Tu eras oro y yo era plata

Capítulo 3: La media hora que te hace florecer.

Era amargo, intenso. Dejé de pensar y tragué. Mi garganta ardía mientras el liquido se deslizaba hacia abajo por mi garganta. Se sentía tibio, y una calidez inundaba mi cuerpo.

¿Se sentía igual ella?

Al cabo de media hora ya habíamos tomado la mitad de la botella entre los dos. Era todo tan cálido, acogedor, invitador. Estábamos mas cerca que nunca, compartíamos un mismo aliento. Me dio un beso rápido, ligero, luego se alejó y me sonrió. Se lo devolví, esta vez más largo. Era como si nuestras lenguas se hubiesen enredado y no podíamos despegarnos. Podría haber jurado que salía vapor de nuestros cuerpos.

Mientras nos besábamos mis manos jugueteaban por su cuerpo, lo recorrían minuciosamente prestando atención a cada detalle. Las suyas exploraban el mío, algo mas tímidas, pero podía notar como lentamente agarraba confianza. Una vez que se instalaron en mi pecho, agarraron mi camisa y la abrieron con fuerza, rompiendo los pocos botones que me quedaban abrochados.

Ella comenzó a besar mi pecho, luego a lengüetearlo con ganas.

-Estas salado, dijo entre alientos.

-Perdón, ¿Debería ducharme?

-No, me gusta, estas rico. Me guiñó un ojo.

Lo que ocurrió a continuación fue definitivamente una primera vez. Una que jamás olvidaré. Fue como una montaña rusa, con subidas y bajadas, con vueltas en trescientos sesenta grados. Era como correr en la espalda de un corcel. Se sentía suave y sedoso entre mis piernas desnudas, debía seguir el movimiento con mi cuerpo pegado al suyo y afirmarme bien, si no quería caer.

Fue como romper la piñata cuando tenía siete años. Esa satisfacción intensa. Solo sonrisas en la cara de todos aquellos presentes: tú, yo y los ángeles que nos elevaron.

Nuestros cuerpos estaban tan acalorados que podría jurar que nos fundimos como una aleación de dos metales calientes. Tu eras oro y yo era plata. Eras el sol y yo la luna, persiguiéndonos todo el día, dando vueltas al mundo.

Pero esta primera vez también terminó. ¿Qué queda ahora?, ¿Qué queda sino experimentar? ;)