Miss Myoui

383 47 32
                                        

POV Dahyun

Hoy era un día tranquilo, probablemente más calmado que de costumbre, o eso pensaba yo. Me desperté a las 7 de la mañana e hice lo mismo que todas las mañanas, vestirme y preparar mi café.

Sí, mi café, ya que Sana se negaba rotundamente a dejarme preparar una simple bebida desde el incidente del primer día. Pero conseguí convencerla de que yo podía prepararme el maldito café de las narices solita, y que no tenía que levantarse a las 7 de la mañana porque yo no supiera encender la cafetera o... usar la vitrocerámica o esas cosas.

Esta semana, Minatozaki había salido de casa bastante, volviendo a la noche o ya pasada la hora de cenar, impidiéndome entablar conversación ya que o yo estaba muy cansada o ella... me respondía con monosílabos como solía hacer. De todas formas, yo quedaba con mi amigo Kim Eli, el taxista con el cual hablo prácticamente todos los días. Y mejor aún, la azafata que me ayudó en el avión el día que llegué a Osaka, esa misma, pues Eli y yo nos la cruzamos, entablamos una conversación breve pero interesante en la cual yo le agradecí por su ayuda y poco más ya que ella debía volver rápidamente a por su mejor amiga Lauren a la Habana, pero prometió tomarse un café con nosotros algún día. Fue gracioso.

El caso, como iba diciendo, me vestí tranquilamente, me peiné y caminé silenciosa a la cocina.

Entrando a la cocina, aparte de darme el segundo puto peor susto de mi vida, lo primero que vi fue a una chica completamente desconocida, con el cabello largo y liso, de un color castaño ligeramente claro y con flequillo. Su perfil, delicado y suave le daba un aura misteriosa, recordándome a una bailarina del lago de los cisnes. — ¿Sana? — Pregunté, sintiéndome confundida a la par que aturdida, pensando que seguía soñando. 

Su ropa daba la impresión de ser bastante cara, una camiseta de Adidas blanca remetida por dentro del pantalón el cual era un vaquero negro como el betún bien ajustado y con dos o tres cadenitas a su lado, y eso junto con un cinturón de cuero negro con una hebilla, o como se diga, de plata reluciente. Algunos anillos de color negro y plateado y unas uñas mas bien normales. Junto con eso, unas zapatillas deportivas negras también y una piel bastante blanca, pero como de costumbre, comparada con la mía parecía chocolate.

— Inténtalo de nuevo. — Me dijo la chica, volteando y regalándome una sonrisa muy bonita y soltando una risita mientras se colocaba un collar de plata. Claro, muy bonita pero de una desconocida.

— ¿E-eh? — 

— ¿Te gustan más las tostadas o los dulces? — Dijo mientras ponía una gran variedad de dulces en una bandeja negra. Yo retrocedí bastante alarmada.

— Fuera de mi casa —

 — No te asustes... ¿Dahyun? soy una amiga de Sana, mi nombre es Myoui Sharon Mina. — Supongo que es japonesa, con ese apellido tan poco común... ¿Pero Sharon? Tal vez tenga familia Americana o ¿Europea? No, no, los europeos no suelen tener nombres así... creo.

— ¿Se supone que debería creerte? — Mina me dió una mirada algo decepcionada, alzó la mano y me mostró las llaves de mi compañera de piso.

— Se las dejó en mi casa ayer, vine a devolvérselas y a haceros compañía, si no es gran molestia claro. — Volvió a sonreírme. — En serio, que soy amiga suya no te preocupes. —

Suspiré más tranquila. — Vale me habías asustado. — Sonreí mientras reía. 

Claro, luego está la probabilidad de que fuera una asesina y yo aquí como una auténtica autista creyéndome lo que dice una absoluta desconocida que está haciendo tostadas en mi cocina.

— Lo siento, pero dejemos las presentaciones para luego, ayúdame con el desayuno, Sana se pondrá contenta si nos ve con todo preparado. —

¿Se pondrá contenta? ¿No se supone que a ella no le gusta que otros preparen las cosas? — Claro Myoui, te ayudo. — Tomé las tostadas y las coloqué en otra bandeja y seguí a Mina hasta el salón, poniendo la mesa y sentándome frente a ella.

TALK TO ME - SAIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora