Intentó abrir los ojos, despertar de la bruma que inundaba sus recuerdos, luchar contra el agudo dolor de cabeza que le molestaba y no le dejaba orientarse correctamente.
Negro.
La habitación estaba sumida en una profunda oscuridad que no había diferencia entre mantener los ojos abiertos y cerrados.
Dio en cuenta que estaba acostado en lo que podía sentir era una cama de tatami y cubierto de las mullidas y frescas sábanas de un futón, las cuales fueron hechas a un lado.
La realidad llegó cuando intentó ponerse de pie para salir de donde sea que estaba y un dolor intenso en su costado se lo impidió, le hizo caer, jadeante por el sobre esfuerzo.
Mientras estaba recostado tratando de recuperarse, poco a poco los recuerdos volvieron a él, como se internó junto a Kamado en la fortaleza en busca de Muzan, la pelea junto a la tercera luna superior y su cuerpo, como sí no pesara nada, siendo lanzado contra los escombros de la habitación destrozada.
Probablemente tendría un gran corte, considerando la manera y la forma en que le dolía la zona de su cuerpo.
Lo importante ahora era dónde estaba.
Con todo el coraje que pudo reunir, intentó de nueva cuenta levantarse, sí los cazadores aún estaban ahí afuera peleando, no podía seguir perdiendo el tiempo, tenía que ayudarlos, sólo se detendría cuando definitivamente sus manos no pudieran blandir su katana.
Dentro de la penumbra, resonó una suave risa, misma que le hizo entrar en estado de alarma, qué más necesitaba que saber que alguien lo estuvo observando en secreto todo este tiempo y ni siquiera lo había notado.
— No te apresures tanto, Tomioka, arruinaras el vendaje.
Apenas pudo vislumbrar la silueta de una persona, el como esta se iluminaba conforme iba abriendo la puerta corrediza, permitiendo que entrara la luz de la luna llena.
Bajó la mirada, no sólo se encontró con su abdomen y parte del tórax cubiertos de una venda firme, también que su haori junto con su uniforme habían sido sustituidos por una fina yukata.
Al volver al frente, sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa, ante su mirada, la misma luna que el joven cazador y él intentaron derrotar, completamente intacto, gozando de la noche mientras caminaba hacía la orilla y se sentaba en la madera, dándole la espalda.
Sí ponía atención, podía observar que la enorme habitación en la que estaba era del mismo estilo, no era del todo exuberante, pero a juzgar por la estructura y la escasa decoración, era todo menos austera, ahí vivía alguien de buena posición económica.
Se golpeó mentalmente por estar juzgando una estúpida casa en lugar de preocuparse por su enemigo, quizás Shinobu tenía razón en preocuparse tanto por él.
Sus ojos se pasearon rápidamente por todo el lugar buscando su katana de nichirinto, pero era obvio que sería lo primero que le quitarían sí es que los demonios le secuestraban.
— Estás pensando muy alto, Tomioka — Rió divertido, volviendo su cabeza para mostrarle una sonrisa llena de colmillos — Es Tomioka ¿Verdad? Fue lo que gritó el niño de los aretes cuando caíste inconsciente al piso ¿Recuerdas que no quisiste decirme tu nombre?
— ¡¿Qué fue lo que pasó con Tanjirou?! — La mención del chico le hizo impacientarse nuevamente ¿Qué había hecho el demonio con este? ¿Lo había matado? ¿Qué pasó con los otros pilares? ¿No lograron derrotar a Muzan?
Tuvo que llevarse una mano a su costado derecho, como si eso aminorara el punzante dolor debido a su exaltación.
— No lo sé, la primera aparte de mi misión terminó cuando te traje aquí — Despreocupadamente se encogió de hombros — Por cierto, ¿Tienes hambre? Tengo que vigilar que comas correctamente para que te recuperes, Tomioka, o sino ese hombre se enfadará — Aplaudió un par de veces y en seguida, ante la mirada atónita de su invitado, la puerta del lado contrario fue desplazada para dejar pasar a una comitiva completa de demonios, todos ellos iban vestidos con túnicas negras y llevaban sus rostros cubiertos con máscaras de igual color, recordando a los ayudantes de la finca de Shinobu.
