No comprendo el cómo te quiero cerca, cuando lo único que tenemos en común es la muerte, está que se quedó atrapada en la oscuridad de una canción sin escuchar; mis alas están rotas, no puedo seguir arrastrándote a esta tumba que cuido como si tuviera remedio, he tratado de pintarla pero su color muerto regresa una y otra vez, solo escucho en la oscuridad pedazos de mí que caen y se pierden en la habitación que una vez habitamos, no sé qué pienses pero mi corazón esta dejando de retumbar, es lo único que puedo escuchar; ya no se distinguir la sangre del agua son tan similares, tengo una coreografía sin terminar, una vida que terminó entre párrafos y funerales que despertaron partes de lo que fui y ahora me acorralan y enredan con cuerdas de un violín descompuesto, ¿cómo quieres que siga caminando si he deseado que me asesines?, no sé si lo hiciste para poder tener la sensación de sentirte de nuevo viva, pero mientras tu despiertas de tu primera muerte yo me quedo entre chorros de agua que resbalan por un acantilado, regando las flores de un jardín que no florecerá más, llegando hacia una tumba en el olvido cuyo guardián se cansó de cuidar.
Me he cortado las encías de tanto tragar lo amargo de los días, he sentido la soledad en su máxima expresión, no reto al destino al pensar que sería peor porqué sería como un hechizo para que las nuevas tragedias llegaran a mi puerta y dejarán un ramo de flores, tal vez sea capaz de verlas de frente olerlas, obsequiárselas a mi tumba; mis peores partes pelean por tomar el control en una oscuridad, en la que no tiene sentido que parte de mi ha muerto y que parte se perdió, simplemente quedaré como una canción sin nombré, quisiera poder quemar tus cartas pero estás fueron escritas en el aire, las dejaste guardadas como recuerdos imposibles de borrar, no tiene sentido si quiera pensarlo, esto parece una escalera infinita de gritos rotos, ya no creo, solo dejo que las horas me consuman, me lleguen hasta lo profundo de mi ser donde se plasma un alma que resuena o quizás ya dejó de latir y de volar, todas sus plumas se han caído y han sido olvidadas como tú que ahora eres como agua derramada que se seca con la brisa.
Estoy cansada de que intenten revivirme, no creo se den cuenta de que lo que está en frente de ellos no es más que un cadáver con un olor insoportable, que se despedaza cual carne podrida, dejen de cubrirlo con olores fabricados, quisiera que algún día se enfrentaran a ese olor y vomitaran cada palabra mal dicha, cada mala mirada, solo quiero bajarme de este sube y baja, estoy cansada de esperar a que terminen el juego, no tengo porque quedarme sentada a que alguno de nosotros lo haga.
Estoy harta de cuidar el brillo de mis ojos y uñas, quiero mostrar la mugre que han cargado por años aquellas lagañas que se ocultan con un maquillaje llamado sonrisa. He firmado mi carta de renuncia y el pagare de mi funeral, ya ni siquiera puedo ver mi reflejo, estoy justo en el fondo del océano reclamando algo que nunca me perteneció.
Déjame saltar al vacío, terminar con estas tristes palabras que escribo como si fuesen garabatos de un niño, ya he muerto demasiadas veces, ¿por qué no acabar de una vez por todas?, ¿Acaso escuchas mi corazón?, exacto ya no late ni por ti, ni por nadie, está vacío, la sangre ha sido derramada, he desatado demasiados lamentos, debes de estar cansado yo lo estoy, esto ya no se arregla con una siesta, mis ojos ven borroso, ni siquiera puedo ver el número de mi turno en el pasillo, si quieres matarme hazlo de una vez o déjame saltar hasta lo que todos temen que es su primera muerte, aunque sea la última para mí.
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nota sin titulo
Poesiapoemas cortos dirigidos a lamentos, causas efímeras de un suspiro arrastrado por el viento cuyo fin no esta escrito, o cuyo final no se quiera escribir