I Set The Rules

Social Casualty

Salí del aula pensando "bonito primer día". No me importaba ir al despacho de la directora, es más, mejor.

Cuanto antes me echen de aquí antes solucionaré el problema que implica quedarme aquí. Di un par de pasos, pero me detuve por un pensamiento demasiado lógico.

-¿Y ahora a donde voy?-dije en alto mirando a todas partes.

Bien, buen punto, no sabía a donde iba. Me merezco más de un aplauso. Ante la duda, empecé a caminar en una dirección cualquiera. Llegué a un pasillo, y me fijé en que toda la pared estaba llena con tablones de anuncios sobre actividades escolares voluntarias, algunas propuestas para delegados...

Miré a un cartel beige, con letra en cursiva en el que ponía "Brandie Presidenta del alumnado". Dios, ¿esa chica de presidenta? Eso sí asustaba, por curiosidad seguí leyendo.

"¿Quieres a alguien responsable como presidenta?
Alguien amable, respetuoso con los profesores y capitana del equipo de animadoras.
Brandie Doyle lo tiene todo, y sobre todo experienza en esto, ¡haced que sea presidenta estudiantil por 4°a vez!
¡Votadla! "

Una voz me sacó de mi insufrible lectura.

-¿Necesita ayuda señorita?-dijo una señora detrás mío.

-¿Sabe donde está la oficina de la directora?

-Es la cuarta puerta a la izquierda.

Le enseñé mi mano con mi pulgar levantado y me fui directa al despacho de la directora. Llamé a la puerta y, tras unos segundos oí "Pase". Entré, miré a la directora sentada en su escritorio y me senté en la silla en frente a ella.

-Que le sucede, señorita...-dijo esperando a que contestase.

-Harries, Evelyn Harries.

-Bien, que le sucede señorita Harries.

-En realidad, nada, solo que el profesor me empezó a hacer preguntas estupidas y se quejo por responderselas con mi más alto grado de educación.

-¿Perdone? ¿Que clase de preguntas?

-¿Enserio le interesa? ¿Por qué aquí a todo el mundo le interesa mi vida?

-Señorita Harries, que maneras son esas de hablarle a su superior.

Dijo indignada. Alto, se me había ocurrido una forma de enfadarla y así me echase de este infierno.

-¿Sabe a que hora es el recreo?-dije.

-Estamos hablando de otra cos...

-¿Que actividades extraescolares hay?

-Señorita Harr...

-¿Donde está el gimnasio?

-Usted...

-Me apecete un baño, ¿tienen piscina?

-¡¡Señorita Harries!! ¡¡Callese de una vez!!

Dijo gritando, yo solo sonreía.

-Miré, se perfectamente que usted quiere irse de esta hermosa institución, pero su padre nos ha dejado bien claro que bajo ningún concepto la echemos de aquí.

-¿Y por qué le hacen caso?

-Él ha sido nuestro mayor donante, ha donado el gimnasio, la piscina, los jardines...

-¿Se han dejado sobornar por mi padre?

-No se confunda, han sido pequeñas donaciones...

-¿¡Pequeñas?!

-Sí, a cambio de que usted no sea expulsada bajo ningún concepto.

Bufé. Mi padre había pagado casi todo el instituto para que no me expulsaran... En parte no era raro, le gustaba tirar el dinero. Pero yo seguía teniendo un plan, mi gran plan.

-Si eso es todo, me voy.

-Alto, aún no.- Me giré quedando en frente suya-¿usted no se ha leído el manual de normas?

-Si-dije, pero solo me había leído la primera página.

-Entonces sabrá que no puede llevar el pelo como lo lleva, y que esos zapatos no son los correctos, y que no puede usar pendientes, y que...

-¿¡Qué!?

-Creo que no se lo ha leído, pero al llegar a casa no se olvide de eso, porque si mañana llega así de nuevo a clase la castigaremos con suspensos, como nos pidió su padre.

-Aggg-sali dando un portazo.

Que asco, esas no eran mis normas.

Caminé por el pasillo hasta un banco cerca de mi próxima clase. Me senté en él, al lado de un chico con el pelo moreno claro y rizo. Estaba con sus auriculares puestos y jugando con el móvil. Cuando me senté a su lado, se giró a mirarme. Cuando su mirada captó la mía, supe que ese chico me sonaba de algo.

Por su expresión parecía que él pensaba lo mismo.

-Evelyn Harries?-dijo.

Vale, creo que de algo si lo conocía, pero no se me ocurría el que. Él acercó su mano a mí para estrecharla.

-Sí, exacto, y tú eres...-dije estrechandola.

-Mike Wilson-yo seguía sin saberlo, y él lo averiguó en mi mirada, por lo que siguió hablando- ya sabes, Jack, te acuer...

No le dejé contestar. ¡Claro que me acordaba de él! Juntos consiguimos que nos echaran de 5 locales, y en 2 estados de los EEUU esta prohibida nuestra entrada. Nos conocían como Jane y Jack. Me avalance sobre él y lo abracé.

-¿Como llegaste a este instituto?-dije.

-Bueno, se puede decir que en el correccional se cansaron de mí, ¿y tú?

-Mis padres nos pillaron a mí y a Finn en medio de una...¿bromilla?

-Venga ya Evy-dijo riendo, él me llamaba así antes- tú y yo sabemos como son tus bromillas...

Tenía razón, nuestras bromillas eran algo elevadas como para poner diminutivos.

-Cuentame Evy, que plan demoníaco, satánico y diabólico llevaste a cabo, ¿alguien salió muerto?