BUSCANDO VOLVER A VER LAS ESTRELLAS

LA SEÑORITA MILLER

Nos frenamos los 3 cerca de una gran puerta doble hecha de madera, demasiado indiscreta para mi gusto.

- Vamos

Dice el guardia y nos empuja dentro de una gran habitación parecida a una consulta médica, tiene 6 sillas enfrente de una mesa de mármol blanco y bien cuidado, detrás de esta hay una silla visiblemente más cómoda y cara que las otras seis.

- Aquí están los problemáticos de los que les he hablado antes señorita Miller

- Déjenos a solas

Dice por lo que parece la señorita Miller, parece rondar los 45 años, tiene el pelo muy corto, por la mitad del cuello, negro, lo que resalta aún más sus abundantes canas, las cejas finas, los ojos completamente negros, con una mirada calculadora y la nariz aguileña. Me va a caer mal y lo sé, lo sé por su mirada de superioridad y la forma en la que sonríe, como si solo fuésemos unos chiquillos ineptos, espera, pensándolo bien, no estaría mal que pensase así, en el fondo... es mejor no llamar la atención. Veo como Zack se sienta en una silla cercana a la mía y me mira mal, vaya y yo que pensaba que nos ibamos a llevar bien... llevámos juntos 2 horas y ya me han pasado más cosas que en un mes, y con una persona que acabo de conocer, irónico ¿no?

- Qué sepáis que si nos matan de inyección letal es vuestra culpa chicas

Dice Z- ja claro, y a quién se le ocurrió la excelente y lógica idea de robar las llaves a un guardia sin tener ni la más remota idea de que hacer con ellas después- Le replica Axel y Zack se queda callado. Veo como obligan a Gynger a sentarse en una silla, por suerte está sentada al lado de Axel y Zack, y para mi desgracia me está fulminando con la mirada, giro la cabaza en dirección a la señorita Miller, intentando evitar los ojos de Gynger en mi nuca, veo como sobresale el pico de un mapa por unos de los cajones del escritorio de mármol, entorno la mirada y veo que son los planos del centro, los tengo que robar, ya.

- Bueno jóvenes rebeldes- hace una pausa y toma aire