×12×

6.4K 377 42
                                    

ROSIE

Ni siquiera había amanecido y Geremy estaba del otro lado de mi puerta golpeando hasta cansarme para que le abra.

-Deja de golpear, intento dormir- no lo entiendo, peleamos y luego viene a las cinco de la mañana a mi habitación.

-No me interesa, abre- lo escuché suspirar, no sé si estaba cansado de mi o de la situación -Necesito hablar contigo, deja de ser infantil.

Un poco enojada me levanté de la cama y abrí la puerta, del otro lado había un Geremy semidesnudo, el cabello despeinado y una sonrisa que me hacía olvidar el por qué de mi enojo.

No sé qué estoy diciendo, es un idiota.

-¿Qué quieres?- no voy a negar que me da intriga saber por qué tiene tanta insistencia en hablar, tal vez quiere disculparse.

-Estuve pensando en la pelea que tuvimos anoche y recordé que querías aprender a usar un arma- tenía una sonrisa maliciosa en su rostro -Se me ocurrió una gran idea.

No entendía nada de esta conversación, aún no logró descifrarlo y el horario no ayudaba mucho.

-Deja el suspenso y habla, si no, prefiero seguir durmiendo.

-Quitate ese pijama tan bonito, si quieres puedo ayudarte- lo miré de muy mala manera -Bueno, también puede esperarte abajo, vamos a dar un paseo.

No sé si tiene memoria a corto plazo o si está jugando conmigo.

-Contigo no voy a ir a ningún lado- puso sus ojos en blanco -¿Acaso no recuerdad que no me interesa hablar contigo?

Cerró sus ojos, respiró profundamente y se acercó a mi.

-Rosie, amor mío, intento arreglar las cosas y quiero mostrarte por todo lo que yo pasé para que veas que que todo esto me lo gané y que gracias a esto pago tus hermosas carteras Hermes, Louis Vuitton y toda esa mierda.

Resignada, acepté.

-Está bien, enseguida bajo.

-Ponte ropa cómoda.

Besó mi mejilla como si fuéramos mejores amigos y fue a su habitación, imagino que va a vestirse, no creo que vaya sin nada.

Aunque no sería mala idea.

Sacando esos pensamientos fui a mi vestidor y me puse ropa deportiva, unos leggins, un top y un abrigo porque a esta hora hace mucho frío.

Arreglé un poco mi cara, mi cabello y bajé.

Fui a la cocina y lo encontré con un pantalón chándal negro y una remera blanca apretada al cuerpo.

¿Éste hombre es real?

-Te hice un batido de frutas- se quedó varios segundos observando mi rostro -¿Te pusiste maquillaje a las cinco y media de la mañana?

Yo reí y él negó con su cabeza.

-¿Que? Tengo ojeras.

-Nunca dejas de sorprenderme niña.

Desayunamos en silencio, no fue incómodo pero creo que las cosas están un poco raras desde anoche.

Al terminar fuimos directo a su auto y este silencio ya me estaba agotando.

-¿Qué vamos a hacer?- pregunté impaciente.

-Vas a aprender a disparar, vas a aprender a defenderte, no siempre voy a estar cerca de ti para protegerte- no voy a negar que me asusta pero emociona la idea.

CAÓTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora