3. Instinto de supervivencia [카이수]

FINAL

REENCUENTRO CON EL PASADO

— Maldito zorro escurridizo ¿Qué haces aquí? — una sonrisa taimada de lo más prepotente iluminó el rostro de aquel chico.

JongDae gruñó molesto ante el intruso y lo reto con la mirada. — Si solo vienes a joder, es mejor que te vayas... —

— Yo quería ayudarlos a encontrar a ese lobo pinto que vi en el bosque, supuse que lo estarían buscando, ya que llevaba el aroma de JongIn por todas partes..... Pero si no me necesitan, me iré. — su fingido tono de lástima y su expresión de falsa tristeza hizo que JongDae volteara los ojos. JongIn por su parte de adelanto para detener al chico pelinaranja.

— ¡XiuMin! ¡No te vayas! Si viste a KyungSoo te suplicó nos ayudes a encontrarlo. —

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Sentía las lágrimas que caían de sus ojos azules secarse por el gélido frío del inverno, sus patas temblaban y no sabía si era por debilidad o por los escalofríos que le provocaba el bosque desolado.

Su mente era un torbellino de malos pensamientos que no lo dejaban continuar ¿Qué pasaría si no llegaba a su manada? ¿Y su hermano? ¿YiXing? ¿Su nana? Todos estarían más que perdidos y él se iría al infierno por haber sido un lobo egoísta que se quedó en una manada extraña para aparearse con un desconocido del cual solo tenía la certeza de amarlo como condenado... ¿Pero de qué le serviría eso ahora?

Había aprendido a lo largo de su vida que las batallas se luchan solo, pues nadie te dará la mano sin esperar algo a cambio y él ya no tenía nada que ofrecer.

Sin soportarlo más, el lobo cayó en la densa nieve que se acumulaba en el suelo. Cerró los ojos esperando que al abrirlos regresará a su vida de antes; antes de salir de su aldea, antes de DaeWang y antes de JongIn.

— Ay mi pequeño bebé... Lamento mucho haberte dejado solo.... — la suave voz de una mujer y las ligeras caricias a su pelaje lo hicieron despertar. Removió los copos de nieve de sus orejas y ajusto su vista a la estilizada figura de la mujer que se hincaba a su lado, con su rostro afligido y sus ojos llorosos. Quiso transformarse en humano de nuevo, pero un ligero gesto con la mano su madre le impidió hacerlo. — Podrías congelarte Soosie, no voy a quedarme por demasiado tiempo... Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. — se quedó callada por unos instantes y KyungSoo sintió la necesidad de consolarla. — ¿Sabes que no fui yo cierto? — el Omega no comprendió a que se refería su madre y con una simple expresión en sus ojos la mujer entendió que no sabía de que estaba hablando.

Le hubiera gustado quedarse a aclarar las cosas con su bebé; pero el tiempo se le terminaba y estaba segura de que se volverían a ver.

— Te amo mi pequeño bebé. Ruego siempre que sean muy felices los tres. — y sin más, el cuerpo pálido desapareció de su vista. Rápidamente se levando buscando el olor de su madre pero no encontró nada y se dio por vencido al sueño y fatiga de su cuerpo.

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— ¡No puedo creer que el Alfa JiSub pusiera a ese zorro embustero a cargo de la misión! — JunMyeon puso los ojos en blanco por cuarta vez en los últimos diez minutos.

JongDae estaba insoportable desde que salieron de la manada; los ánimos se habían jodido desde que el líder Oh nombró al Omega rebelde como el guía para buscar a KyungSoo y el ego herido del Alfa no podía ni calentarse con el sol.

— ¿Quieres callarte JongDae? XiuMin está intentando concentrarse ¡Para rescatar a mi pareja, bastardo desconsiderado! — JongIn gritó con desesperación. Cada segundo que pasaba era una tortura insufrible para su corazón preocupado y su amigo no ayudaba a sus nervios.