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Era el día de su viaje al fin.

Estaban a punto de volar más de quince horas hacia Tailandia.

Cuando Jinyoung le contó a Yugyeom su decisión de aceptar ir con Jaebeom, obviamente no estuvo conforme, incluso trató de persuadirlo para no que no fuera, pero no triunfó.
Hyunwoo en cambio fue más comprensivo, sabía que sería divertido para Hyunjin y tenía que aceptarlo aunque el hombre que estuviera a su lado fuera un completo idiota.

—De todos los lugares...¿Por qué elegiste Tailandia? —Preguntó  Jinyoung mientras se acomodaba en el asiento junto a Hyunjin, Jaebeom estaba al lado de la ventana, en medio su hijo y al lado del pasillo estaba él.

—BamBam me ha prestado su casa miles de veces—Respondió el mayor —Además, es un buen comienzo para los viajes que Hyunjin hará—Se acercó a él sonriendo, el pequeño que estaba jugando con su pequeña consola, asintió—Aunque, sabes que podría comprar una casa en Tailandia si yo lo quisiera, verdad?

—Basta, Jaebeom—Reprendió Jinyoung—Me parece bien donde nos quedaremos ahora.

Jaebeom sólo lo miró algo sorprendido y no respondió, sólo se acomodo bien en su asiento con cara seria. Jinyoung trataba de actuar normal, pero después de lo que había pasado la noche del sábado, seguía con los nervios de punta.

El viaje transcurrió con tranquilidad, los dos adultos cuidando del pequeño, alistandolo para dormir siestas  o jugando a ratos con él. A veces Jinyoung tomaba su tiempo para una siesta o leer alguna revista y a veces lo hacía Jaebeom.

...

Pasadas las quince horas de vuelo más largas del mundo, llegaron a su destino.

Bajaron las maletas y salieron del aeropuerto con un Hyunjin muy emocionado. Contrataron al chófer privado de BamBam para que los llevara a su casa. Todo el camino los el niño y Jinyoung miraron por la ventana admirando el paisaje, Jaebeom había estado ahí muchas veces por lo que no había nada que lo impresionara.

—¡Papis, miren! ¡Un elefante!—Dijo Hyunjin señalando fuera.

—¡Woaah! ¿Quieres subirte en uno de ellos después?—Le preguntó Jaebeom mientras lo sostenía en sus piernas.

—¡Sí! ¡Si quiero!—Respondió el pequeño feliz. Jinyoung miró con una sonrisa esa hermosa escena.

—Por favor déjenos en aquel restaurante de la esquina—Indicó Jaebeom al chófer.

—¿Qué? ¿Por qué nos bajamos aquí?—Preguntó Jinyoung sorprendido y frunciendo el ceño.

—Aquí comeremos—Respondió bajándose del auto junto con Hyunjin y luego bajó Jinyoung.

—Jaebeom—Llamó algo confundido—¿No crees que deberíamos descansar?Digo, ha sido un vuelo largo.

—Creo que hemos dormido lo suficiente para soportar el jet lag y dormir a la hora que es aquí, vamos a desayunar—Explicó el mayor tomando de la mano a Hyunjin e introduciéndose al restaurante.

Jinyoung sabía que Jaebeom podría tener razón pero estaba algo cansado.
Jaebeom por su parte quería hacer cosas buenas por Jinyoung, hacerlo sentir feliz, claro, después de haber hecho un infierno su vida y no haber estado ahí los días más importantes de su hijo.

El lugar era muy lindo y lujoso a pesar de estar dentro de una selva, todo se veía lindo con sus pisos de madera y la vegetación a todos lados.
Jinyoung eligió un lugar fuera de la cobertura del techo al lado de las plantas.

—Es lindo—Dijo el menor viendo el lugar.

—Lo sé.

—¿Ya habías venido aquí?—Jaebeom asintió.

Face ; jjpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora