Si hubiera sabido de los falsos futuros;
Si hubiese dado el tiempo que me queda...
Cuando veo ambos extremos me entretengo;
ver el mar y el cielo ceñirse, un contacto imbatible.
Otro espejismo en estos sueños oceánicos.
Un aliento persistente para combatir a las lagrimas.
Una vez mas, los monstruos se vuelven libres.
Te has perdido como arena en mis manos.
Una secuencia que se disuelve con el dulce tiñe de la noche.