❁━ 05 ━❁

726 57 14
                                    

Escuchaba a mi corazón tranquilizarse, al igual que yo. Había sentido mucho hoy. Mi día había sido un torbellino de sentimientos y emociones incontrolables.
Ahora, en la soledad de la noche y el brillo de la luna, me sentía por fin libre de ellas, sintiendo solo paz y tranquilidad.

Pensé en lo sucedido hoy y me sentía, mayormente, bien por no haberme comportado mal, por haber ignorado mis impulsos de querer tomar las riendas en algo que tenía que ver solo como espectador. Si hubiera soltado algo segurmante hubiera arruinado más la situación con mi ignorancia.

Aunque mi actitud hoy fue tranquila no puedo evitar sentirme mal por no poder hacer nada. Sé que tampoco era justo no tener la conversación, aprendí que huir no es algo bueno y que tenemos que enfrentarnos a los problemas. Algo me decía que lo de hoy solo despertó sentimientos destructivos en Wynona, temía por lo que fuera a hacer, era una chica inteligente, astuta y ambiciosa, tal vez creí que era bondadosa y humilde, pero Brad demostró que no era así.

No hay nada peor que una chica humillada y lastimada.

Decidí quitar cualquier pensamiento y descansar, soñando con Brad y sus cálidos brazos.

Despertarme nunca me había costado tanto, deseaba con todas mis fuerzas poder quedarme a seguir soñando, abrazada a mis sábanas y sonriendo por los escenarios que se me ocurrían.

Un golpe en la puerta hizo que cualquier pensamiento de no moverme se esfumara.

—¡Levántate!—escuchaba a mi madre del otro lado mientras mi corazón se aceleraba— Necesito hablar contigo. ¡Ya!

Salí como si fuera un rayo, viendo a mi madre completamente histérica, sin entender el porqué de su estado.

—¿Has estado floja en cuanto a tus calificación?—su rostro ahora era inexpresivo.

—Yo...-pensé en las calificaciones y si había bajado en alguna—. No, mis notas son excelentes, te lo aseguro.—odiaba que alguien dudara de mi excelencia académica.

—Eso no es lo que dice el director.—me puse aún más nerviosa y empecé a dudar, ahora yo, de mi rendimiento—. Me ha dicho que estás por reprobar una asignatura, educación física.

Casi me desmayo, era el mismo problema de todos los años.

—No me vengas con tu excusa de siempre.—me frenó—. Es tan importante como el resto de asignaturas.

—Intentaré mejorar.—lo decía pero costaba más de lo que creía, parecía ser a la única que le costaba.

—Es lo que dices siempre y sabes que te salvas de esa materia solo por suerte.—suspiró y me miró con una mirada suave—. Estoy orgullosa de ti, siempre lo he estado y nunca dejará de ser así.—dijo y sentí como si hubiera tocado mi corazón con eso—. Pero no quiero que pongas en peligro tu beca por ésto. ¿Entiendes?

—Si, en serio lo entiendo.—apesar de la felicidad de hace unos segundos, la tristeza de la decepción que le provoqué me hacía sentirme pequeña e inútil—. Estaré practicando para mejorar ésta vez, ya veras.

Me fui a mi cuarto pensando en que me sentía inútil cuando se trataba de algo en lo que tenía que hacer esfuerzo físico, siempre me había ido mal en eso y se hacía ver, ya que yo destacaba en el resto de asignaturas.
Lo que más me molestaba es lo fácil que el resto hacía ver que era, parecía que ni siquiera se esforzaban, mientras que yo luchaba por aguantar cinco minutos de trote.

Ahora que se lo había dicho a mi madre, tendría que empezar a practicar un montón de cosas en las que estaba totalmente muerta.
Ahí es cuando se me ocurrió llamar a mi nuevo amigo, curiosamente apuesto y encantador, Brad. Estoy segura de que el jugador podrá ayudarme a mejorar en la materia.

Hermosa coincidencia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora