Fabrizio estaba enojado y lo que le seguía, había tenido que cubrir su turno completo y el de Bella y ella ni siquiera había tenido la decencia de enviarle un mensaje. Tomo con enfado sus cosas del casillero para regresar a casa, era casi la 1 de la madrugada.
- ¿Te vas ya Fabri? - pregunto uno de sus compañeros - . Will pregunto por tu hermana.
- Está bien gracias.
Will era el gerente del cine, no era alguien muy sociable o fácil de tratar y desde un principio no le había gustado la manera tan peculiar en la que trataba a su hermana, aun así sabía que necesitaban el trabajo y no se podían dar el lujo de ponerse contra el jefe o faltar como lo había hecho Bella.
Al llegar a su casa noto el par de botas mojadas en la entrada, todo estaba en completo silencio, su papá no estaba y su mamá estaba dormida en uno de los sillones de la sala. Subió rápidamente las escaleras, estaba muy molesto con su hermana y quería una buena explicación, después obviamente de asegurarse que estuviera bien. A mitad de las escaleras escucho un fuerte golpe que lo alerto, se apresuró aún más.
- ¡Bella! ¡¿Te encuentras...?! - se quedó en total silencio, no sabía si seguir molesto, reír, regañarla, solo su hermana podía estar en semejante situación - ¿Qué es esto?
- ¡Fabrizio! - se sobresaltó - . Te juro que puedo explicarlo, antes que nada perdón por no llegar pero...pero...
- ¿Pero? - insistió su hermano.
- Es que míralo - hizo su cara de cachorro triste - . No podía dejarlo.
El cuervo permanecía quieto sobre la cama, la habitación de Bella era un completo desastre, plumas por todos lados, las paredes salpicadas de agua con algunas gotas de sangre del animal y ella, bueno Bella era otra historia aun llevaba puesto el empapado vestido, el maquillaje se había corrido y su cabello goteaba. Estaba temblando del frio.
- ¿Me ayudaras verdad?
- Bella...- su tono era de regaño.
- Por favor y compensare también mi falta al trabajo, te cubriré un fin de semana entero lo prometo, solo ayúdame ¿sí? - se acercó al ave - . Esta sangrando mucho y creo que tiene un ala fracturada.
Fabrizio suspiro derrotado.
- Está bien.
Fabrizio fue por el botiquín a su habitación y algunos implementos más, para fortuna del ave tenían un futuro veterinario en la casa. Muy oportuno podría decirse.
- Lo harás tú, tú lo encontraste tú lo curarás y yo te guiaré¿entendido?
- Si - dijo decidida.
Con cuidado comenzó a limpiar la herida intentando no lastimar al animal, puso un par de parches para cerrarla no era necesario hacer puntadas, después tomo una pequeña venda y ató el ala para inmovilizarla, estaba rota y no debía moverla.
- ¿Cuánto tardara sanar?
- En un par de semanas estará bien, conseguiré mañana una jaula para mantenerlo aquí y habrá que comprar algo de carne para alimentarlo - se encamino a la puerta no sin antes satisfacer su curiosidad - ¿Cómo lo encontraste? O más bien ¿en dónde?
- Cerca del campus de derecho en la universidad, fue algo muy raro las aves estaban comportarse de una manera extraña - comenzó a secar su cabello.
- ¿Extraña?
- Los cuervos formaban remolinos y graznaban de una manera neurótica, como si temieran por algo.
- Eso es extraño, pero también que migren en esta época del año.Por ahora es mejor que te seques y descanses, colócalo en el piso se quedara quieto.
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MI CUERVO
Fiction généraleElla solo ayudo a alguien indefenso y herido, el tenía que devolver el favor aunque esto significará atarse a ella por siempre. Prohibida su copia parcial o total. Todos los derechos reservados.