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Lisa siempre se mantuvo positiva, siempre tenía una sonrisa para dar y siempre podía hacer sentir a todos como en su casa con un simple abrazo, en su pecho, resguardada en sus brazos, Rosé encontró lo que sentía como hogar

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Lisa siempre se mantuvo positiva, siempre tenía una sonrisa para dar y siempre podía hacer sentir a todos como en su casa con un simple abrazo, en su pecho, resguardada en sus brazos, Rosé encontró lo que sentía como hogar.

No se iba a dejar romper frente a Lisa, ella no iba a ver qué tanto le afectaba la situación, por eso lloraba a solas, y se preparaba para cuando se encontraba con ella, con su mejor sonrisa, con un ramo de flores, con unos chocolates, o solo con un montón de besos y mimos a su chica bonita.

Lisa le enseñó a tejer y pasaba la tarde con ella, haciendo gorros y bufandas a veces se aburría mucho y la menor siempre la felicitaba cuando uno salía bien.

Pasaron días y semanas le siguieron, y Rosé despertaba cada mañana pensando que quizás sería el último, quizás se había acabado, quizás estaba sola de nuevo.

Pero Lisa siempre contestaba sus mensajes, y siempre la invitaba a pasarla con ella.

No sé atrevió nunca a preguntar cuánto tiempo quedaba, aunque dudaba que la misma Lisa lo supiera.

Cuando pasó poco más de un mes de lo que supuestamente era "su final", pero no había tenido más síntomas, no sé había sentido peor, fue cuando ambas dudaron.

Si, su cuerpo dolía, por las mañanas solía tener fiebre, y estaba agotada y seguía igual de pálida, cada tanto su nariz sangraba, pero se suponía que a esa altura debía estar mucho peor sin la presencia de su quimioterapia, ni ningún medicamento muy fuerte, nada más que unas pastillas comunes y corrientes para sus dolores de cabeza o miorelajantes para sus problemas de sueño o sus dolores musculares.

Así que fue hacía el hospital una vez más, acompañada de su novia, para ver a su doctor, a quien no disimuló bien su sorpresa de aún verla allí

-Si usted quiere probar con la quimioterapia de nuevo, no tengo ninguna objeción, señorita Manoban- dijo el hombre-. Haremos los exámenes correspondientes de nuevo y le recetaremos lo que necesite.

>>Al final, nunca se sabe con estos casos, es genial que este siga bien, la felicito.

Junto con eso, toda la semana estuvo llena de pruebas, llena de máquinas raras, agujas, muestras de sangre y de orina, y la pequeña Lisa estaba más que nerviosa, moviendo su pierna de forma incesante, estaban esperando en una habitación a los resultados de las últimas pruebas, las que darían el pie a intentarlo todo una vez más.

-Ey, mi bebé bonita- Rosé se acercó a ella, tomando sus mejillas haciendo que los ojos almendras de la menor la mirarán.

Rosé se había recuperado perfectamente, su cabello había vuelto a crecer, aún estaba bastante corto, de color negro azabache, igual a sus profundos ojitos amables, el rubor siempre estaba presente en sus mejillas y en su pequeña nariz, haciéndola ver sencillamente hermosa.

-Tú eres bonita- dijo Lisa, sonriendo-. Y te amo mucho.

-Ya bebé, guardate lo sentimental para la boda.

-Rosé...- Lisa negó, para que no dijera cosas así.

-Bebé- acercó sus rostros y frotó sus narices levemente-. Eres una guerrera, más de lo que crees, más de lo que ves...Eres fuerte y ni siquiera te das cuenta, estás teniendo otra oportunidad, amor.

-Rosé, no quiero hablar de-

- Pues que mal-la interrumpió

Debes saberlo, Lisa, puedes lograrlo, yo creo en ti, eres mejor y mucho más que todo esto, y dentro tuyo lo sabes, por eso sigues peleando aunque creas que estás rendida, por dentro sigues, porque no estás cansada aún, porque sabes que puedes seguir. Eres un orgullo para mi.

Los ojitos de Lisa la miraron con lagrimas, y Rosé prosiguió a besar su rostro, sus lindas mejillas, su naricita, sus lágrimas para borrarlas con besos.

-¿Crees que haya una cura que pueda servirme? --murmuró Lisa, había confiado en unos medicamentos más fuertes y no le había hecho nada bueno, ya tenía desconfianza.

- Tonta, tienes la cura aqui al frente dijo Rosé y le dió un ligero cabezazo que hizo a la menor apartarse.

- ¿Tú? Lisa sonrió como si fuera una broma más de su novia.

- El amor, Lisa, el amor es la cura de todos los males, y te va a sacar de esto también, porque te amo de verdad y no me quedaré de brazos cruzados- dijo, y dejó un pequeño beso en los labios de su novia.

Lisa estaba ruborizada y jugaba con sus dedos, Rosé tomó sus manitos y las sostuvo como si fueran el mayor tesoro del universo.

- ¿Sabes quien me enseñó eso?

preguntó la mayor- Una chica bonita que me dijo que tenía un gorro de tapa de botella y que me donó amor para que yo viviera.

Lisa sonrió con algo de vergüenza.

- Y ahora te donaré yo para que salgas de esta conmigo, bebé- finalizó dejando un beso en la nariz de botón de su novia.

Nota: ¿Que les pareció el capítulo? ¿Les gustó? Espero que sí, estoy muy aburrida y cansada con esto de la cuarentena y las tareas!!

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Nota: ¿Que les pareció el capítulo? ¿Les gustó? Espero que sí, estoy muy aburrida y cansada con esto de la cuarentena y las tareas!!

Espero que tengan lindo día/noche/tarde!! (✿ ♡‿♡)

Chemo ፧፧Chaelisa፧፧ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora