SECRETS 🐰•|RK|•🌹. #2

Capitulo 3

- ¿JungKook? – preguntó el hombre fuera del auto. Rosé se sobresaltó. Le sonrió a JungKook, este parecía más bien a gusto con todo esto. Trató de bajarse de las piernas de él con dificultad. Una vez sentada en el asiento copiloto, JungKook abrió la puerta.

- Ah... no es cierto... - dijo con una gran sonrisa. Bajó del auto y abrazó con fuerza al hombre que lo acababa de saludar. – joder estás más grande. – le dijo. Y sí, ahora tenía dos tatuajes más y había hecho ejercicio.

- Siempre he sido así, imbecil. – se abrazaron. Rosé miró desde adentro del auto. - ¿se puede saber que haces aquí?

- ¿Nadie me ha extrañado en Kingston acaso? – JungKook río.

- Vale sí, sí...como sea... y...- trató de observar quién seguía en el auto. - ¿es una amiga? – se volvió hacia JungKook, brindándole una mirada cómplice. JungKook negó con la cabeza mientras reía. Si tan solo supiera que Rosé era más que eso.

JungKook abrió la puerta de la Ford. Rosé se volteó a verlo.

- Te quiero presentar a alguien... - le susurró con una bonita sonrisa. Rosé salió del auto de inmediato. Quería ser atenta. Diferente. ¿JungKook había tenido otras novias? Bueno, ella quería demostrar que podía ser algo más que solo eso. JungKook la vio rodear el auto, dirigiéndose a los dos – Ella es Rosé.

- Un gusto... - este le cogió la mano, besándosela. Vaya. JungKook era un maestro realmente. Lo admiraba de ciertas maneras. Sabía elegir a las mujeres. Y Rosé no era la excepción.

- Mi novia. – aclaró JungKook. Con una oleada de celos en su cuerpo. Pequeña, pero la había. – él es Nolan, un amigo...

- Un gusto también. – le dijo Rosé, de pronto sintió los brazos de JungKook abrazarle la cintura, se volteó a mirarlo.

- ¿Y se quedaran un tiempo aquí? – preguntó Nolan.

- Sí, eso planeamos...

- Pensé que no vendrías más.

- Rosé quería conocer... - la volvió a apretar contra su cuerpo, ella le dedicó una sonrisa.

- Sí...pero... - Nolan sonrió. Incomodo. – ya sabes... lo último que pasó no fue muy bueno y...

JungKook endureció la mandíbula. Sintió la mirada de Rosé sobre sus ojos. Buscando una respuesta. Una pequeña palabra proveniente de sus labios que le explicara que había pasado. ¿Qué era lo que ella no sabía? ¿Y por qué no lo sabía? Y al ver que no obtendría respuesta de parte de JungKook, intentó preguntárselo a Nolan.

- ¿Qué fue lo que pasó? – le preguntó.

- ¡JungKook! – un hombre rubio y alto se apareció por detrás. Tenía un enorme dragón en su brazo derecho, tatuado hace más de cinco años. Su favorito. - ¿Qué haces aquí niño?

- ¿Niño? – saludó JungKook. Se volteó para abrazar a Dam. – ¡joder has envejecido!

- No, es el ejercicio... me tiene así... - mostró su bícep derecho. – guou... ¿y quién es ella?

- Rosé, mucho gusto. – saludó ella, estirando la mano.

- No, no... el gusto es mío bonita... - estrechó su mano. – no me digas que este campeón – palmeó el hombro de JungKook. – te tiene en sus redes...

- Dam... - murmuró JungKook, algo avergonzado. Rosé sonrió.

- Nunca escoges mal, eh. – Dam río. Los años lo habían hecho trizas. O al menos JungKook lo recordaba diferente. Más vivo. De otra forma. El color de su cabello había cambiado, al igual que su voz y su aspecto.

- ¿Tienes idea si Chas está en casa? – preguntó JungKook. – me quedaré unos días en Kingston, pero él tiene las llaves...

- Lo he visto en la mañana. Seguro a de estar follando por ahí...

- Dam. – volvió a decirle JungKook, esta vez incomodo por R Ella soltó una pequeña risita. - ¿quieres decir que no está ahora?

- No, probablemente no... - negó él.

- Joder... - renegó JungKook.

- Si viene por aquí le diré que has venido, ve y da una vuelta por ahí mientras regresa... Kingston es muy grande...

- Sí, tiene razón. – le dijo Rosé. Con verdaderas ganas de conocer más. JungKook observó sus labios. Le provocaba besárselos en ese mismo instante. No se podía creer lo increíble que era con él. Lo poco que le importaban sus defectos. Oh, vaya. Las ganas se hicieron más grandes. Una idea se le vino a la mente.

- Vale... - dijo, y sonrió al ver que Rosé se contentaba. – iré por ahí y regreso en una hora, si vez a ese gilipollas por aquí... le dices que he venido y que quiero que se vaya de mi casa ¿esta bien?