Un par de ellos venían cargando una fina mesa de madera que fue acomodada junto a su cama y los siguientes se dedicaron a depositar platillos de apariencia y aroma exquisito sobre esta. Arroz, sopa de miso, udon, yakisoba, tempura, platillos que ni siquiera pudo reconocer y al final uno de ellos le sirvió una humeante tasa de té, dejando la tetera frente a él con el resto del contenido.
En completo silencio, realizaron una venia hacía el dueño de la propiedad y se retiraron tan rápido como llegaron.
— ¿Qué significa esto? — Murmuró un incrédulo Giyuu, tratando de adivinar las intenciones del demonio.
— Ah, cierto, Tomioka — Su imborrable sonrisa sólo reflejaba lo complacido que estaba por como sonaba el nombre del contrario en su lengua - Sé que podría sonar como una locura para ti, pero tienes que aprender a confiar en mi, siéntete libre de pedir lo que quieras... excepto marcharte, claro.
A diferencia de Akaza, a Giyuu no le causaron nada de gracia sus palabras.
Aún no sabía qué pintaba en una residencia llena de demonios que se tomaban tantas molestias por él, al punto de ofrecerle comida y cuidar de sus heridas... a no ser que...
— Deja todos estos trucos, sí pretendes comerme sólo hazlo y ya, no son necesarias todas estas estupideces — Dejó que las manos en su regazo se hicieran puños y su cuerpo se tensara por la ira, no tenían porque fingir, era obvio que lo único que quería un demonio de un humano era su carne y su sangre, volverse más fuerte a costa de una vida.
Un silencio, después una sonora risotada.
El demonio de cabellos rojizos tuvo que llevar la mano a su propia boca, tratando de contener su propia risa.
Apenas era el primer día que gozaba de su compañía y no podía creer lo feliz que lo estaba haciendo, ese pilar no sólo era fuerte y poseía un estilo de esgrima sublime, también era bastante agradable a la vista y su personalidad era entretenida, la lista de atributos iba creciendo a cada momento que pasaban juntos.
Akaza suspiró, recuperándose de su ataque de risa, sin importarle las dagas azules que le eran dirigidas, disfrutaba hasta de esa cara furiosa.
— No te hagas ideas tontas. Come ahora, más tarde cambiaré tu vendaje — Se puso de pie y se acercó hasta la cama, sentándose a la orilla de esta — Seguramente necesitas ayuda ¿Verdad?
Giyuu tragó saliva al tener al demonio tan cerca, aparentemente se veía relajado y no podía creer toda la hospitalidad que tenía con su persona, pero no podía olvidar que se trataba de una luna superior, alguien que tuvo que haber devorado a una cantidad descomunal de humanos como él para tener ese puesto, por no mencionar lo letal y resistente que era, le cortaron la cabeza, miembros y se regeneraba a una velocidad que nunca vio antes.
Al menos sabía que en ese preciso momento, sería un suicidio tratar de huir.
Desde su lugar, contempló en silencio a la luna, los llamativos tatuajes que cubrían todos los confines de su cuerpo bien construido y sus ligeras ropas dejaban a la vista, sus curiosos ojos con kanjis, el como inclusive sus largas y pobladas pestañas coincidían con el color de sus cabellos.
— Que mirada tan intensa, Tomioka ¿Te has enamorado tan rápido de mi? — Dijo con un toque de burla mientras alcanzaba el cuenco con sopa de miso y lo acercaba hasta los labios del pelinegro.
Giyuu de inmediato desvío su rostro, ante la expresión confusa de Akaza.
— ¡¿Qué estás haciendo?! — Gritó sin querer, rompiendo por un segundo su semblante callado, estaba enojado y avergonzado a partes iguales por el comportamiento y lo dicho por el demonio.
