3.Lluvia

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CAPÍTULO 3:

-En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser. -William Shakespeare








Después de salir del shock, fingí no conocerlo, me disculpe he intente salir de allí lo más rápido possible. Con paso firme, espalda recta y mirada al frente...Mi huida estaba siendo todo un éxito hasta que me tambalee y caí al suelo, se me acababa de romper el tacón y me dolía el trasero como el infierno. El mundo me odiaba.

Cuando me dispuse a levantarme una mano me sujetó del brazo con delicadeza ayudandome, al ver quien me estaba ayudando casi rompo a llorar. Ya había sido lo suficientemente vergonzoso lo de esta mañana más lo de la bebida como para que ahora hubiera visto como me caia y lo peor es que una sonrisa burlona adornaba su rostro.

Ignorándolo completamente me quite los tacones y me apoye a la pared, aun estaba algo mareada y ya era muy tarde, necesitaba encontrar a las chicas.

-¿Necesitas ayuda?-por su tono de voz, cualquiera hubiera pensado que estaba preocupado claro, eso si no fuera por esa estúpida sonrisa en su rostro.

-No gracias.- mi voz cortante y fría era más que sugerente, pero el idiota no pareció darle importancia porque a cada paso que daba me seguía. Estaba molesta, muy molesta asi que aun apoyada en la pared me giré para encararlo.-Deja de seguirme.

-No te estoy siguiendo, casualmente estamos yendo en la misma dirección.-dijo y siguió andando hasta quedar frente a mí, despreocupadamente.

-Vale, pues sigue con tu camino yo me quedo aquí.-tras decir eso me fije en nuestro alrededor y vi un banco cerca, me dirigí hasta el y me senté. Casi al instante suspire aliviada, mis piernas dolían demasiado ya no podía seguir de pie ni un segundo más. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi pie derecho sangraba y tenía un pequeño corte en el lateral de este.

-¿Te duele?-al escuchar una voz grave tan cerca de mi y sentir una mano apretar con fuerza mi hombro, salte estrepitosamente levantándome del banco, mi respiración estaba algo agitada eso me habia asustado.-Oh...Lo siento no quería asustarte.-no me lo puedo creer, NO ME LO PUEDO CREER!!!

-¡Te estas riendo de mí!?- no espere a que respondiera y me abalancé hacia él, me las iba a pagar. Estaba enojada con Killen, conmigo misma y con el mundo. Sentía que nada valía la pena, que yo no valía la pena. Todos mis sueños, mis metas, mis logros se habían desmoronado en un solo dia...El dolor de mi cabeza iba aumentando y todo a mi alrededor se estaba desvaneciendo, hasta que de pronto todo se volvió negro.

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Hasta hace unos minutos estaba durmiendo plácidamente y aunque ahora intentaba volver a dormir no lo estaba logrando.

Me pesa todo el cuerpo, pero sobre todo me duele la cabeza, es como si hubiera una revuelta dentro de esta, se siente espantoso. Me urge un paracetamol y con esa idea en mente decido levantarme.

Intento levantarme, si intento levantarme, porque hay una mano abrazándome por la cintura quitándome movilidad. Una mano fuerte y grande, pero eso no es posible las manos de Eleanor son delgadas y sin fuerza y ella es la única que me abraza por la cintura, a no ser que termine pateandome para quedarse con la cama entera.

Esta vez decidí girarme para comprobar quién me estaba abrazando, cuando me muevo escucho un sonido de queja y me apretujan con fuerza.

Obviamente esta no es Ely, empiezo a alterarme y mi corazón se acelera.

Celia ZhermackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora