Run Boy Run

43 3 0
                                        

Abrí lentamente la puerta, esperando lo peor.

Cuando estaba completamente abierta pude ver a dos chicas, una sujetaba una escoba apuntando hacia mí, y la otra me apuntaba con una batidora. No sabía cual de las dos era de la que debía huir antes.

-Hola?-dije aguantandome la risa.

-Identifícate intrusa!-gritó la de la batidora.

-Evelyn, soy Evelyn-dije alzando las manos.

Ambas se miraron y bajaron sus "armas" a la vez. La que sostenía la batidora era de mi altura, su pelo era marrón claro. La otra, por otra parte, era algo más bajita que yo, morena de piel y de pelo. Ambas se miraron y se acercaron a mi. Habló la morena oscuro.

-Yo soy Jessica, y ella es-dijo señalando a la otra chica, que salió de la sala.

-Es una persona que se ha ido-dije.

-No pienses que es maleducada, solo ha ido a buscar a Nina, nuestra compañera, es algo tímida ¿sabes?

-Ah, bueno, encantada-le da mano y ella la estrechó.

En eso entró la morena con la tal Nina de la mano.

-Disculpala, ella es Nina, es algo tímida-dijo arrastrando a una chica de pelo oscuro.

-Encantada-le cedí mi mano, pero parecía ser demasiado tímida-bueno, no pasa nada-dije bajando la mano.

-Perdón-creí oír por su parte.

Yo le sonreí amistosamente.

-Oh, yo soy Dylan-dijo la morena claro, espera, ¿Dylan?-Sí, ya sé que es un nombre de chico, no hace falta que me lo recuerden.

-Mola-dije. No era fácil encontrar a una chica que tuviese nombre de chico, supongo que lo tacharé de mi lista de posibles amigos, entre travesti hormonado y trapecista ruso.

-Ven, te acompañaré a tu habitación-dijo Dylan.

La seguí hasta una puerta en la que ponía "NO PASAR", con mayusculas y en rojo.

-Supuse que no querrías que nadie anduviese en tu cuarto, y las amigas de Jessica son unas cotillas.

-Te he oído!-gritó la que supuse que sería Jessica-y por lo menos no soy una Forever Alone!

-¿Debo suponer que eso es normal?-dije aguantando la risa.

-Oh, sí, en realidad nos llevamos bien, son pequeñas bromas...-empezó a decir alegre, pero terminando la frase con un toque triste.

-Bueno Dylan, dime-dije sentandome en la cama-el Silverbone...¿como es de estricto?

Ella alzó un dedo queriendome decir que me esperara un segundo y salió de la habitación. Me fijé por primera vez en ésta. La pared era de un morado claro con salpicaduras azules. Muy original, y la cama era pequeña pero muy cómoda. Nada más que un taburete y un pequeño escritorio al otro lado de la habitación en morado le daban color al cuarto. Es ésto volvió Dylan, con un libro gordo y enorme en sus manos.

-Toma-me lo dio.

-¿Que es? ¿El libro de historia o algo así?-dije mientras lo ojeaba.

-No, los libros de las materias te los dan en secretaría, este es el libro de normas o restricciones.

-¿¡Que?!-lo abrí por la primera página, y Dylan no estaba equivocada.

Todo aquel santo libro estaba lleno de normas, reglas, restricciones...etc. Y por si fuera poco, la letra era pequeña y había más de 200. Yo seguía con los ojos abiertos ante el enorme libro, y leí las 2 primeras normas.

I Set The RulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora