Capítulo uno.

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Un Chimon adolorido se encontraba en medio del pasillo lleno de moretones y rasguños, sus hipidos apenas se escuchaban con las risas de sus agresores, los alfas.

En realidad para Chimon la vida siempre había sido así y aunque él se quejaba de ello su complexión de omega nunca le había ayudado a defenderse.

—¿Te duele, cuatro ojos?—. Sabía que no era verdadera preocupación, solo eran burlas.

Siguieron riéndose mientras se iban, dejando a Chimon quien como siempre se arrastró hacia la enfermería mientras se retorcía de dolor, al entrar, puso su esfuerzo en limpiarse todas las heridas ya que nunca había nadie en la enfermería y en su casa mucho menos.

—¡Ahhh!— sus heridas ardían demasiado pero a fin de cuentas, él ya estaba acostumbrado por las múltiples veces que había pasado por esta situación.

♡♡♡

Nanon, el líder de los alfas, seguía su camino muy tranquilo y ni siquiera una pizca de culpa lo inundaba.

—First, debiste ver como comenzó a lloriquear— Comentó Ohm con la risa brotando de sus labios.

—El cuatro ojos nunca se la va a acabar—. Rió Drake antes de comenzar a caminar con Ohm y así se disolvieron dejando solamente a Nanon y a un decepcionado First.

—Esta bien que sean alfas pero ¡¿por qué lastiman al pobre omega, Nanon?!—. First estaba furioso pues para él los limites habían sido sobrepasados desde hace mucho tiempo y ya no se involucraba cuando ellos hacían sus estúpidos juegos.

—No sé—. Nanon se encogió de hombros. —Supongo que nos parece divertido.

—El también es una persona y puede sentir lo que le hacen.— El tinte de su voz se opacó con tristeza ya que era lastimoso ver al pobre niño tirado en el suelo y llorando mientras ellos lo golpeaban de esa forma. En ese momento Nanon sintió un deje de culpa pero no llegó a tocarlo profundamente y al instante desechó el sentimiento. —Pero ni crean que cuando aparezca su alfa le tocaran un cabello—. First sonrió triunfante.

—Por eso hay que aprovechar desde ahora—. Su risa pareció lo mas atroz a los oídos de su amigo, y negó la cabeza.

—¿Sabes que mañana es tu cumpleaños cierto...? El número dieciocho—. Lo miró significativamente, el momento en donde el iba a encontrar su omega.

—Si, lo sé...Y lo espero con ansias, First —. Sus ojos brillaban de emoción, él ya lo tenía todo, pero le faltaba su omega, él que se quedaría con él toda su vida. Tanto un alfa como un omega e incluso betas esperaban este momento con ansias.

El timbre de salida tocó y sin mencionar más el tema, Nanon salió disparado hacía su nuevo regalo de cumpleaños, su hermoso BMW. Entró olisqueando el aroma a nuevo que salía de éste y comenzó su camino.

♡♡ ♡

Chimon caminaba dolorosamente hacía su casa pues no estaba tan lejos de su colegio, pero el trayecto era el doble de pesado siempre, al menos para él ya que no recordaba un día donde no hubiera sido lastimado.

El pánico cundió su pecho cuando escuchó un auto venir con música a todo volumen, era un alfa, definitivamente. Intentó buscar un lugar para esconderse pero se dio cuenta que fue demasiado tarde cuando un lujoso BMW se encontraba al lado suyo.

Chimon sabía que no estaban en el colegio, afuera no había nada que los detuviera a incluso matarlo. Comenzó a hiperventilar y su omega estaba incluso más asustado que él.

—¿Porque tan lento, cuatro ojos?—. Sus oídos zumbaron y su cuerpo se estremeció.

Era Nanon Korapat.

—Y-yo solo v-voy a—. Habló suavemente y supo que se había equivocado.

—¿Te dije que podías hablar, estúpido?—. Nanon abrió su puerta y los almendrados ojos de Chimon se llenaron de lagrimas, él solo quería estar fuera de problemas. Nanon se acercó a un paso acelerado y casi de inmediato estampo su puño en la cara de Chimon.

Este cayó sentado en la ladera mientras que su nariz comenzaba a sangrar mucho pero ¿qué podría hacer él? Sin ayuda. Se quedó callado, sollozando lo más silencioso que pudo hasta que escuchó el sonido del auto arrancar y el olor del alfa desaparecer.

Finalmente llego a casa, lavó su rostro y aplicó un algodón con alcohol sobre sus heridas. Cuando vió su reflejo, las lagrimas brotaron ya que tenia la rostro lleno de moretones y ni hablar de su cuerpo. Odiaba esta situación pero nunca sabría por que a él le pasaba esto. Se observó un poco más y se dió a si mismo una pequeña sonrisa mientras comenzaba a bajar por un aperitivo.

Al menos mañana no esperaba ser el principal blanco de los alfas, era el cumpleaños de Nanon, y él iba a ser el centro de atención.

Se sirvió solamente un vaso de leche chocolatada pues su apetito se había perdido hace mucho, pero sabía que tampoco podría dejar de ingerir alimentos, él de por si era débil, sus huesos eran frágiles por lo que sus rupturas eran un poco frecuentes. Suspiró entrando a su habitación, y recostándose cerro los ojos buscando dormitar un poco.

Se sirvió solamente un vaso de leche chocolatada pues su apetito se había perdido hace mucho, pero sabía que tampoco podría dejar de ingerir alimentos, él de por si era débil, sus huesos eran frágiles por lo que sus rupturas eran un poco frecuentes. Suspiró entrando a su habitación, y recostándose cerro los ojos buscando dormitar un poco.

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Los ojos de Nanon se abrieron sorpresivamente al escuchar los cantos de su familia.

—¡Feliz cumpleaños, Nanon!—. Todos gritaron al finalizar la canción.

—Hoy es el día muchacho—. Habló su padre. Toda su familia estaba emocionada, el primer primogénito alfa que iba a encontrar su pareja, y a Nanon le picaba el cuerpo de los nervios.

***

Nota: Perdón si a veces ven el nombre de Pluem, lo que pasa es que iba a usar ese nombre en ves del de First, pero simplemente decidí reemplazarlo por que aunque parece que coquetea con Chimon, siento que es un cariño más fraternal

Mi frágil omega. ♡ 《Namon》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora