Mark sintió la afilada mirada de Chenle cuando cruzó la puerta a las once de la noche, intentó entrar silenciosamente y luego cayó en cuenta que era ridícula la idea.
El vampiro nunca dormía y aunque lo hiciera sus sentidos eran tan agudos que estaba seguro escucharía un alfiler caer aunque estuviera en el mundo de los sueños.
Fingió normalidad, mientras quitaba su chaqueta y dejaba caer las llaves en su mesita de noche, se giro para alcanzar su pijama y sintió los ojos del menor en la parte de atrás de su cuello.
—Hueles a Jisung. —escuchó al vampiro sisear cabreado cuando pasó a su lado antes de entrar al baño de su habitación a cambiarse, sus ojos extrañamente rojos fijos en el.
La verdad, es que sí sabía que olía a Jisung, había pasado una semana del almuerzo entre el incómodo y raro que tuvo con el omega, pero Mark admitió que el pequeño lobo le agradó, en la última semana habían salido cuatro días, a ver una película, comer o solo estar en la azotea, Jisung era agradable, jodidamente tierno cuando contaba algo emocionante y sabía escuchar, algo que no se había dado cuenta que necesitaba.
Los ojos de Chenle lo siguieron como cuchillas, hasta que se acostó en su cama y se quitó los lentes que pocas veces usaba pero no había tenido ganas de usar sus contactos en la mañana.
—Descansa Chenle. —exclamó, tratando de no verlo porque se miraba tan jodidamente adorable y besable con su labio abultado y su ceño fruncido.
Imaginar los labios del vampiro sobre la piel era fascinante, pero le daba curiosidad el hecho de que desde su beso fugaz nunca haya sacado el tema a colación, el vampiro apena lo miraba, su rostro mostraba molestia pero era difícil saber el por qué.
Se quedó viendo al techo hasta que escuchó un sonido lastimero viniendo de la nada, como un lloriqueo sordo.— ¿Chenle? ¿pasó algo?—murmuró y prendió la luz de su lámpara de mesa.
—Déjame. —siseo el menor de nuevo, su mandíbula apretada y ojos cerrados.— Cállate y duerme.
Mark frunció el ceño ante la voz mandona de Chenle, es cierto que el menor se estaba comportando gruñón desde que él había a juntarse con Jisung, pero él lo había dejado a un lado para irse con Hendery y Xiaojun así que no podía hablarle como si fuera el creador de el mal en el mundo.
En todo caso, él era el mal en el mundo.
—Cállate tu. —gruñó, cubriéndose de nuevo.— Que andes de un humor mierda no es mi culpa, ve a darte un baño o con mi primo por un aperitivo y deja dormir.
La risa del menor lo descolocó, ronca y áspera, como si le estuviera desgarrando la garganta para salir.— Taeyong no está desde el miércoles. —siseo y casi en automático Mark tomó su teléfono para darse cuenta que era sábado.— Al parecer su padre se fracturó algo, un hueso de mierda y debe cuidarlo por un mes porque su madre debe trabajar.
Los ojos del mayor se abrieron ampliamente ¿cómo rayos no sabía eso? era su jodido primo, era imposible... su madre le hubiera avisado.— No, es mentira. —negó, revisando sus mensajes para confirmar.— Nadie me avisó, posiblemente se peleo con el tonto de Jaehyun de nuevo.
—Eso no importa. —bajó la suave luz de la lampara se notaba como Chenle apretaba su mandíbula.— Ha pedido permiso para un mes que obviamente fue aceptado, recibirá sus clases en línea... dijeron que nos darían a o-otro alimentador para el mes, pero ningún otro humano quería tratar con cinco vampiros, les costó encontrar a un suplente... pero su sangre, mierda... no me gusta.
—¿Cinco? —murmuró Mark, notando el problema, Chenle no se había alimentado en días.— En el nivel hay unos ocho, no te hagas el fino, Chenle, no tienes opción.
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Agonie | MarkLe
FanfictionVampiros, cambia formas y humanos libres por la Universidad solo significa reto tras reto... una pequeña agonía para un joven vampiro que siente que nunca tendrá suficiente de su compañero humano hasta que pruebe su sangre.