Capitulo VI

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Pequeñas decisiones 


—-Si que tardaste bastante. —comentó.

—No encontraba el candado por eso mismo. —digo poniéndome el cinturón.

—En fin, que pensaste? —pregunta, mirando hacia mí.

—Acepto, pero con una condición. —respondí firme— No me puedes menospreciar a tu antojó, y necesito el dinero lo más pronto.

—Jaja, eres bastante gracioso pero aquí las reglas las pongo yo. —comentó burlón.

—A-a que te refieres? —dije estremecido.

—A la hora que yo quiera y el día que yo quiera, tu vas a estar chupandome la polla.—Me toma de la barbilla y me jala.—¿Entendiste?

Joder esto es demasiado intenso, pero al final debo aceptar ya que si me pongo a buscar otro empleo no me alcanzará para ir a mis clases.

Después de eso solo un silencio incómodo se quedó en el auto, estaba tan metido en mis adentros que no sabía a donde este sujeto me llevaba.
Así que por inercia decidí romper el silencio.

—Mm, a donde planea llevarme..?—pregunté confundido.

—A mi casa o querías hacerlo en un hotel? Jaja—respondió burlón.

Bueno tan siquiera no me trata como una puta cualquiera, no?
Aunque solo pensar en las escenas de su casa me hace estremecer.

(...)

Al pasado de 10 minutos llegamos a su casa, si bien la vez pasada no pude verla correctamente ya que no me encontraba correctamente.
Es una casa grande con una bonita fachada, era una casa lo suficiente linda y grande para alguien que vive solo.

—Te vas a quedar ahí mirando? —pregunto volviéndome en si.

—Eh? Oh Y-ya voy..—tartamudeé.

Justo pasando la puerta este me atrapó contra la pared dejándome acorralado.

—E-espera.. que haces..?—logre decir mientras se apoderaba de mi cuello a besos y sintiendo su mano en mi entrepierna.

—No es obvio? Voy a follarte tan duro que no podrás moverte en días. —susurra en mi oído.

Y así rápidamente se hizo presente una pequeña erección en mi entrepierna.

—Eh mira esto, ya estas tan húmedo aquí.—dice— pero este no es lugar para estas cosas.

Rápidamente me cargó sobre sus brazos y me llevó a su habitación, una habitación bastante amplia pero no tenía ni una sola foto.
Este me tiro sobre su cama y me quitó mi pantalón y ropa interior, realmente lo quería dentro de mi, las ganas me estaban matando suavemente.

—Follame...—comenté entrecortado.

Eso fue todo lo que necesitaba para voltearme y ponerme en cuatro, rápidamente sentí como su erección rozaba en mi pequeña entrada.
Hasta que entro todo.

—Agh está vista es tan sexy—rápidamente comenzó a moverse.

Embestida tras embestida, sentía como mi interior lo absorbía.

—Ahh~ esperaa estas siendo muyy brusco. —dije entre gemidos.

—Joder.. estas muy estrecho, necesito que te relajes.

Y así fue durante toda la noche hasta que me desmaye de placer.

(...)

En la mañana, sonaba el despertador 9:30 a.m. en un intento de moverme una fuerte punzada dio en mi trasero, a pocas me levanté y volví en si dándome cuenta de que seguía en la casa del profesor pero este ya no estaba en la cama.

Supongo que así es como se siente una prostituta cuando la abandonan en un motel.
Me sentía patético, no podía creer que haría esto por dinero.

—Así que ya has despertado.—Una voz algo ronca hizo que sobresaltara.

—Eh? Pensé que tú..—fui interrumpido.

—Me iría? Jajaja y dejarte solo en mi casa? Debes estar loco. —dice sarcástico saliendo del baño con una toalla en su cadera.

Joder era bastante sexy.

—Levántate de una vez para que desayunes. —comentó.

—Agh..bien..—me mataba el dolor en mi parte baja, este bastardo me iba a dejar paralítico.

—Mm? Te duele mucho?—pregunta dándome una mirada.

—Tu que crees? Tú pequeño amigo no es del tamaño de una pulgada. —respondí sarcástico.

—Buena suerte para ti que no lo sea. —dijo burlón.

En algunos momentos no logro entender a este sujeto.

(...)

Después de haber desayunado me encontraba dándome una ducha si bien tenía que volver a casa y pagar los servicios aparte debía terminar el proyecto del molesto de Frank, supongo que lo dejaría pasar, no? Ya sabes me acosté con el hehe.

—Oye.—Exprese captando su atención mientras estaba en su móvil, este me había prestado una camisa y un short algo grandes para mi cuerpo.

—El dinero está en la mesa si eso buscas.—respondió sin interés.

—Bien, pero sobre el proyecto...—me puse bastante nervioso, era una persona demasiado estricta en su trabajo.

—Tienes hasta el lunes para entregarlo, ya te lo dije, no?—dice dándome una mirada.

Joder este sujeto no es para nada comprensivo, en fin, así eran las cosas.
Tome el dinero de la barra y salí de la casa, planeaba tomar el autobús.

¿Puedo amarte? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora