Rubios (Percico)

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Bajo la sombra de un árbol del Bosque Prohibido, a unos cuantos metros del Búnker 9, Nico DiAngelo lloraba discretamente. Parecía portar su habitual expresión de tedio, pero las gotas que bajaban por sus pálidas mejillas le aportaban un aire de fragilidad y delicadeza. Un aura tétrica lo hacía resplandecer.

A pesar de estar afligido, no parecía estar enojado : todavía no salían soldados zombies a atacarme.

Giró la cabeza lentamente, como si me hubiese estado esperando, y me vio a los ojos, tratando de leer mis pensamientos para saber que hacía yo ahí.

-Jackson.- Dijo finalmente, limpiándose las lágrimas con una mano mientras que con la otra jugueteaba en la tierra con una rama.

-DiAngelo- Me acerque hacia él y me senté a una distancia prudente. Suprimí el impulso de preguntarle si estaba bien.- Y... ¿Qué haces?

El fastidio ensombrecio su cara. Su mirada exasperada me hizo sentir imbécil una vez más. Se masajeó el entrecejo y volteó los ojos.

-Dioses. Ya entendí, Nico, ya capté.- Me acerqué un paso más.

Pasó una brisa que movió las hojas del árbol bajo el que mi primo estaba sentado ; un rayo de sol iluminó su cara, su piel blanca parecía mármol labrado bajo el haz de luz.

La cara de Nico se arrugó en una mueca que cualquiera hubiese interpretado como odio puro y espeso. Pero yo no era cualquiera y lo conocía desde que era un pequeño niño obsesionado con Mith-o-Magic. Era claro que desprendía un oldr a miedo ante la calidez del sol.

En ese momento todo se iluminó dentro de la esponja de mar que tenía de cerebro. Nico tenía novio ¿no? era un hijo de Apolo. Su nombre era algo con "i" Bill, Kill. Nille...

¡Will!

-¿Cómo está Will?- pregunté, tratando de iniciar una conversación que me trajera respuestas.

-Supongo que bien- respondió y después me miró a los ojos, parecía estar decidiendo algo. El tiempo se hizo lento pero finalmente suspiro y vio hacia abajo- Rompimos

Creo que es el momento para decir que nunca fui la mejor persona consolando, Annabeth decía que era muy pesimista y que prefería que solo la abrazase. En cambio ella si era muy buena con las palabras pero desde que se fue a hacer la maestría en arquitectura ya no nos veíamos tan seguido, creo que fue por eso que terminamos rompiendo hace unos meses.

Dubitativo me acerqué, tratando de adentrarme en su burbuja de oscuridad que para mi sorpresa me aceptó. Así que con más confianza me senté a su lado abrazando mis piernas y con miedo de morir en el intento pasé mi brazo sobre sus hombros tratando de confortarlo.

Puede que haya notado mis nervios por que con una voz quebrada me reprendió.

-No tengo las suficientes fuerzas como para matarte ahora, idiota

Sonreí distraído y reí un poco.

-Cualquier cosa estoy aquí, primo

Supuse que algo hice mal por que sentí como apretaba sus puños y se acurrucaba en mí. Respiró profundamente y se volteó para verme directamente los ojos durante algunos segundos para luego volver a ovilarse pero ahora sobre mi regazo.

-Era predecible ¿sabes? Un chico tan luminoso no merece a alguien que lo oscurezca

Giró para estar boca arriba, y viéndome desde abajo, me preguntó de forma en la que me recordó al niño asustado que alguna vez fue.

-¿Recuerdas esa vez, hace dos años, al final de la guerra contra Gaia en la que te dije que...

- ¿No era tu tipo?-

Lo difícil era no recordarlo, esa mierda destruyo mi orgullo de alfa. Hasta antes de ese incidente todos pensaban que Nico estaba enamorado de Annie. Sin embargo, yo lo sabía desde antes.

No era algo que fuese a olvidar, justo después de agradecerle a Nico por todo haberlos llevado hasta la Casa de Hades lo había escuchado mientras amarraba a la Atenea Partenos hablando solo. Balbuceaba sobre cosas que no comprendía hasta que Jason se le acercó y lo calmó.

-Veo que Cupido no lo arregló todo

-Todavía lo odio- había respondido sin mirarlo

-No deberías, Percy es un buen chico

-Me hice mucho daño gracias a él, pero supongo que tienes razón

-Meh, sin amor el odio se tiene que ir- el rubio le dio unas palmaditas en su espalda, como alentándolo

-Supongo. Cuida de mi hermana, rubio teñido

-Y tú de Reyna, chico sombra

No lo capté al instante pero estaba seguro que tenía que ver con la forma en la que Nico me trataba. Fue alguna vez que me encontré con Jason que lo entendí y desde ese momento solo me sentía culpable con respecto a Nico, pero era uno de los semidioses a los que más respetaba.

Nico se me quedó viendo, como quien ve una flor sedienta, sabiendo que necesita agua pero únicamente le da sombra.

Sus labios entreabiertos me llamaban y sabiendo que el también necesitaba deshacerse de algo me agache hasta estar a su altura, esperando que diese el paso definitivo. Y lo hizo, junto nuestros labios en un beso ni tierno ni apasionado, sino en uno que demostraba necesidad.

Lentamente nos separamos y él se enderezo, dándome cuenta de la estupidez que acababa de cometer.

-Yo, este ... Lo siento

-No te disculpes, ambos necesitamos olvidar a los rubios

Y poniéndose a horcajadas sobre mí, rodeó mi cuello con sus pálidos brazos mientras devoraba mis labios buscando algo que no iba a obtener, pero encontrando consuelo y un lugar en dónde llorar.

Bye








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⏰ Última actualización: Feb 03 ⏰

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