— Pensé que era bastante obvio. Sí te mueves en este momento, tu herida comenzará a sangrar y ya perdiste una buena cantidad. Come — Por segunda vez, hizo el intento de acercar el cuenco al chico, pero este lo alejó con un manotazo, provocando que derramara algo de su contenido en el futón.
Contrario a lo que el pilar pensó, el demonio jamás perdió su sonrisa pese a su insolencia.
— Tomioka, debiste decirme que no te gustaba la sopa, aquí también hay...
— ¡Deja de burlarte y alejate de mi! ¿Crees que no sé que está envenada? — Sí no lo querían engorda y comerlo, probablemente lo harían sufrir y morir lentamente a causa de algún veneno, la maldad de Muzan y sus secuaces era infinita, podía esperar cualquier cosa de estos.
La luna iba a reír por su renuencia, pero inexplicablemente no lo encontró gracioso, al contrario, dentro suyo pareció brotar una furia silenciosa que inició quemándole las entrañas, sus ojoz se llenaron de irá, apretó su mandíbula, todo su cuerpo se tensó y prefirió dejar el cuenco sobre la mesa cuando sus manos comenzaron a temblar con la necesidad de destroza no sólo el objeto, sino toda la habitación, todo a su paso.
Giyuu se quedó petrificado cuando el demonio se le acercó y lo encaró, a pocos centímetros podía incluso percibir su respiración descompensada y el como trataba de controlarse.
— Yo jamás sería un hijo de puta tan cobarde y tan débil que tenga que envenenar a alguien para vencerlo. Yo siempre voy de frente y usando mis propias manos, siempre, siempre, Tomioka, no olvides eso...
El cazador trató inútilmente de mantener la mirada a pesar del escalofrío que le recorrió la columna, percibió tanto odio en la criatura que tenía, que por un momento fue insoportable pero pensó que sí lo empujaba fuera de su espacio personal perdería sus manos, en el mejor de los casos.
Después de lo que pareció ser una eternidad, Akaza se alejó del chico y sin más, salió por la puerta al patio, cerrándola tras de sí, dejando todo a oscuras otra vez.
Sólo cuando se fue, Giyuu al fin pudo respirar, no era consciente de lo fuerte que su corazón golpeaba contra su caja torácica, desde hace demasiado tiempo que un demonio le había provocado temor.
Estaba exhausto, la interacción con la luna sólo agotó su mente y su cuerpo que ya se encontraba al límite.
Sus párpados se sentían pesados, luchó para no caer dormido, al menos se mantendría despierto hasta que el sol saliera en el horizonte.
¿Lo estarían buscando los demás cazadores? ¿Ya lo daban por muerto?¿Qué sería de él?
Tenía que buscar la manera de reponerse un poco y escapar, se negaba esperar a que los demonios cumplieran los planes que tenían para él, no se los pondría tan fácil.
❀ Comentarios Finales ❀
¡Hey! ¿Cómo están?
Sí me lo preguntan a mi, estoy emocionada, es la primera historia que publico por estos lares, lo gracioso es que fue la última que comencé y sin querer dejé en paro mis otras SaneGiyuu, SabiGiyuu y RenGiyuu (o era KyoGiyuu xD ¿Cómo quedó al final?) PERO prometo terminar los capítulos y dejarlas por acá.
El amor que siento por el Akaza x Giyuu es infinito y hay muy poco material, así que me sumo a esas personitas (varias de AO3 y de acá) que crean cosas de ellos, hicieron que adorara la couple y al mismo tiempo me inspiraron, GRACIAS y más gracias. <3
Se agradece que me hagan saber cualquier falta de ortografía u opinión.
Cuidense mucho y ¡Hasta el próximo cap!
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Demon Child ⁞ AkaGiyuu
RomanceDespués de invadir la Fortaleza Infinita, Giyuu es secuestrado por la tercera luna superior a pedido de Muzan, quien tiene planes especiales para uno de los pilares de agua y su luna más leal.