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Hace tres días Mark se había marchado.
Dos días después de que Jinyoung le contara todo.

BamBam se quedó en Nueva York debido a su trabajo con el cual, por causa del destino, tenía que ver con un cantante para el que Yugyeom trabajaba como su coreografo, así que coincidieron en ello.

Él y los chicos habían intercambiado números para no volver a perderse, no querían estar separados otra vez. Menos ahora que sabían de la existencia del pequeño Hyunjin.

La campana del kinder había sonado y los niños salían de sus aulas, emocionados por haber terminado otro día de escuela.

Jinyoung se reuniría con alguien especial ese día. Son Hyunwoo.

Su relación con Hyunwoo era complicada, empezaron a ser amigos, él siempre lo ayudaba y era alguien incondicional.
Hyunwoo trataba siempre de hacer que Jinyoung lo viera como más que un amigo, porque estaba profundamente enamorado de él.

Habían salido a varias citas y de hecho, una vez durmieron juntos hace un año. Esa fue la única vez que pasó y Jinyoung no creía que fuera a pasar otra vez, por más que quisiera quererlo de otra forma, no podía.

No era capaz de amarlo.

No todavía.

Mientras que Hyunjin algunas veces parecía que creer que era su padre y lo trataba como tal.
Adoraba a Hyunwoo y él siempre lo consentía como si fuese su propio hijo.

Jinyoung iba camino a traer a Hyunjin a su salón pero vio a Hyunwoo caminando por el pasillo hacia él con el pequeño en sus brazos.

—¡Papi! ¿Iremos a comer con Hyunie? —Exclamó el niño emocionado.

—Así es, bebé —Respondió y vio a Hyunwoo con una sonrisa—Hola, cariño. —Dio un beso en su mejilla rápidamente.

—Hola, precioso—Le sonrió— ¿listos para ir a comer?—Exclamó en tono divertido para sacarle una sonrisa a Hyunjin y ponerse en marcha.

—¡Sí!—Respondió feliz el niño.

—Después iremos al parque de diversiones para que tengas un buen rato Hyunjinie—Le dijo al niño—Así le podré comprar a tu papi muchos chocolates y peluches para demostrarle cuánto lo quiero.

Jinyoung se sonrojó y le dio un leve golpe, Hyunwoo sólo le sonrió maliciosamente y le guiñó el ojo.

—¡Genial! ¡Yo también quiero peluches! Quiero juguetes, palomitas, algodón de azucar...

Hyunjin no terminó de hablar ya que su padre se había detenido repentinamente.
Jinyoung recordó que había dejado su billetera en el salón donde impartía clases.

—Bebé, esperen un momento, dejé mi billetera en el salón, ya regreso—Dijo mientras se alejaba hacía su salón.

—Está bien, aquí estaremos, ¡no corras! —Gritó Hyunwoo pero ya era tarde Jinyoung fue corriendo a traer su billetera. Rezando que el objeto todavía estuviese en el lugar donde lo olvidó.

Por suerte, todavía estaba ahí, en su escritorio.

Después de meterla en su bolso del pantalón, salió del salón para dirigirse donde había dejado a su amante y a su hijo. Bastante aliviado.

Mientras se acercaba a ellos estuvo a punto de decir sus nombres, pero unas voces lo detuvieron.

—Amigo, si buscas a tu hijo, tienes que recogerlo en su salón, aunque ya es un poco tarde, sonaron la campana hace unos minutos—Escuchó la voz de Hyunwoo.

Face ; jjpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora