capítulo 6

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Otras dos semanas pasaron desde aquella conversación con Kong y no hace falta decir que, desde entonces, yo he dejado de seguirlo a todos lados. Nos vamos acercando más conforme pasan los días y yo no puedo estar más feliz por eso.

Aunque es cierto que, al principio, pensé que empezar desde cero con Kong sería doloroso y no voy a mentir, en parte lo es, porque por el momento sólo somos amigos. Sin embargo, es eso o resignarme a no recuperarlo jamás. Obviamente prefiero lo primero.

Obviamente, porque prefiero verlo y hablar con él de cerca y no escondido a lo lejos. Obviamente, porque prefiero ver sus amplias sonrisas en vivo y en directo a tener que recurrir a nada más que a las memorias de él que tengo almacenadas en mi cabeza. Obviamente, porque...

—¡Oye, Arthit!

Levanto la cabeza al oír el llamado de Knot. Mi mejor amigo me mira con una expresión divertida en el rostro, por lo cual yo alzo una ceja.

Estamos fuera en el campus de la universidad, sentados en una mesa mientras trabajamos en nuestras tareas del día. Parece ser que me distraje un poco porque tanto Knot como mis otros amigos empiezan a reír.

—¿De qué se ríen, eh? —Les reclamo, molesto, pero ellos siguen riendo.

—¿Ocupado pensando en tu amorcito, Ai'Arthit? —Me vacila Prem y yo giro los ojos.

Durante esas mismas dos semanas en las que Kong y yo hemos empezado a tratar como amigos, mis amigos no han dejado de vacilarme sobre mi renovado buen humor.

La verdad es que me he sentido muy feliz últimamente y debí haber adivinado que estaba siendo demasiado obvio desde la primera vez que ellos me dijeron algo al respecto.

Suspirando con cierta frustración, aferro el lápiz que sostengo en una mano y lo apunto amenazante hacia Prem y luego a Bright, pero también a Knot y Tutah.

—Oh, vamos, Arthit —interviene Bright con una sonrisa burlesca. —No nos engañas, tú estás viendo a alguien en secreto... ¿Cómo se llama? ¿Es linda?

Distingo en los ojos de Bright un brillo que se me hace peligroso. Notándolo también, Tutah le da un golpe en la cabeza.

—¡Ai'Bright! ¡Ni lo pienses! —Amenaza Tutah mientras Bright se soba detrás de la cabeza.

Yo vuelvo a girar los ojos. No puedo creer que estén hablando de esto en serio.

—Escuchen, de verdad que no estoy saliendo con nadie —contesto, bajando el lápiz de nuevo a la mesa al igual que mi mirada. «Al menos no de forma romántica...», quiero agregar.

Han sido ya varias semanas desde que desperté en esta nueva realidad y siento como si me apretaran el corazón cada vez que pienso en mi ahora inexistente relación con Kong.

Debí haber hecho a alguna expresión lastimera, ya que mis amigos se quedan en silencio y se miran entre ellos.

—Arthit... —Me llama la atención Knot y yo saco la mirada de la mesa. Sus ojos me ven preocupados y al mismo tiempo inquisitivos. —Sabes que puedes decirnos cualquier cosa, ¿cierto?

Por supuesto que lo sé y ahora me siento culpable.

Lo sé desde aquella ocasión hace más de cuatro años en la que dije frente a todos que salía con Kong. Desde entonces me arrepiento de no haberles contado antes, por haber sido tan inseguro y por no haber confiado en ellos para decirles algo tan importante.

Suspiro pesado, encorvándome un poco sobre la mesa con mis antebrazos recargados sobre la superficie.

—Chicos, yo... —Mordisqueo mi labio. Aunque sé que no me juzgarán por esto, no puedo evitar sentirme nervioso. —Yo no tengo ninguna novia, de verdad. Yo... —Juego con mis dedos entrelazados, demasiado tímido como para atreverme a mirarlos.

Tú y Yo, ¡¿otra vez?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora