Ya estaba anocheciendo, el hermoso atardecer podía apreciarse por el hermoso tragaluz que el centro comercial tenía en su interior. El olor a comida, la gente hablando sin parar hacían que el pequeño omega no se sintiera tan solo, a veces solo le gustaría tener a alguien con quien hablar de su vida, de sus sentimientos. Jamás tuvo un amigo con quien hablar, ya que desde que conoció a Giovanna todas sus clases habían sido en casa, por profesores particulares que la misma le asignaba, siempre tuvo el sueño de ir a una escuela, de que un bus pasará por su casa a recogerlo, pero en Italia no eran las cosas iguales a Inglaterra, todo era distinto y a pesar de que podía tenerlo todo, ropa de marca, lujos y joyas, Louis no se sentía completo, no se sentía un adolescente de su edad y era lo que lo atormentaba cada día. Salía de su casa con la esperanza de sentirse al menos un poco sociable y con vida, ya que ver a otras personas que no fueran su madre o las señoras de limpieza lo hacía sentirse confiado con el mundo.
Louis ya tenía 16 años y aún así no los aparentaba, no pareciera que tuviera 16, por su corta estatura, su apariencia lo hacían ver como un chico de unos 13 años, así le gustaba a él que lo vieran con menos edad de la que ya tenía.
El omega caminaba directamente al baño cuando sintió que era observado, varias veces giró la cabeza para ver si divisaba a alguien pero nada, solo personas haciendo compras o viendo ropa a través de las ventanas de vidrio de las tiendas, decidió pasarlo de largo e ir al baño.
Lo último que puede recordar el omega es que unos hombres de rojo lo agarraron fuerte tapándole la boca y diciéndole algo que lo dejó alarmado.-Ya llegó tú hora, dulce omega.
♢♢♢
El olor a auto nuevo combinado con el olor a alfa invadió las fosas nasales de Louis haciéndolo despertar de un salto, todo se veía oscuro y daba vueltas, trataba de recordar que le sucedió, tocaba su cabeza con la esperanza de que el mareo se calmará hasta que uno de los hombres habló.
"Por fin despierta éste niño, ya me estaba preguntando si lo matamos del susto." Soltó una pequeña risa mientras encendía un tabaco.
"¿Do-dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes?" Preguntó el omega con mucho miedo al ver a los dos hombre al frente de él.
"Shhhh, aquí nadie habla salvo que seamos nosotros y es mejor que te calles, omega o lo peor vendrá más pronto de lo que esperas."
Ese hombre a Louis le causaba el peor de los miedos, su voz ronca, el tamaño de su cuerpo era lo que más lo tenía aterrado.
"¡Mi mamá vendrá por mi y a ustedes les irá muy mal!" Sus ojos empezaban a llenarse lágrimas que más temprano que tarde terminarían saliendo.
Ambos soltaron una risa cómplice que al pequeño Louis dejó más aterrado.
"¿Quién crees que te ha mandado a buscar?" Habló el otro alfa mientras seguía riendo.
Louis estaba asustado, confundido y en la espera de ver a donde esa limusina se dirigía, todo el camino solo había oscuridad salvo la luz roja que reinaba en la limusina. Todo el camino los hombres estuvieron hablando en italiano y a pesar de que Louis no hablaba el idioma habían ciertas cosas que llegaba a entender por encima. En todo el trayecto se mantuvo en silencio y de vez en cuando soltando pequeños sollozos cosa que hacía que esos hombres soltarán gruñidos en modo de que éste se callara de una buena vez, al menos ya sabía los nombres de ambos alfas, uno de ellos era Carlo y el otro Giovanni.
El auto se detuvo, Louis levantó su cabeza con miedo pero gracias a que la limusina tenía papel ahumado para no poder ver hacía afuera, el omega lo agradeció internamente.
"Bien, niño llegamos." Dijo el primer alfa que le había hablado, Carlo.
Dicho eso lo tomó del brazo sacándolo afuera de la limusina.
Lo primero que divisó Louis al salir fue una mansión en medio de la nada, la mansión más grande de lo que era su casa, los colores con los que estaba pintada, llamaron más su atención, rojo y negro, Louis solo pudo ponerse a pensar que se trataba de alguna mafia, que algo había ahí oculto.
Mientras ambos alfas lo escoltaban a la entrada de la misma se guardó todo el recorrido a la entrada, más hombres de rojo con enormes armas caminando de un lado a otro, más limusinas en la entrada, hombres de trajes riendo a las a fueras de la mansión mientras tenían a algún omega pegados a ellos como un chicle. Louis temía por lo que le fueran a hacer ahí, tenía miedo y eso los alfas podían olerlo ya que se lanzaban miradas y con ellas risas entre dientes.
Al llegar a la entrada de la mansión, Louis pudo ver que tanto por el exterior el interior era igual de enorme. Ambos alfas llevaron al omega a una habitación alejada, le pidieron que permaneciera quieto hasta que la Madame volviera.Pasaron alrededor de unos 20 minutos cuando pudo sentir un olor familiar y el ruido de unos tacones sonando con el piso negro de madera. Vió como la puerta se abría, abrazó más sus piernas a su cuerpo, mientras entre sollozos pedía que no le hicieran nada.
"Vaya, pero mira cómo estás." Dijo entre risas esa voz femenina.
"¿Ma-mamá?"
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Holaaaaaaaaaaaaa, espero les haya gustado mucho el capítulo, realmente disfruté escribirlo, seguramente estaré actualizando seguido. Recemos para que así sea (:
((((Tomé mucha inspiración con esa canción de tøp❤))))
Voten, comenten y si les gustó compartanla, me ayudarían muchísimo a seguir escribiendo♡♡
♡All the love, bunny♡

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Passione.
De TodoCómo pudo caer un omega como Louis en un lugar así, cómo pudo, cómo pudo caer en el peor lugar, rodeado de alfas mafiosos viéndolo mientras el que apostara más dinero sería su dueño y protector. Louis recuerda perfectamente cómo pudo acabar en ese...