Acosador Anonimo

4. "Un descuido."

Me despierto feliz, ahora mi vida es casi como antes.

Eran las 5:30 así que me doy una ducha lenta y placentera, mientras pienso en como explicarle a Elías que las fotos son falsas.

Salgo y me pongo una camisa blanca con un pequeño encaje en el cuello y una falda negra, me maquillo con lo básico y finalmente me hago una coleta alta.

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Al llegar todo estaba pacífico. Claro, aún seguían esos estúpidos murmullos al pasar pero que más da, al menos sabía que mis amigos me creían.

¿No?

- Mareline Hals, a la oficina del director, Mareline Hals, a la oficina del director. - oigo el parlante del pasillo.

¿que hice ahora?

Genial, ahora los murmullos se duplicaban.

Camino por los pasillos hacia la oficina del director y todos como idiotas mirándome, falta que dijeran "uUuUuUu". Les encanta el chisme.

- Pase. - me dice el director tras golpear la puerta.

- Buenos días, ¿Qué tenía para decirme? -

Creo que es la primera vez que me llaman de dirección, debo admitir que estoy nerviosa, se que no tuve una actitud muy positiva estas últimas semanas, más las faltas...

- hemos visto que sus acciones se están llendo de control estas últimas semanas. - me mira serio. - Mire, que este sea su penultimo año no le da derecho a comportarse así ¿entiende? - asiento.

Espero que no mande una nota o llame a mis papás... O peor, que los cite. Siempre fueron muy confiados conmigo, no quiero que empiecen a creer que estoy torciendo el camino.

- A demás, le recuerdo que faltó 1 SEMANA, ¿Se puede saber el motivo? - Dice como si lo hubiera hecho de vaga.

¿Es joda? ¿No vio los estúpidos carteles?

- Con todo respeto, pero ¿Usted no vio las fotos con todas esas críticas hacia mi en, literalmente, todos los casilleros? - le digo.

Suelta una risa corta por lo bajo.

¿Perdón? Y este de que se ríe.

- Ese no es motivo. -

¿¡QUE NO ES MOTIVO?! Hemos comprobado que usted, señor, es un idiota.

- ¿Qué no es motivo? - digo exsaltada. - ¿Sabe el impacto que pueden tener esas palabras en un adolescente? -

- Le voy a pedir que no me eleve la voz. - pudrase. - y en cuanto a eso, son sólo palabras, no es para tanto. Usted ya está grande señorita. - Dice muy tranquilo.