Capítulo 4: El Natatorio

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Decidí comenzar recorriendo el ala derecha del campus, que parecía ser la más extensa. Después de caminar alrededor de 4 minutos me topé con una enorme cancha de fútbol americano. Seguramente Max debe de ser parte del equipo, por eso su aire de grandeza y su bien formado cuerpo pensé.  Pero de todas maneras, lo único importante que significa esa cancha es que en el instituto hay más tipos de esos que traen  a todas las mujeres babeando por el piso, como Max que tiene el ego hasta las nubes.

Seguí recorriendo el campus hasta que algo llamo mi atención. Una gran área del campus estaba dedicada a un natatorio con paredes de cristal. Era hermoso contaba con una pileta de tamaño olímpico dividida en 6 andariveles.

No dude ni un minuto y me dirijo hacia esa gran pileta. Al entrar al natatorio el olor a cloro de la pileta me hizo dar cuenta de que no llevaba una maya para poder meterme. - ¿Qué más da?- murmuré para mí misma considerando la idea de meterme en ropa interior- Nadie sabrá que estoy aquí, asique ¿Por qué no permitirme un rato de placer después de este día lleno de mierda?

Comencé a quitarme las prendas y a guardarlas en mi bolso. Una vez que quede solo con la ropa interior entre de un clavado a la piscina. El agua fría cubrió mi cuerpo en menos de un segundo, haciéndome sentir libre, como si volara. Esto era definitivamente lo mejor que había en este mundo lleno de mierda, la libertad que se siente al nadar. Instintivamente comencé a nada mariposa, lleno mis pulmones de aire con cada brazada y sintiendo aquella sensación que solo al nadar se conseguía. Podría  pasar horas nadando. Cuando por fin pare para descansar un minuto me encontré con que alguien me observaba desde el otro lado del natatorio.

- ¿Qué haces aquí?- fue lo único que pude pronunciar.

~Narra Aidan~

Esta chica estaba loca, no era normal. Primero viene y me falta el respeto, luego salta por la ventana desde el maldito segundo piso y se levanta como si la caída hubiera sido lo más mínima,  como si saltara desde arriba de una mesa. No había pasado ni diez minutos con ella y ya me tenía de los pelos. ¿Cómo podía ser que una chica causara ese efecto en mí? Esto nunca antes había sucedido y siendo genuinamente sinceros me tenía bastante asombrado.

¿Qué me encontraba haciendo yo en este momento? Fácil, me encontraba buscando a Katherine por el campus del instituto, estaba equivocada si pensaba que sería así de fácil escaparse del castigo. Me dirigí hacia el ala izquierda del campus, donde se encontraba el estacionamiento. Lo más lógico es que se dirigiera hacia allá, entonces allá estaría yo. Cuando llegue al estacionamiento me sorprendió mucho lo que vi. Los cuatro vehículos estaba estacionados ahí, el Aston Martin V12 Vanquish de mi padre, mi Volvo S6oR, la moto Dacati 848 de Max y un BMW M3 convertible que debía de pertenecer a Katherine. Pero si su auto estaba aquí ¿Dónde estaba ella? ¿Qué sentido tenía que se quedara en el instituto cuando acababa de saltar por la ventana? Esta chica definitivamente iba a volverme loco.

Tarde alrededor de 5 minutos en volver al lugar en donde ella había caído. Ahora debería buscarla por todo el campus y ella me llevaba como 10 minutos de ventaja ya que había tenido que ir al estacionamiento y luego volver. Hice una lista de los lugares en donde podría encontrarla, lo cual me fue muy difícil ya que no sabía  absolutamente nada sobre ella. Los primeros lugares que descarte de la lista fueron la cancha de futbol americano y el natatorio ¿Por qué? Muy simple, la cancha de futbol americano era el primer lugar de actividades extracurriculares que estaba a la vista, y si quería escapar, al menos de mí, no iría a un lugar tan obvio como aquel, y aunque tenía mis dudas sobre el natatorio no creo que ella decidiera quedarse mucho tiempo allí por el simple hecho de que no traía malla y además de la pileta de tamaño olímpico no había mucho que ver allí. Seguí con mi lista de lugares donde ella podría o no estar. A medida que fui haciendo la lista me di cuenta de que todos los lugares donde se practicara algún deporte estaban descartados ya que el calor que hacía era insoportable, por lo que solo quedaban dos posibilidades, una de ellas era cerca de  las tribunas de la cancha de basquetbol, donde se suelen hacer juntas para discutir las estrategias de los partidos, debido a que la zona estaba rodeada por un par de árboles; la segunda  opción era el vestuario que estaba a un lado de la cancha de hándbol.

Ya había llegado a la cancha de futbol americano para cuando termine la lista, lo que significaba que tendría que caminar alrededor de diez minutos para llegar a la primera de mis opciones.  Con este pensamiento seguí caminando hasta que algo, más bien alguien, llamó mi atención en el natatorio. Ella se encontraba allí nadando perfectamente el estilo mariposa ¿Pero si ella no tenía malla cómo…? No aguante más y como dice el dicho, la curiosidad mato al gato. ¡Estaba solamente en ropa interior! Podía sentir como mi amiguito comenzaba a tomar vida propia. Mierda. No pude evitar quedarme mirándola. Tenía un cuerpo de dioses, podría pasar horas observándolo y no aburrirme nunca, era tan…

-¿Qué haces aquí?- Pregunto ella sacándome abruptamente de mis pensamientos. Diablos había ya se había dado cuenta de mí presencia. ¿Qué hacía ahora? “Primero responde” comento mi conciencia. Cierto ella estaba ahí mirándome a la espera de una respuesta.

-Emm… yo… - No sabía que decirle estaba en el horno.

-¿Y? ¿Necesitas una invitación firmada por el comité de idiotas para responder a mi pregunta?-  Pero ¿quién se creía que era? Nadie iba a faltarme el respeto de esta manera.

-¿No crees que el que debería hacer esa pregunta soy yo?- Respondí dejando los nervios de lado, no me humillaría delante de ella.

- No cuando eres tú me está espiando desde el otro lado del natatorio, observando mi cuerpo como embobado- Replico muy segura de sí misma.

Mierda, había notado que la estuve mirando ¿Qué le decía ahora?

Entre el Cielo y el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora