CAP.2 DE REGRESO EN LA MANSION

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Al llegar a la mansión sentí una nostalgia muy grande al verla, los recuerdos de mi intenso amor por Thomas me invadieron, una alegría me invadió poco después, sentía que por fin tenía el pedazo de mi alma que me faltaba, necesitaba estar aquí para sentirme un poquito mas cerca de mi difunto esposo, decidí iniciar lo más pronto posible el proyecto que me había propuesto, reconstruir la mansión y retomar la explotación de las minas, Fergusson se encargó de hablar con las personas indicadas para realizar las dos cosas con la mayor brevedad posible.

Así iniciaron los trámites correspondientes y los debidos contratos para continuar lo que Thomas inicio, yo por mi lado me encargue de dar un toque menos macabro a la mansión pasé limpiando y arreglando lo que estuvo a mi alcance, al finalizar el día estaba agotada solo deseaba descansar, aunque debo admitir que estaba retrasando la hora de dormir ya que temía que volviera a pasar todas las noches despertando por los fantasmas de la casa, no pude retrasarlo más, mi cuerpo exigía descanso por lo que me dirigí a la habitación en la que pasé tantas noches ignorante de lo que pasaba mientras dormía, afuera estaba lloviendo como casi siempre, apenas toqué la cama caí profundamente dormida, realmente necesitaba descanso.

Al momento de abrir los ojos de nuevo me encontré en un gran salón, algo desconcertada oigo  sonar una música suave, siento una mano posarse suavemente en mi hombro y escucho que alguien me dice:

 -¿Serias mía querida Edith? - 

Voltee lentamente, sabía que conocía esa voz, quedé atónita al ver que era Thomas con el mismo traje que llevaba puesto la noche en la que bailamos y termine de enamorarme, no entendía nada de lo que pasaba, como era posible todo esto, la realidad...

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Voltee lentamente, sabía que conocía esa voz, quedé atónita al ver que era Thomas con el mismo traje que llevaba puesto la noche en la que bailamos y termine de enamorarme, no entendía nada de lo que pasaba, como era posible todo esto, la realidad me cayó como un balde de agua helada, estaba soñando.

Thomas me mira con dulzura y dice: 

-Que dices Edith, ¿Me acompañas?- me extiende gentilmente su mano.

Yo sonreí asentí con la cabeza tomé su mano, él me dirigió al centro del salón y bailamos por un largo tiempo mirándonos a los ojos y sonriendo, todo se sentía tan real y encantador, sentí la misma emoción de aquella vez, todo era perfecto, nuestros pasos eran sincronizados. Al terminar la canción Thomas se acercó aún más a mí y me beso, había olvidado como eran sus besos, su calidez cerca mío y su delicioso aroma me envolvía, luego desperté y me encontré en la cama sola, ya era de mañana, pero había algo extraño, aún podía oler el perfume de Thomas.

LAS PARADOJAS DEL DESTINO (CRIMSON PEAK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora