Salir de la escuela y caminar al mismo lugar todos los días, lo mejor de ese momento era cuando me encontraba con aquella chica en la parada del autobús, seguido veía como ella bajaba de una camioneta al parecer de la empresa donde trabajaba y esperaba el mismo autobús que yo; Tenia ya un par de meses de disfrutar verla, solo que cuando ella llegaba a voltear me ponía nervioso, creo que yo era demasiado obvio, pero ¿que se le iba a hacer?, esa mujer tenia algo que me llamaba la atención, a mi ver era unos 8 años mas grande que yo, cabello corto, delgada de ojos redondos, sonrisa cautivadora, vestía siempre elegante, quizá por que así lo requería su empleo.
Ahí estaba yo, una vez mas mirándola de lejos, sin acercarme a hablarle a pesar de que creo haber captado algunas señales; estaba nublado, me pareció ver el autobús, esperé a que abordara primero ella, pero esta vez no subió pensé que iría para otro lugar, así que subo y tomo un lugar, pero después la veo subir, tal vez ahora quiso ser amable o mirarme el trasero al subir, tomó un lugar cerca al mio y el chofer arrancó. Iban ya mas de 5 minutos de camino cuando noto que toma otra dirección, volteo a ver el anuncio de la ruta y me doy cuenta de que tomo el transporte equivocado, me levanto para bajarme en la siguiente parada y cuando desciendo ella baja tras de mi y me dice sonriendo.- Creo que nos equivocamos. volteo y veo que sus mejillas se ponen rojas, fue contagioso.
- Si, me parece haber leído mal.
- Yo me subí porque siempre veo que llevas el mismo camino que yo, pero ya cuando dio vuelta me bajé, por cierto, caminaré, ¿vamos?- me dijo.
- Si, ya no queda lejos, bueno donde veo que te bajas, es decir no es que te vea, bueno si.
Así de nervioso iba, pero pronto me dio confianza y la platica fluyó con mas naturalidad, a pesar de platicar cosas sin importancia nos sentíamos a gusto y el camino se hizo corto.
- Mi casa queda por aquel lado ¿te desvías mucho si me acompañas?
- No, está bien me queda de paso.
- Oye ya casi se acaba el camino y no me he presentado, soy Melissa, me caíste bien niño.
- Es verdad, soy Rod y también me caíste bien.
Un par de minutos después nos detenemos afuera de una casa amarilla con puerta negra y algunas plantas afuera.
- Bueno Rod, aquí vivo, gracias por acompañarme, en la tarde habrá una cena con unos pocos amigos y me gustaría que vinieras, ¿lo harías?- fue la primera vez desde que comenzamos a caminar que la ví a los ojos tan cerca, unos ojos redondos y de un brillo maravilloso, negros como la noche; sentí pasar una eternidad lo que fue fracción de segundos.
- Entonces te espero, a las 8, por favor no me dejes esperándote ¿si?- me regresó del sueño con su voz.
- Sí, por aquí estaré gracias por la invitación.
Llegué a casa, cuco no está pero su tazón esta vacío, llevo con ese gato 6 meses y me parece que solo lo veo unas 3 veces entre semana; pongo musica y alisto mis cosas para bañarme; de pronto se me desaparecen las ganas de ir, igual no conozco a nadie, pero tampoco puedo llegar con alguien porque no avisé. Suena el teléfono, mis nervios hacen que me salga escurriendo a contestar, pero ¿ por que mi prisa si no le di mi numero a ella?, tomo la bocina y me doy cuenta de que aun tengo jabón en la oreja.
- ¿si?
- Rod, soy yo wey, es cumpleaños de Kosh, tendrá fiesta a la noche, pasas por mi.
- wey, no lo recordaba y tengo una salida para hoy, pero si alcanzo a llegar.
- entonces ¿te veo allá?
- si, allá te veo.
Bueno ya le dije que lo veía allá, eso quiere decir que si voy a ir con esta chica. Me alisto, le dejo comida al gato y me dirijo caminando hacia su casa, lo mas conveniente es que llegue con alguna botella, la compro de paso.
Llego y toco la puerta, parece no haber mucha gente, se escucha blues en un volumen bajo, se abre la puerta y aparece Melissa, luce radiante con esa minifalda y los labios pintados, me quedo un poco sin saber que decir.
