El reclamo de una princesa: Resurrección

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"La guerra nunca cambia" , esa frase pudiese ser muy ñoña o friki, pero para los miembros de una organización de mercenarios, era una frase representaba si trabajo, en especial en el años del 2150, en donde las guerras era el pan de cada día, siempre había un país que luchaba en contra de otro. Este ambiente era la consecuencia de las malas políticas de los gobiernos, respectos a los recursos naturales y a los territorios, esto se hizo más evidente, cuando en el 2045, dos de las más grandes potencia del planeta, declararon una guerra, en las cuales se utilizaron armamentos nucleares, pronto varios países se unieron a la guerra.

La guerra duró seis años, y causó un gran daño ambiental, puesto que se utilizaron armas nucleares, y también otros tipos de artefactos militares, que alteraba el ambiente de un lugar, haciendo que estos sitios, no fuese habitable para el set humano. Cuando termino la guerra, se mantuvo una tensa paz. A parte de la consecuencia medio ambientales, surgieron otras consecuencias, como la aparición de nuevos países, y la desaparición de los viejos, además de que estos países, reclamaban los territorios de los viejos, y nuevos conflictos bélicos no se hicieron esperar.

En el nuevo contexto bélico y caótico, es que los mercenario, cobraron gran importancia, ya que los nuevos países al carecer de un buen ejército, contrataban a estos hombres armados, que viendo la oportunidad crearon sus propias compañía mercenaria, las cuales trabajaban para el mejor postor. Alexander Salvatore, nacido en el país de la Nueva Roma, es uno de los líderes de una organización de mercenario, famosa por haber ganado todas sus batallas, gracias al liderazgo de el y de otros líderes que comandaron la compañía antes que el.

Aquel día del año 2150, era un típico día de trabajo para Alexander Salvatore, y sus compañeros, había atacado la base de uno de su enemigo, y había disparado a todo estos tipos, pero algo no había previsto el militar, que sus objetivo, había desarrollador unos trajes que hacían invisible a sus usuarios. Unos de los usuarios, de los trajes invisible, se acercó al militar, sin se desatado y le disparo a Alexander, que le estaba dando la espalda.

El militar del traje de invisibilidad, se hizo visible, luego se acercó a Alexander y tomó su arma, pensando que su enemigo estaba muerto y llamó a su superiores, después guardo su comunicador, iba acabar con los invasores, pero Alexander, que aún estaba vivo, se levantó con dificultad, elevó su mano izquierda, he hizo que la arma que le había quitado, volviese a sus manos, esto sorprendió a su enemigo.

—¿Eres... un post humano?—Pregunto el hombre a Alexander.

Alexander, se quedó callado, mientras apuntaba su pistola hacia el hombre, que volvió a disparar, pero un campo de fuerza, detuvo las balas del soldado, entonces el mercenario, le disparo a su enemigo, que murió, al recibir los disparo del militar. Alexander, al ver a su enemigo en el suelo, se acercó a su cuerpo, mientras sostenía sus manos en la herida, entonces apuntó su arma a la cabeza de su oponente y le disparo.

—Si, soy un posthuamano, pero al fin al cabo solo un mortal—Alexander, le respondió al sujeto y se sentó al lado de su enemigo—Sabes, en otra condiciones, tal vez nos podíamos llevar mejor, pero en estos tiempo, el mejor aliado siempre será el arma en tus manos, ¿sabes que son los posthumanos?.

Los posthumanos, aparecieron hace unos cincuenta años, el primero de estos humano, fue un experimento que se creó para fines bélicos, pero el experimento se escapó, y pasó lo que debía de pasar, se enamoro de una humano, se acostó con ella, y esta tuvo una descendencia que heredó los genes del posthumanos, y después de varios años, los post humanos, se reprodujeron, pero aún son unos cuantos.

—Sabes, mejor me callo, no soy bueno para contar historia, tal vez esa no sea la verdera historia, ya que es algo ridícula, yo no sé de dónde se originó mi especie, pero no importa, aún me considero humano—Terminó de explicar Alexander, que respiro hondo, tomó un cigarrillo que tenía en el bolsillo de su ropa y agrego—Tal vez, este sea mi último...

The crown of queen: Long live the queenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora