El héroe por ocio y lucro no estaba muy seguro de cómo su relación con su discípulo había escalado a tal nivel.
Habían quedado en salir desde aquella ocasión en la que Genos se le declaró de forma muy directa. Saitama mantenía su postura, a él no le gustaban los hombres y eso lo tenían claro tanto él como Genos; pero por alguna estúpida razón había terminado aceptando la propuesta de su discípulo y ahora estaba comprometido a tener una cita con él. Si tan solo no hubiese respondido cualquier tontería sin pensar ahora no se encontraría pasando por esa situación bochornosa
Suspiró con pesadumbre, dejando salir su preocupación, después de todo, la cita que había prometido era problema de su yo del mañana, de nada valía martirizarse ahora por algo que aún no sucedía.
Levantó su vista de su cómic, al cual le faltaba poco para acabar, y prestó especial atención a su discípulo, quien se encontraba muy concentrado anotando algo en su cuaderno. Saitama prefirió no interrumpirlo, simplemente se quedó observándolo con disimulo, paseando sus ojos por el perfecto rostro de un Genos totalmente centrado y absorto en sus pensamientos, hasta que el cíborg levantó la mirada y se topó con esos ojos vacíos que lo miraban fijamente. Aquel cruce de miradas y el haber sido pillado desprevenido sobresaltó al calvo, que casi de forma automática volvió su mirada a su cómic.
-¿Maestro? -Al muchacho le extrañó esa reacción por parte del mayor, él también se había sorprendido al levantar su mirada y encontrarse con ese par de ojos castaños que le miraban fijamente, mas prefirió no comentar nada al respecto ya que ese pequeño momento había provocado cierto bochorno en ambos. -Hoy hace un día muy tranquilo ¿no lo cree? -Cuestionó tratando de iniciar una conversación casual que dejase detrás ese cruce de miradas tan incómodo de hacía un momento.
Saitama no despegó un ojo de su lectura, y encogiéndose de hombros se dispuso a entablar una conversación con su discípulo.
-Sí, supongo que sí -comentó al llegar a la última página del cómic.
-Maestro -Volvió a llamar el muchacho.
-¿Si? -Saitama se hacía pasar por indiferente al no despegar la vista de su lectura, sin embargo, podía imaginarse lo que estaba a punto de decir su discípulo.
-Ya que la ciudad está en paz, ¿podríamos... salir hoy? -Cuestionó el menor con cierta timidez, aquellas palabras hicieron sudar frío a Saitama, quien no tenía el valor de apartar el cómic de su cara para ver a los ojos a Genos. -Si no tiene nada importante que hacer, claro. -Se apresuró a hablar el cíborg, pues había notado la reciente incomodidad de su mentor.
«Mierda, al parecer no se ha olvidado de eso» El mayor tragó duro. Otra vez Genos estaba esperando una contestación y él no sabía como responderle, aunque hace días había dicho que saldría con él solo para el chico dejara de insistir en el tema, pero ahora la situación volvía a darse.
-Eh... ¿A dónde te gustaría ir? -Preguntó tras colocar el cómic en su sitio y luego volver la mirada hacia el rubio.
«¡¿Qué diablos estoy haciendo?!»
-¡Maestro, puede pedir lo que quiera, yo le invito! -Se le escuchó decir a una voz enérgica proveniente del fondo de aquel local.
Había pasado una hora y media desde que el héroe de clase B le preguntó a su discípulo a dónde le gustaría ir, y tras unos minutos de debate, decidieron ir a esa hamburguesería de bajo presupuesto que se encontraba cerca del centro de Ciudad Z.
-Genos, relájate un poco... - Susurró el mayor, tal vez con algo de vergüenza dado que todos los comensales habían volteado a verles, y por supuesto, para él no era muy cómodo que lo viesen teniendo una "cita" con el joven cíborg.
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Naranja
FanficEl héroe más fuerte del mundo había salido victorioso de numerosos combates con monstruos, aliens, y todo tipo de seres abominables. Sin embargo, nunca había sentido aquella opresión en el pecho que venía acompañada de los nervios y el sudor frío ha...