Capítulo 1 Entre las telas de seda

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Entre sueños empecé a escuchar algo de ruido en el piso de abajo, mi madre como cada dia se habia levantado temprano a trabajar en su máquina de coser, lleve mis manos a mi cara para quitar el sueño que sentía y mis ojos se abrieron con cansancio volviendo a ver las paredes de madera de mi habitación. La verdad lo unico que queria era seguir durmiendo en mi dia libre pero con pesar me levanté y me dirigí hacia la cocina.

- ¿Algún día dejaras que duerma hasta tarde? – Gruñí al verla ordenando los vestidos y trajes de seda, satín y múltiples telas en sus correspondientes cajas para ser entregados a sus dueños.

- Sabes que el trabajo está siempre atrasado y los clientes tienen un gran temperamento cuando sus pedidos no están a tiempo – Me recordó mi madre terminando de empacar de forma perfecta una de las cajas, sus manos eran hábiles al momento de ordenar y coser.

Me acerque a ella para tomar las cajas y colocarles un listón rojo, asi estarian listas para poder ser entregadas a sus dueños más tarde. La verdad era la parte que más me agradaba del ayudarla a trabajar, ver como cerraba esas cajas blancas con listones de colores que dentro guardaban los diseños de mi madre – sabes, te recuerdo que me habías prometido dormir hasta tarde este dia, hoy era mi dia de descanso - Sonreí al verla fruncir el ceño.

- No te pongas así, definitivamente tienen el mismo temperamento gruñón que los estirados a los que les entregó las cajas dia a dia – la moleste sonriendo y vi su gesto enojado, sabia que había logrado molestarla un poco, pero a los pocos minutos una sonrisa volvió a aparecer en su rostro.

– Recuerda que también tienes la sangre de lobo en ti, también eres una gruñona – me recordó mi madre mirándome con sus ojos celestes como el cielo - Ve a cambiarte, harás esperar a las bestias y se enojarán contigo - Me guiñó un ojo siguiendo mi juego. Ante esas palabras no lo pensé dos veces y volví a mi habitación a cambiarme rápidamente para poder comenzar con mis entregas de hoy.

Cuando termine de cambiarme me miré al espejo y me peine el cabello con los dedos, no había tiempo para arreglarme más, tomé una de las lentillas que siempre utilizaba en mi ojo derecho y la acomode frente al espejo para que quedara en su lugar antes de bajar nuevamente.

 La verdad hacía esto cada mañana, lo hacía ya que al ser hija de una madre licántropo y un padre híbrido no era del todo pura mi sangre, lo que trajo consigo que mis genes fueran algo... peculiares, sólo uno de mis ojos es humano.

Mi ojo derecho tenía una tonalidad azul claro, que destacaba rápidamente a simple vista como el de la mayoría de los lobos de linaje puro, pero mi ojo izquierdo era de un tono café, como el de un humano. Es por esa razón que lo ocultaba de los demás, ya que era algo intimidante para los humanos y mestizos  pero despreciable y repudiable para los raza pura, a los que nosotros les llamábamos los nocturnos.

Los Ojos De La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora