¡HOLA LECTOR! Antes de comenzar quiero aclararte que el universo que establecí acá es FICTICIO, por ende no es correlativo con la historia original de Kohei Horikoshi. Desde ya, muchas gracias por leer.
Hace meses he ingresado a una de las mejores academias de Japón, la UA, una escuela bastante prestigiosa y de un nivel altísimo. Mi sueño es ser el mejor héroe que ha tenido este país y superar con creces a All Might, héroe icono y símbolo de la paz, probablemente el mejor que ha tenido este planeta. Nací sin un poder, pero el mejor de todos me dio su 'don' el cual estuve practicándolo por muchísimo tiempo. Sin embargo, muchos sentimientos invadían mi cabeza y no podía dejar de divagar en ese mar de pensamientos inútiles.
Hace poco tiempo comenzamos las prácticas con héroes profesionales. Cada uno de nosotros se centró en un entrenamiento forzoso llevándonos al límite de nuestras fuerzas. Durante ese tiempo he pensado mucho en un rival que he tenido desde la infancia, uno al cual admiré durante mucho tiempo y hoy es un obstáculo a superar. Quiero ser como él, inquebrantable, fuerte y decidido. Pero el concentrarme tanto en él me di cuenta que hay algo más que sólo admiración pura y dura, hay algo en sus ojos y en su mirada fría que me impacta tanto. ¿Qué es? ¿Por qué no puedo responder estas preguntas tan insignificantes y a la vez necesarias?
Al regresar de nuestros entrenamientos lo observé con un atuendo nuevo y sus habilidades habían mejorado mucho más de lo que esperaba, pero sus gestos me decían algo más. Necesitaba verlo a los ojos y entender qué estaba deduciendo su mente. Pero no podía entenderlo, aunque necesitaba pero a la vez era incierto.
-¡Midoriya!- Se siente una voz a lo lejos. -¿No ves que te están llamando hace rato? ¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo?-.
-¡Oh! no es nada Iida, sólo estaba meditando mi nueva estrategia de combate.-
Claro, este tipo de cosas eran mis piedras al frente del camino, debía liberarme de estos pensamientos innecesarios. Añoraba llegar a mi habitación y dormir tan sólo unas horas. Pero su mirada, él no paraba de observar cada movimiento. ¿Cómo podía yo continuar así?
Algo estaba claro... Preciso desahogo. ¿Pero con quién? No puedo, nadie debe saberlo, sino la soledad volverá y me sentiré humillado otra vez. ¿Debería decirlo directamente? No... Me llamaría 'gay' y se reiría de mi seguramente. ¡Vaya, en qué estoy pensando! Tengo que concentrarme en esta práctica.
Al caer la noche
Todos estábamos exhaustos y temprano, luego de cenar, nos fuimos descansar. Algunos se quedaron conversando en la sala mientras que otros simplemente se relajaban en sus habitaciones. Katsuki, él, se fue a su habitación sin decir una palabra. Necesitaba conversar con él pero seguramente estos pensamientos se disolverán y se hundirán por un retrete. Así que mi única opción era simplemente callar.
"Mi admiración por Katchan no es más que un grillete" pero a la vez es un motivo por el cuál seguir adelante, lo entendí cuando me enfrenté a él hace no mucho tiempo. Pero a la vez quiero verlo como alguien al cuál quiero tener a mi lado, alguien a quien... Amar, tal vez.
Sonidos de puerta
-¿Deku? ¿Estás ahí?- Dijo la dulce voz de Uraraka. -¿Puedes salir un rato a hablar?-
Con Uraraka estuvimos conversando un largo rato, pero al último terminó confesando unos sentimientos encontrados que tenía conmigo. Posiblemente me observó pensativo y dedujo que yo le gustaba también. No supe cómo rechazar sus sentimientos, intenté evadir el tema pero ella enseguida se dio cuenta que no sentía lo mismo por ella, sólo se limitó a mirar un reloj en su muñeca y excusar que debía irse a dormir. Entendimos esas palabras ambos, me sentía triste por ella pero no debía engañarla, debía intentar no ser mentiroso pero a la vez no quería lastimar sus sentimientos. Intenté remediarlo así que fui a su habitación, no toqué la puerta porque... Estaba llorando.
Me escondí bajo las sábanas a lamentar lo idiota que había sido con ella y que tal vez debí haber sido más directo con ella. Pero al fin de cuentas, todo este problema apuntaba a una sola persona: Yo. Así que intenté replantearme la situación y planear alguna forma de conversar con Katchan para liberar de alguna manera todos eso que divagaba en mi mente desde hacía ya un tiempo.
Al día siguiente Uraraka no me miraba a la cara y me evitaba todo el rato que estaba cerca de ella, quería disculparme por lo idiota que había sido pero no encontraba forma de poder decírselo. Dado esto decidí ponerme detrás de ella y decirle "Perdón, fui un idiota, realmente no quise decir eso" Uraraka sonrió por un leve segundo y se alejó unos centímetros de mí. Me dijo entre susurro "está bien, no es tu culpa, gracias". No quise tocar más el tema con obvias razones pero tampoco debía irme hacia Katchan en ese momento, tenía que buscar uno mejor.
Ahora que lo pienso, no me había dado cuenta de un pequeño detalle... En todo ese tiempo, no paré ni un segundo de mirar a Katchan.
Así que... A la noche.
-¡Oye, Deku!- Se sintió un grito a lo lejos. -¡Ven aquí estúpido de mierda, tengo que hablar contigo!- me agarró de la cuellera y me arrastró varios metros fuera de la sala común. Me arrinconó en una esquina, yo estaba aterrado, pero parece ser que ese momento que tenía que crear no lo hice yo sólo. Es más, él mismo lo provocó.
Así que arrinconado, con mucho miedo pero mi mirada estaba fija en él, me dijo enfurecido -¡¿Qué rayos te sucede conmigo?! ¡¿Por qué mierdas me miras a cada rato?! ¡¡¿¿Quieres pelea eh??!!- No podía responder, estaba muy nervioso y las palabras simplemente no salían de mi boca. "Te voy a acabar, estúpido", es lo que pudo salir de mi mente, aunque tartamudeando. Las palabras de Katchan eran cada vez más intimidantes. Cada vez me arrinconaba más y más, sólo me limité a decir lo que mi corazón en ese momento anhelaba gritar.
-¡ME GUSTAS!-
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Rivales Fugaces | Fanfic yaoi katsudeku (KATSUKI BAKUGO X IZUKU MIDORIYA)
Romansa¿Qué obtienes si mezclas a una persona anulada por la sociedad y a un individuo elogiado por sus pares? Esta es la pregunta que Izuku Midoriya se indagó por su cabeza millones de veces pero no encontraba la respuesta adecuada. No tenía sentido para...