-¡Hola rod! Sabía que vendrías, pasa aún no llega nadie.
- Lo siento quizá llegué en mal momento.
-Para nada, de echo te cité temprano a propósito.
Cerró la puerta y comenzó a besarme desenfrenadamente, parecía que le faltaban manos, sinceramente no me esperaba esto, pero bueno ¿quien le va a decir que no a tan fantástico momento? Solo me dejé llevar, lo más cerca era el sillón de la sala frente a una TV y muchos retratos de ella junto a otra chica; Me sentó en el sillón y subió encima de mi, ya no tenía puesto el cinturón, no paraba de besarme y no me di cuenta en qué momento abrió mi camisa, la mano donde llevaba la botella descansaba en mi lado derecho, solté la botella en el rincón del sillón y continué con lo que hacía mi mano izquierda, mi boca recorría su cuello hasta llegar a sus labios que mordí ligeramente, ella tomaba el ritmo a pesar de que mis nervios desparecieron el momento del éxtasis nos abrazó y de pronto solo se escuchaba el blues que sonaba en el estéreo.
-Te tienes que ir rod, la fiesta terminó.
Me dijo mientras terminaba de abotonar mi camisa, me sentí extraño pero en realidad si tenía que irme la fiesta de kosh pintaba para buena, es solo que me confundió todo, ella solo quiso coger y está bien pero, fue extraño.
- La pasé super Rod y discúlpame si te hice pensar otra cosa, por cierto no tomo así que puedes llevarte la botella sin pena, igual gracias por el detalle, no vemos después ¿está bien?
- Está bien, bueno entonces me voy, nos vemos luego, fue un gusto.
- Bye Rod.
Cerró la puerta y tome rumbo ala fiesta de Kosh, de pronto recordé que le dije: fue un gusto. ¿Es en serio? ¿Cómo fue que le dije eso? Debí parecer un idiota, pero que importa estuvo bueno, no lo esperaba. De pronto recordé los retratos que estaban junto al televisor y estaban tomadas como si fuesen pareja, ahora que lo pienso había una dónde se daban un beso y el marco era un corazón, bueno da igual ya iré viendo conforme pasen los dias cómo es esto.
Llegué a la fiesta con botella, después de la cena se llegó lo bueno, todos estabamos bebidos y fumados, hubo buena música y en general nos divertimos, nada diferente a las otras fiestas excepto por el trovador que se vomitó en su guitarra.
El lunes fué feriado y el martes al regreso a mi rutina, me doy cuenta de que Melissa no llega a la hora de siempre, así fue el resto de la semana y la que siguió, al cabo ya de dos semanas decidí pasar por su casa al menos para ver si la encontraba de vista, al pasar por la acera de enfrente de su casa veo el amarillo de la pared más tenue y viejo, la puerta polveada y varios folletos asomándose por debajo, cruzo la calle y me asomo por la ventana y entre la cortina vieja alcanzo a notar que está vacío, hay mucho polvo cartas, recibos y folletos en el suelo, y una vieja cubeta de madera, parece como si hubiera pasado algún tiempo desde que está vacía.
- ¡Joven!
Volteo y una señora que carga una bolsa me hace la seña de que me acerque, me dirijo hacia ella y me da un papel con un número de teléfono que dice Martín Roque.
- Es el número del dueño, la está rentando por si le interesa.
- Gracias, disculpe ¿ La muchacha que vivía aquí?
- pues hace un año que se fueron, eran dos muchachas, acá entre nos, las vecinas dicen que eran lesbianas y que además practicaban brujería.
- ¡¿Pero que cosas?! Bueno señora gracias por el teléfono y por la historia, nos vemos luego.
El aliento alcohólico de la señora me hizo pensar solo un cosa: estaba borracha y no sabe lo que dice, apenas hace dos semanas que estuve por aquí, aunque realmente el lugar si se veía abandonado de tiempo, pero bueno así le dejo, nadie me va a creer así como no le creo a la señora.
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Los Dias De Un Loco
Fantasy23 Dias De Un Loco trata sobre las diferentes maneras en las que una persona pasa por momentos de locura. Desde alguna droga, hasta alguna situación que te hace perder la razón. Paciencia.