capítulo 3

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Ya pasaron dos semanas desde ese extraño encuentro con Kong, en las que poco a poco he ido aceptando el hecho de que estoy viviendo de nuevo la vida que tenía hace cinco años.

La verdad es que, hasta ahora, estas dos semanas han sido muy fáciles, ya que el contenido de mis materias ya lo tengo visto y las tareas no son nada difíciles para mí; además, no tengo que trabajar y eso reduce bastante el estrés al que me había acostumbrado por los últimos años. Lo que es difícil para mí, es tener que volver a acostumbrarme a la ausencia de mi novio tanto por las mañanas como por las noches. Por ese motivo, no he podido descansar adecuadamente y también me siento muy irritable durante todo el día.

Tal vez lo que dijo Kong ese día en la junta es cierto. Si no lo tengo a él, mi mal humor es evidente durante todo el día.

Otra cosa es que, por más que lo intente, no puedo dejar de pensar en esa noche y en lo que le dije a Kong en mi ataque de ira. Ahora me arrepiento mucho haberle dicho todo eso. Estoy convencido de que fui un completo idiota y ya estoy pagando las consecuencias.

Y qué consecuencias, pienso mientras froto con mi índice y pulgar mi dedo anular izquierdo. Allí solía llevar puesto el anillo de compromiso que me dio Kong, el cual acostumbraba a tocar con mis dedos siempre que me sintiera inquieto o ansioso, así como ahora. Sin embargo, ya no está más allí.

Aunque me he sentido terriblemente culpable y muy inquieto sin la compañía de mi novio, algo bueno que ha salido de estas dos semanas es que también he tenido tiempo para pensar todo lo que pasó.

"Ojalá nunca hubiera aceptado ser hazer. Me habría ahorrado muchos problemas. Como conocerte."

Sé que al no haber aceptado la oferta de P'Tum para ser el líder de los hazers, probablemente no habría conocido a Kong. Así que, de alguna manera, estoy seguro de que eso que dije esa noche tiene que ver con que yo esté aquí en primer lugar. Así como en las películas.

Pero de lo que no estoy seguro, es de cómo sucedió.

Esta es la vida real, no es una de esas películas en las que viene un ser mágico y te devuelve a la época de tu juventud para darte una segunda oportunidad en la vida o algo por el estilo. Al menos, si fuera así, mi hada madrina (o hado padrino, para ser inclusivos) ya se habría presentado ante mí en algún momento de estas dos semanas para darme aunque sea un manual de instrucciones, porque honestamente yo no sé qué hacer para solucionar esto. ¿O es mucho pedir?

"No eras nadie más que un maldito niño arrogante".

Con eso, yo no me refería a que lamentaba conocer a Kong. Sí lamento las circunstancias en las que nos conocimos, pero nunca, nunca, lamentaré el haberlo conocido.

Yo no quiero una segunda oportunidad en la vida, ni la necesito. Yo lo único que quiero es mi antigua vida de regreso. Quiero tener 24 años otra vez, quiero regresar al trabajo (bueno, no tanto), quiero estar en casa con Kong... Quiero recuperar a Kong.

Lo necesito de vuelta.

—Arthit... ¡Arthit!

La voz de Knot me trae de vuelta a la realidad.

Entonces, me doy cuenta de que terminó nuestra última clase de antes de la hora de la comida. Ya todos están saliendo del salón, así que empiezo a guardar mis cosas en mi mochila.

Cuando me levanto, Bright me rodea los hombros con un brazo y empieza a arrastrarme consigo hasta la puerta.

—¿Por qué estás tan distraído últimamente? —Me pregunta. —¿Quieres que vayamos a beber hoy en la noche para que te despejes?

Tú y Yo, ¡¿otra vez?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora