Sorpresa

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-¿Y ahora qué voy a hacer, cómo voy a conseguir otro trabajo?- mordí mi labio inferior preocupado, intentando controlar mis lágrimas, lo había arruinado, había perdido el trabajo que tanto necesitaba, todo por un tontería mía. Me sentía tan culpable. Cerré mis ojos y sollozé un poco, pero la voz de un chico me hizo volver a la realidad.

-Hey tú. Vi lo que sucedió ahí dentro... ¿por qué estás así?, ¿por un empleo?- que gran idea para empezar una sana conversación, aunque bueno, aún podía arrepentirme si eso quisiese.

-Necesitaba ese empleo...- limpié algunas de mis lágrimas, -ahora no sé dónde voy a encontrar otro empleo pronto. Estoy perdido- miré al chico y después aparté mi mirada. -Debo dejar de perder el tiempo aquí, y debo ir a buscar otro empleo.- Me levanté. -Así que si me disculpas.- Me giré y comencé a caminar.

-Ya se va... ahora si Jong Woon, no te metas... intentaste ayudar pero no se pudo, ya déjalo así.- Pensé de nuevo pero caminé un poco detrás de él. -Puedo conseguirte un empleo.- Me detuve al ver que él lo hizo también, se giró, y me miró.

-¿Es en serio?... ¡claro si!, ¿de qué es?.- Caminé hasta él, y vi que sacó de su bolsillo una tarjeta.

-Aquí dice el lugar, y el número de teléfono de este. Aunque no te garantizo nada.- En realidad, no había ningún puesto disponible que yo supiera, así que sería raro si llamaba a la empresa por un trabajo prácticamente inexistente. -Pero mejor llama a este número. Es el mío, llama mañana, a las 6:30 am.- Suspiré. -Aunque ya te lo dije, no te prometo nada.- Le di mi número de teléfono, ¿acaso estaba loco?, ¿por qué lo ayudaba tanto?.

-Gracias, muchas gracias, es usted muy amable...- tomé agradecido el número de telefono. -Mañana a esa hora yo lo llamo.- Sentí algo de esperanza de nuevo, guardé ambos datos y suspiré.

-Está bien. Por cierto, soy Kim Jong Woon.- Guardé mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

-Kim Ryeowook.- Hice una pequeña reverencia, después de todo, el chico me había ayudado enormemente.

-Bien, te veo mañana.- Comencé a caminar hacía mi auto. Estaba hecho, me había metido en problemas, ya que no sabía como llegar con mi jefe a decirle que necesitaba un puesto vacante para un chico que acababa de conocer y que no sé su historial laboral ni nada de él. Excelente Jong Woon. Estaba metido en muchos problemas, y todo por ser "amable".

-Supongo que iré a casa... pero antes...- pedí un taxi, y di la dirección de casa de mi madre. Al llegar, bajé del auto, algo triste, intenté ocultarlo pero sabía que mi madre terminaría por descubrirme. Toqué la puerta, y ahí estaba mi madre.

-Oh, hijo, ¿qué haces aquí tan temprano?, ¿no estabas trabajando?.- Me miró confundida.

-Necesito hablar contigo, pero después... ¿dónde está?- miré curioso por los hombros de mi madre su casa.

-Está dentro, anda pasa.- Se hizo a un lado, y pasé; no caminé mucho cuando una pequeña voz me interceptó. -¡Omma, volviste!- bajé mi miraday ahí estaba. Sonreí al ver a mi hijo.

-¿Por qué volviste tan temprano omma?- preguntó con total inocencia. -Bueno... humm... ¡quería pasar todo el día contigo!.- Me incliné a él y lo abracé. -¿Acaso no quieres?- le cuestioné. -¡Claro que quiero omma!, ¡ven!.- Me tomó de la mano, y me guió hasta el sofá, llegamos a este, y me senté.

-Pero pequeño, tu omma me tiene que ayudar a preparar el desayuno- interrumpió mi madre. Sabía que lo decía solo para poder cuestionarme qué pasó. Suspiré y supe que era mejor decir la verdad -eso es cierto pequeño, pero, no te preocupes, que en cuanto terminemos, vendré a jugar contigo.- Le sonreí, y me devolvió la sonrisa.

El chico del café. //Yewook//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora