La Nieve También Es Roja
-quien se supone que soy.. Como termine aquí, debería de tratar de hablar con algún guardia o enfermero Divagaba admirando las tonalidades del cielo abismal dando paso al gran espacio, recipiente de miles de estrellas encubiertas por inmensas nubes de colores blancos moviéndose lentamente sobre mi vista.
Unos cuantos copos de nieve empezaban a descender desde el cielo hasta mi nariz, la apacible paz permitía que mi zozobra fuera desapareciendo. Aun circulaba por mi cabeza las ideas de aquel muro que me congojaban y me otorgaban una exorbitante inquietud.Sin permitirme cerrar los ojos una alarma desprendió sonidos completamente agudos, extinguiendo la armonía de donde me encontraba recostado descansando. Sin tener que levantarme pude ver como guardias salían corriendo alteradamente de los interiores del salón.
Cerca de mi se detuvo un guardia con una vestimenta algo diferente, sus ropajes estaban bañados por tonos granate oscuro.
- ¡Alto! ¡DETENTE! - Resonaban varias voces alrededor del salón mirando en dirección a lo mas profundo de los pinos.
Aprecié como rápidamente le quitaba una radio a uno de los guardias cerca de él. Procediendo a gritarle a este como si el país dependiera de ello.
-Torre de control... Torre de control. Hay un prófugo en dirección a la Zona C-3. Se negó a recibir la dosis diaria y su alteración subió los estándares habituales- Pasaron unos pocos segundos de silencio sumamente incómodos en el lugar.
- ¡Necesito que desconecten la energía de la Zona C-3! - Se repitió aquel silencio, solo que este traía angustia con él.
- ¿Cómo que es muy tarde? ...- Quise tratar de ignorar su conversación, cosa que no me interesaba en nada.
Así que desvié mi vista tratando de fijarme si lograba ver a dicha persona entre la oscuridad abisal del bosque. A la velocidad de la luz un gran destello cegó los ojos de todos los presentes a la vez que los árboles y algunas personas se tintaban de colores más llamativos. La profunda y fría nieve del lugar se convertía en el contenedor de tripas y sangre esparcidas por todo el lugar.
El sujeto que se encontraba siendo perseguido por varios guardias del lugar acababa de morir delante de nuestros ojos, por lo que se podría asemejar a la explosión de una mina militar. Quede sin palabras, no sabía que decir o que expresar, observe que la mayoría se encontraban en la misma posición, otros solo se arrodillaban a vomitar o corrían por miedo.
La alarma mencionada anteriormente se agudizaba en instantes, comparándose con los sonidos que emergen de los carros de ambulancias. De las puertas salieron una gran cantidad de personas vestidas de tonos enebros bloqueando sus rostros con tapa bocas. Estos procedieron a tomar a la fuerza a cada persona del lugar. Una se acercó rápidamente a mi tomándome del hombro con fuerza desplazándome hacia dentro.
Entre la multitud alborotada pude observar cómo dos guardias de enebro arrodillaban al histérico hombre de colores granates. Silenciosamente el que estaba de espaldas al de granate saco una pistola de su pantalón apuntándola a la cabeza del sometido. Aunque los gritos y las alarmas agobiaban todo el lugar, pude escuchar sus últimas palabras, el solo pedía perdón, solo pedía clemencia. Pero el portador del arma no tuvo piedad alguna y sin detenerse, jalo el gatillo acabando con la vida de aquel hombre.
No sabia quien era o porque le hacían eso, pero quería ayudarlo, trate de forzar mi escape e ir hacia el, pero otra aguja penetro con fuerza mi cuello, mucho mas dolorosa que aquella por la mañana, caí lentamente al suelo mientras no paraba de ver la imagen de aquel hombre llorando sin fin.
Volví a abrir los ojos en la misma habitación de la mañana, esto ya se volvió algo fatigante. Sentís un dolor de cabeza horrible; dolor que desapareció de golpe al darme cuenta que no estaba solo en esa habitación. Alguien estaba usando el baño en ese momento. Sin saber de que forma reaccionar me volví a acostar cubriendome con la sabana de la cama y cerrando los ojos.
Pasado unos 10 minutos se abrió la puerta del baño - ya estas despierto ¿no? No tienes porque fingir jospeh, ya nos conocemos bien- hablaba la persona mientras parecía que se estaba vistiendo.
Al oír que me nombre de cierta forma me levante precipitadamente preguntando -¿tu sabes quien soy?-
Me vio algo sorprendido pero en sus ojos vi simpatía hacia mi -ya volvió a pasar por lo que veo- menciono en voz baja mientras se sentaba en una silla. Viéndolo un poco era un señor de unos 36 años mas o menos, bastante gordo, de piel morena, sin mucho cabello ya -¿pasar que cosa?-
-je..- suspiro una diminuta risa mientras se rascaba el poco pelo que le quedaba en la cabeza -a ver... Esto ya es la octava vez que te pasa si no me equivoco. No se mucho de ti más de lo que me contaste el primer día. Tu nombre es Joseph, tuviste un accidente a principios de este año, te trasladaron a este hospital psiquiatra ya que no tenías lugar a donde ir. Al poco tiempo empezaste a tener sueños raros y alucinaciones. Y después de unos 20 días más o menos perdiste la memoria. Desde entonces se a vuelto algo común en ti, perder parte de tu memoria cada cierta cantidad de tiempo-
Sus palabras se sentían de fantasía, no lograba entender la mitad de las cosas que me trataba de decir ¿perdida de memoria? ¿Accidente? Empezando por lo básico a mi al rededor, esto no parece un hospital
-se lo que estarás por decirme... Ya lo hemos hablado muchas veces, aunque son contadas con los dedos las ocasiones que sucesos como el de hace un rato pasan. Se que esto no parece un hospital pero es lo poco que nos logran decir. Las mínimas noticias que entran fuera de aquí es que el país está en guerra. Y si preguntamos algo terminamos recibiendo una inyección y siendo traídos aquí por muchas horas. Pero dejemos todo esto de lado por el momento. Y volviendo a responder a tu pregunta, te llamas Joseph.. Y yo me llamo laurens, es un gusto de nuevo mi buen amigo- finaliza su conversación estrechandome la mano con una sonrisa de oreja a oreja.
Pasado el rato de la conversación, cene el plato de comida que nos dejaron en nuestra habitación, laurens me explico que casi nunca nos traen la comida, dado el caos qué se ocasionó arriba esta es una excepción. Luego de la cena y una larga ducha decidí recostarme en esa horrible cama de nuevo; perdiendo la vista con el techo de la habitación mientras caía en un profundo sueño, me sentí algo más tranquilo - me llamo Joseph..-
"Recordar duele"

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Casi Recuerdo
Mystery / ThrillerReporte Policial De La República De Carelia 2 de enero En la carretera 86k-3 cerca de las 2300 horas, se encontró un auto en llamas al lado de la quebrada del Rio Kem. Se estima que este coche sufrió un choque contra otro vehículo no identificado...