre mi salario... sé que no hago mucho trabajo, pero... realmente necesito un buen pago...- sabe, tengo un hijo pequeño, pensé. - Sobre la jornada y el tiempo no exigo nada... simplemete el salario...-

- Pues, tienes razón, no realizas mucho trabajo aquí, pero... seré considerado. Si me gusta tu desempeño, y tu trabajo, aumentaré tu sueldo, no hace falta firmar un contrato, soy firme con mis palabras.- Después de decirle la cantidad que iba a pagarle de inicio, me sorpendio ver su rostro sorpendido. -¿Qué sucede?...-

- Gracias... es decir, eso es una muy buena paga, le prometo que haré mi mejor trabajo- sonreí satisfecho, era una buena cantidad, y cada quincena, estaba perfecto. Después de todo, no estuvo tan mal haber entrado a trabajar con él.

- Bueno, como sea. Tu jornada de trabajo será de 7 am a 7 pm, 12 horas, si no hay más trabajo, o si necesitas salir antes, todo eso me lo dices a mí, y yo valoraré si puedes irte, ¿de acuerdo?.

Asentí, 12 horas no era mucho... o bueno, en realidad sí, pero si no pensaba en eso, no sería tan pesado el trabajo. - Gracias... -

- Mjm, no me agradezcas, simplemete estoy tratando de ser "bueno"- hice comillas con mis dedos, desviando mi mirada.

- Así lo creo... sabe, algunas personas aquí dijeron que... que usted...- dudé en si decirle o no, pero no era algo malo. - En que usted es malo, y frío... y bueno, frío si es, pero... no creo que sea malo- dije suavemente, ya que era la verdad, a mi parecer, ofrecerme un trabajo, y una buena paga, demostraba que las personas quizá, y tan solo quizá, se equivocaban.

Fruncí mi ceño por confusión, ¿era real lo qué el castaño había dicho?... aclaré mi garganta y me incorporé en mi asiento. - Solo hago lo posible... ya casi será la hora de tu salida, será mejor que vayas acomodando tus cosas para que te vayas, y nos vemos aquí mañana a las 7 am. Es todo, puedes retirarte- me puse a ver algunos papeles, tratando de no pensar en sus palabras... no podían haber sido ciertas.

Escuché con atención sus palabras y asentí, tal vez él más alto no estaba acostumbrado a oir "alagos"... de todas formas, solo había sido sincero. -Está bien, muchas gracias. Nos vemos mañana, tenga una linda noche- me levanté de la silla, y caminé tranquilamente hasta la puerta.

Suspiré después de verlo salir de la puerta... decidí limitarme a pensar más.

El chico del café. //Yewook//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora