No presencié su partir y aun sigue ahí.
Su esclarecido andar, quien sabe donde me dejará.
A caso, ¿hay necesidad de cotejar?
Una casa no es tan diferente que a una botella.
Otro día con tormentas en la orilla;
otra noche de exaltación de suspiros.
Como si eso no fuera suficiente, el dolor nunca fue uno.
Seremos uno , aun en lo mas prodigioso.
Me hundo en paz.