- Fin del flashback-
Cora no les creyó nada. Paloma lo entendió, en parte. Igual le dio los estudios para que ella confirmaba la veracidad de eso pero la reacción más notable de Cora era de desinterés, y solo no salía gritando "MALDITOS LOCOS!" solo por quedar bien. Al salir, Paloma y Oscar se quedaron con un mal sabor de boca.
- Si ni siquiera ella nos creyó, crees que Markot va a querer escuchar esto?
- Solo es cuestión de tiempo y de dejarle...
- No Oscar, creo que estamos mal, quizás nosotros nos estamos imaginando estas cosas, o tú me estás jugando una broma. Quizás Cora tiene razón, estamos locos y esto puede no ser verdad.
Oscar guardó silencio. Puso su mirada oscura por la ventana y mencionó:
- Yo le pongo esfuerzo a esto por algo. Yo... tengo el presentimiento de que algo está mal aquí y lo podemos arreglar. Esta no es la realidad, Paloma. Parece algo alterado.
Oscar volteó a ver su mirada favorita; la de su novia.
- Realmente quiero saber cómo nos conocimos, Paloma. Y por qué estoy tan enamorado de ti.
Paloma empezó a mirar con un hermoso brillo en los ojos al plano.
- Es por eso que no debemos rendirnos, verdad?
- por eso y más
🖤🖤Markot se encontraba regando sus plantas, todavía le faltaba limpiar cuando escuchó algo. Acercó a ver qué era y observó a su hermano mayor trayendo un montón de metales.
- Qué haces con eso? - le gritó
- Voy a venderlos!
- qué vas a qué?
- venderlos?
- como?
-como qué?
- como qué dijiste?
- Ya nada hombre! - Y su "chiquillo" se fue
Así es, el hermano mayor de Markot había empezado a vender metal, lo compraba y lo vendía. Metal usado y viejo, por su supuesto. La mayoría venia principalmente de la zona de Veracruz.
- No sé por qué - le aclara el joven - ahí hay mucho material que la gente no quiere. Yo no le veo lo malo, absoluto. Además de que se compra muy muy barato.
El lugar en el que vivía Markot no podía ser considerado un rancho como tal, pero tampoco estaba tan cerca como para formar parte de la ciudad ni tan lejos como para ser todo un pueblo. Es preferible llamarle "localidad".
Markot caminaba escuchando música cuando escuchó algo raro.
- seis-seis-seis
Escuchó ese susurro.
- seis-seis-seis
Se sentía nerviosa. Porque ese susurro ligero pero aterrador volvía una y otra vez cada que se ponía los audífonos.
Markot no pudo más con eso y se fue a su casa corriendo, agarró un poco de sal, hizo una cruz y rezó. Ya que terminó todo El Rosario, podría decirse que se mostraba más tranquila.
Agarró este, lo apuñó cerca de su pecho, y lagrimeando un poco terminó, diciendo:
- Nunca dejaré a Dios de nuevo.
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Mi realidad favorita
General FictionCora y Markot están iniciando el segundo año de universidad cuando conocen a dos chicas chicas raras: una llamada Paloma que las llama por otros nombres y otra llamada Bianca, que Markot siente ya haberla conocido antes... de nacer. Paloma y su novi...