I Set The Rules

Bad Habit

Dylan no conducía para nada con cuidado, es más, creo que varios radares cojieron nuestra matrícula. En el coche me fijé en que todas llevaban el pelo en un moño alto, y que no iban maquilladas, solo Jessica, y era algo exagerado. Tras unos cinco minutos llegamos a un edificio enorme, quizás como cuatro o cinco campos de fútbol.

-Bienvenida al Silverbone Evelyn-dijo Jessica bajando del coche cuando ya estaba aparcado-Dylan te acompañará, yo tengo cosas que hacer.

Se alejó de nosotras a toda prisa hasta entrar al instituto. Dylan y Nina se pusieron a mi lado mirando al mismo sitio que yo.

-Vamos-dijo Dylan.

Caminamos hasta la entrada, pero al llegar Nina me paró.

-Será mejor...que te recojas el pelo-dijo Nina, yo la miré interrogante-tú hazlo.

Cogi una goma que tenía en mi muñeca y até mi pelo en una coleta. Después de eso entramos al instituto. Todo estaba lleno de alumnos y alumnas con sus uniformes. Note como varias personas me miraban, no me parecía normal, por ahora no había hecho nada.

-Ven, necesitas recoger tus cosas en secretaria-me dijo Dylan a la vez que me tiraba del brazo llevandome a alguna parte.

Llegamos a una pequeña oficina, donde Dylan llamó a una mujer y ella nos atendió.

-¿Que desean?-dijo la mujer.

-Venía por mi material, soy Evelyn Boine.

La mujer miró en su ordenador y poco después sacó de un cajón un montón lleno de libros, una libreta pequeña y unas hojas.

-Tus libros, agenda, horarios, clave de tu taquilla, clases y actividades extraescolares obligatorias y voluntarias.

-Gracias.

Recogí todo con ayuda de Dylan y nos fuimos hasta mi taquilla. Introduje la clave y metí los libros en ella.

-¿Que clase te toca a primera?-dijo Dylan mirando su horario.

-Mmmm historia-dije mirando mi horario.

-Yo también, venga vamos- fuimos hasta nuestra clase y entramos. Había algunas chicas hablando entre ellas. Dylan me señaló con el dedo un par de asientos al fondo y la seguí hasta ellos. Vi como dos de las chicas que estaban sentadas sobre un pupitre se levantaron y caminaron hacia nosotras.

-Dylan, guapo, ¿dinos quién es tu nueva novia?-dijo una de ellas acercándose a Dylan. ¿Por qué le trataban como a un chico?

Dylan se quedó callada, sin decir nada, intentando no mirar a las chicas, o eso parecía.

-Habla inútil-dijo la otra, que era mucho más alta y parecía más fuerte.

Yo, harta de ver como insultaban a mi amiga me levanté y me puse enfrente a la que la había llamado inútil.

-¿A quién llamas inútil Godzilla?-dije mirandola a la cara, o intentandolo, ¿qué desayunaba esta tía para tener ese tamaño?

Algunas personas que miraban la escena rieron ante mi comentario.

El mamut se acercó a mí y cuando entaba a punto de golpearme me aparté.

-Todavía no Claire-dijo la otra chica, morena- ¿y tu quién eres? No pareces nadie importante.

Se oyó un "Uuuuuuh" por parte de la gente que nos rodeaba. Yo rodé los ojos.

-Soy lo suficientemente importante como para decirte que no eres nadie por insultar a Dylan-dije conteniendo mis ganas de saltarle encima.

La morena claro miró al mamut y habló.

-Adelante-dijo.

La mamut, que creo que se llamaba Claire, se acercó a mi y me empujó muy fuerte, haciendo que me cayese al suelo. Dylan se acercó a mí y me ayudó a levantarme. En cuanto me puse en pié tocó el timbre y el profesor entró al aula.

-¿Se puede saber que les ocurre?-dijo el profesor mirando para las dos chicas y para mí, que eramos las únicas que permanecíamos en pié.

-Perdone-empecé a decir-solo tenía curiosidad por conocer a mis nuevas compañeras.

-Oh, ¿así que usted es la alumna nueva?-yo asentí-¿nos haría el favor de salir a la pizarra a presentarse?

-No gracias-dije, haciendo que él se quedase sorprendido-creo que a sus alumnos no les es necesario saber nada más sobre mí.

-Disculpe, ¿como ha dicho? ¿Le apetecería visitar la oficina de la directora el primer día?

-No, gracias.

-Entonces cállese y atienda.

-Es usted quién me ha pedido que salga a contarle mi vida a la clase entera.

Vi como se ponía rojo desde mi asiento.

-Tiene el mal hábito de responder de forma no muy cortés a las preguntas que le formulo.

-Y usted el de hacer preguntas estúpidas.

Apretó sus puños muy fuertemente, y abrió sus ojos al máximo.

-Al despacho de la directora-dice frío.

-Si usted insiste-me levanto y me dirijo a la puerta.

-¡Váyase! ¡Ahora!

-Encantada de conocerle también-digo antes de salir.

-The Kooks-