Chemo ፧፧Chaelisa፧፧

❀1❀

Roseanne entró por primera vez aquella sala, dónde varios sillones blancos, igual que la pared, igual que todo en aquel lugar la recibieron, había un total de cinco personas en esa sala, cuatro con suero y sus medicinas, y un enfermera que revisaba el gotero y hablaba con una sonrisa a las dos mujeres y al hombre junto a ella.

Fue a la parte más apartada de la sala, en un rincón, dónde la única que tenía cerca era una muchacha joven, con un gorro colorido que llamó su atención inmediatamente.

La chica del gorro estaba concentrada escribiendo en una cuaderno, jugaba con sus gruesos labios mientras pensaba, su mano, inquieta a veces iba a su mentón y otras tiraba de su labio, su ceño se fruncía porque no le gustaba cómo iba quedando su trabajo.

Se sentó junto a ella, no porque fuera el único lugar libre, sino porque era el único lugar que estaba lejos de los demás, pero más cerca de ella a la vez.

-¿Primera vez?- preguntó aquella desconocida con gorro de colores, alzó la vista de su cuaderno para mirarla, unos ojos de color avellana la hipnotizaron un segundo completo-. No te he visto aquí antes.

Roseanne asintió.

-Si, si...Es mi primera sesión.

-Oh, esa es la peor- soltó una risa y sonrió de forma sincera, se acomodó con cuidado de que la vía que estaba unida a ella no se moviera-. Sé que es nuevo y puede darte miedo y tal, pero no es la gran cosa, ya después te acostumbras.

Roseanne sólo asintió, y miró sus manos incómoda, jugando con sus pulgares. 

-Soy Lalisa manoban, ¿Cómo te llamas? 

- Park Roseanne- dijo, alzando sus ojos hacia ella-. Tú gorro es lindo- dijo, sin saber muy bien por qué.

-Oh, gracias, yo lo tejí- dijo, acomodándose lo un poco, noto algo de cabello corto y de color anaranjado claro-. No es para ofender, pero el tuyo te hace ver como una de esas botellas con tapa roja.

Roseanne abrió su boca y frunció el ceño, evidentemente ofendida, la risa de aquella chica no la dejo ser seria y termino riendo también.

-Pues si,.soy muy fan de las botellas con tapas rojas.

-Oh, ahora todo tiene sentido.

-Señorita park, ¿Está lista?- una enfermera se acercó a ella, con una sonrisa amable, todas las buenas vibras que había obtenido de hablar con aquella extraña de gorro colorido se fueron, y asintió totalmente sería.

Vió una mano acercarse a ella y continuó hasta ver el rostro de Lalisa manoban, sus gruesos labios dibujaban una sonrisa que hacía que un pequeño dobles naciera debajo de sus ojitos, que se veían amables y luminosos, un ligero rubor se esparcía por sus mejillas.

-Puedes tomar mi mano, para sentirte mejor- ofreció, y Roseanne dudo hasta que mejor le hizo caso.

Apretó la mano de aquella extraña mientras la enfermera hacía lo suyo, y una vez que tuvo todo conectado y el gotero en marcha, suspiró con alivio mirando a Lisa quien le sonrió ampliamente y sus ojitos desaparecieron detrás de sus mejillas.

Una sonrisa bonita que la terminó contagiando también.

-No fue tan terrible al final, ¿No crees?- dijo.

-No- negó-, para nada- dijo, sin soltar la gran y cómoda mano de Lisa, noto que era tibia y esponjosa, y le pareció tierno y bonito.

Lisa balanceó sus manos unidas, sonriendo como una tonta, sus mejillas se ruborizaron más.

-¿Molesta?- pregunto Rosé-. Aún... Estoy muy nerviosa.

-Ey, tranquila, el secreto es no pensar en eso y distraerte...mira el lado bueno, puedes hacer nuevos amigos aquí por eso son geniales los quimios en grupo- dijo Lisa.

Rosé miró al rededor, a todos los presentes que estaba igual que ella, algunos más pálidos que otros, algunos más viejos, sabía que los que estaban con mantas o más abrigados eran los que estaban más débiles.

-De los que ves aquí…¿Cuántos crees que en verdad vivan?- preguntó, sus ojos se encontraron con los de su compañera-. A mí todo esto me parece absurdo y horrible, una pérdida de tiempo si de todas formas vamos a morir, ¿Cuál es la razón de todo esto? 

Lisa ladeó su cabeza, sin dejar de mirarla, y dijo con toda la tranquilidad del mundo:

-La razón la tendrás tu, Rosé, y si no la tienes ahora, tu razón es buscarla. Hay algo especial para ti, aunque creas que no hay nada, siempre lo hay.

Rosé iba a refutar, de que eso en parte le parecía ridículo.

-No puedo responder a tu pregunta porque la respuesta la tienes tú misma,Rosé- la interrumpió manoban, y sonrió como si conociera los secretos del mundo-. Encuentrala y verás que tengo razón.

La chica de gorro de colores le habló toda la sesión de quimio, y la distrajo tanto de esta que se sorprendió cuando terminó, Lisa se despidió de ella con un beso volador, y a Rosé le pareció algo raro pero no pregunto.

E incluso horas después de su sesión, más que el gotero, en lo blanco, o en la misma quimio, sino que pensó únicamente en la hermosa chica de colores.

Nota: ¡Hola! esta es mi primera vez haciendo una adaptación, espero que les guste, los amo pollitos!!