No es la maldición... Es el poder que se le da a la maldición.
Severus sufre una terrible maldición lo cual lo lleva a la desesperación y soledad.
Ahora debera a aprender a vivir con ella, y manejarla a su beneficio.
Amor, deseperacón y odio, lo lle...
Le agradezco a mi amiga Ali.Victoria por la hermosa portada de este Fic.
Es escritora de igual manera, si están interesadas en cualquiera de sus obras pueden encontrarla aqui en Wattpad con el usuario "NatAlivic"
Agradezco también a mi amiga Monserrat Vidal por el nombre que me ayudo a pensar para un personaje que será muy interesante "Mortum Kilgori"
Agradezco a Xerxes Eli, por ayudarme a pensar en el nombre de este nuevo personaje, muy importante también "Scatha Lezquebec"
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Austin despertó abrumado por los recuerdos, tan lejanos pero que aún dolían, con seguridad no sabía que había pasado, pero Ivy y él maduraron para ser muy diferentes.
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-. Inclínense ante la Ama Scatha Lezquebec -. Una voz que guiaba sus pasos les habló a todos los presentes, cuando una mujer alta, delgada, pálida y hermosa hacia su aparición.
Muy joven aún para tomar el mando y sin embargo había pasado varios años en que logró que los vampiros fueran nuevamente respetados.
Ivy inclinada junto con Austin le susurró.
-. Dicen que ahora que es huérfana, ella tomara el mando -.
-. ¿Cómo murieron sus padres? -. Dijo con rabia Austin.
-. Cuentan que se suicidaron -. Los hermanos se observaron. -. Se lo que piensas y estoy de acuerdo -. Susurró Ivy.
-. Ella los mató -. Habló Austin observándola, mientras el odio crecía dentro de él.
Scatha pasó a su lado y lo observó regalándole una sonrisa que Austin quería desaparecer junto con su vida.
Una vez que Scatha tomó el mando, Austin decidió salir a tomar aire. Cuando Scatha se acercó a él.
-. Parece ser que ahora ya te consideran parte de nosotros, sirvió que te diera a conocer, ¿No? -. Le habló Scatha tranquila. Pero Austin sólo bajó la mirada, con rabia, pero sin hacérselo demostrar.
-. Mis condolencias -. Le dijo Austin con suavidad. Scatha dejó de sonreír y se aproximó a su lado, ambos observando hacia la nada.
