i n t r o d u c c i ó n

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28/ene/2145

Despertó Cuauhtémoc sudando y desesperado, había tenido ese sueño otra vez. Uno en donde no podía regresar nunca, se quedaba atrapado en aquel pasado y encerrado en un bucle de ansiedad. 

"Todo va a estar bien." Se repetía a sí mismo. Hoy era el gran día y no podía evitar llenarse de un sentimiento de pánico y terror, aunque haya hecho uno de los descubrimientos más importantes del siglo, le daba terror no poder regresar a la comodidad de su actual vida. Al final de cuentas, sólo era un viaje, ¿No? Todo iba a estar bien, sus cálculos eran exactos y precisos. Sólo le quedaba tener fé, y eso hacía. Por un lado, estaba feliz de tener un logro digno de miles de premios científicos, pero por el otro le aterraba el hecho de que todo saliera completamente terrible.

Tragó saliva y humedeció sus secos labios preparando su vestimenta única de siglos pasados y se dispuso a mentalizarse para lo que se venía. Literalmente vió pasar toda su vida delante de sus ojos y se enfocó en que es una de las personas más importantes del mundo ahora mismo, una gran revolución para la ciencia se llevará a cabo en tan sólo unas horas y todo gracias a él.

"Esto es lo que estuviste esperando Temo, concéntrate, tú puedes." El castaño se acomodó el cabello viéndose en el espejo con pequeñas luces al rededor y se dispuso a ir al laboratorio de su universidad. Toda su vida estaba a punto de cambiar con solo un click, literalmente. Estaba ansioso y sentía un agujero en su estómago, podía sentir cómo el pánico crecía conforme se aproximaba a aquel edificio hecho de cristal puro.

Las miradas, las fotografías, los diplomas, cada uno de los sermones de sus profesores, todo pasaba en cámara lenta mientras no podía creer lo que estaba a punto de hacer. Llevaba 5 años estudiando fórmulas y toda la tecnología necesaria para poder llevar a cabo su meta más preciada. 

-Señor López, ¿se encuentra bien? Lo veo un poco aislado. Venga hombre, que hoy es el día  más importante para la ciencia y, desde luego, para usted. No se abrume, todo está totalmente calculado y se han hecho las pruebas necesarias para confirmar que no hay ningún peligro en la zona. Todo está bajo control. - Su profesor favorito y su mano derecha en todo este proyecto era lo único que le quedaba a Cuauhtémoc y, como siempre, musitaba las palabras correctas en el momento perfecto. Él era como su padre, del cuál tiene recuerdos muy vagos, pero sabe que de alguna manera se parece a él.

-Muchas gracias, es lo que más necesitaba escuchar ahora mismo. Es cierto, estoy  aterrado, sin embargo tengo fe en que todo saldrá al pie de la letra y conforme al plan. Sólo será un año, recaudo la información necesaria y vuelvo ¿Qué podría pasar? - A decir verdad, muchas cosas, demasiadas cosas podrían pasar. Aún así existía la esperanza de que sólo se iba a hacer unos estudios y listo, sin complicaciones y viéndolo desde el lado positivo, será una experiencia increíble. A final de cuentas, Temo sentía que no tenía nada que perder a este punto de su vida y estaba dispuesto a cumplir su meta.

-Tú tranquilo, recuerda, vuelves y todos acá te esperarán ansioso. ¡Estás en todas partes! saldrá perfecto. -Ahí estaban de nuevo, sus cálidas sonrisas que le daban paz y seguridad al chico, tal como lo hacía su padre. Este sólo asintió con la cabeza y se dispuso a entrar al laboratorio donde le darían las indicaciones para que se comenzara a realizar el plan.

Se encontraba sudando frío, pero después de aquella plática sus nervios se redujeron notoriamente. "Tranquilo, tranquilo, sólo será un segundo y todo va a estar bien" esas palabras se repetían constantemente en su cabeza, simultáneamente se hacían los estudios necesarios para confirmar que todo estuviera bien y no estuviera su vida en peligro. Era muy importante que fuera a la hora exacta, día exacto, el lugar preciso, todo tenía que ser de acorde a los cálculos de Cuauhtémoc; con una cosa que salga mal, un segundo de más o un centímetro menos, esto le podría costar la vida al castaño.

-López, un click y ya está, recuerda. -Claro que lo recordaba, lo repetía cada cinco segundos en su cabeza de lo ansioso que se encontraba. A la señal sólo se necesitaba un click y el aparato haría la mágia. -De acuerdo, empezamos cuenta regresiva, diez... nueve... ocho...- Aquel chico se sentía que iba a vomitar de los nervios, tenia cámaras que lo apuntaban, estaba por todo el mundo. -Cinco... cuatro... tres... dos... ¡Ahora!- 

CLICK

Y un silencio hundió la habitación. Había funcionado.

Voten, comenten y compartan, ¡me ayudan mucho! De verdad espero les guste muchísimo este fanfic, porque a mí me encanta todo lo que tengo planeado hasta ahora

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Si no entienden mucho, conforme avance el tiempo se van a dar cuenta. ¡Thx por leer!

-dahana.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2020 ⏰

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