Capítulo 3

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No puede parar de pensar en él. Después de clases se dispone a ver como viene con su amigo o solo a escuchar música. Aprendió que le gusta mucho el chocolate amargo y que su color favorito es el negro.

A Nate le gustaría por primera vez poder presentarse a él y empezar a ser amigos.

Pero es imposible que se pueda acercar a el. Ni si quiera es capaz de salir y dar un paso por su cuenta.

Ahora mismo está solo allí. Si va, podría hablar con el.

Pero por mucho que él quiera hacerlo, se siente incapaz de poder realizar una acción tan sencilla como salir por la puerta de su casa, girar la esquina, y entablar una conversación con él. Es algo que mucha gente puede hacer, pero en cambio, una persona de lo más inteligente, es incapaz de poder hacerlo.

Aunque si no lo hace, nunca lo conocerá más a fondo, nunca sabrá que le gusta hacer o si tiene alguna posibilidad con el.

¿Tendrá una?

Lo sabrá si atraviesa esa maldita puerta de color blanca con pomo dorado.

Da un paso...

Otro paso...

Otro más...

Consigue llegar a la puerta y poso mi mano en el pomo.

La giro sutilmente...

-¡No puedo!-.

Se va corriendo a su habitación y aplasta su cara contra la almohada. Lo gracioso es que por aquí puedo verle también, la ventana de mi cuarto da dirección al parque, pero pasa, no le apetece verlo, no es digno de ver algo que no soy capaz de observar, esa belleza se escapa de sus posibilidades.

No puede...

-Ey niño, ¿Estás bien?-.

Le estaba a punto de dar un maldito infarto, esa voz..., ¿Debería hacerse el dormido?, ¿Qué debía decirle?...

Sólo asintió sin tener el coraje de mirar atrás para poder observar su bello rostro de más cerca.

-¿Seguro?-.

Volvió a asentir, y notó como se alejaba.

Él empezó una conversación...

Mello le habló...

Esto es un gran paso...

[...]

Está allí fuera.

Vamos Nate, es girar el pomo y echar la puerta hacia atrás.

...

Ya lo has girado, ahora, ¡Échala hacia atrás!..

-¡Hm!-. Se fue corriendo a su habitación de nuevo y lo vio allí otra vez, riendo y jugando con Matt.

Matt.

Matt...

¡Matt!, Es posible que si se acerca a Matt primero, pueda conocer a Mello después, y sin tener que salir de casa.

[...]

Matt está en el parque, esperando a que Mello venga, es su oportunidad, no la puede desaprovechar...

Pero es que no puede...

¡Vamos Nate, hazlo!

-Pstt-. Llamé, pero se dio cuenta de que no era la forma así que se agachó antes de que le viese.

Después de unos segundos se levantó de nuevo.

-E-Ey-. Dijo mirando al suelo.

-¿Me llamas a mi?-. De pronto, Nate tuvo la sensación de que era un chico muy amable.

-S-Si-. Se acercó a la ventana.

-Dime-. Se quitó un auricular que llevaba.

-Me..., Me llamo Nate-.

-¡Oh!, Encantado yo me llamo Mail-. Le señaló su mano para que la aceptase, no la podía rechazar aunque no le gustase el contacto físico, así que la aceptó.

-¿Estás bien Nate?, Te noto muy rojo-.

-N-No ocurre nada..., Es habitual-. Nate pensaba que nunca había formulado tantas frases.

-¿Seguro?-.

-S-Si-.

-Oyeee, ¿A que instituto vas?-. Me preguntó, creo que se dio cuenta, es muy listo.

-A ninguno...-.

-¿Te dan clases particulares verdad?-. Preguntó.

-S-Si-.

-A que lo adivino, tienes una incapacidad que te hace ser así de vergonzoso con las personas-. Le dijo a Nate con una enorme sonrisa que le prosperaba confianza.

-...-. Nate se quedó callado.

-Estudio psicología, aunque lo que realmente quiero es informática pero..., Mis padres dicen que no tiene futuro y que mejor haga esto, aunque se le pilla el tranquillo fácil eh-.

-Hm...-.

-¿Y por qué alguien así se presentaría a alguien?, ¿Quieres algo?-. Este chico es tan listo que a Nate le daba miedo.

-Emm-. El sudor corría por su frente y cada vez estaba más rojo, lo notaba por el color de mis manos.

-Si se me presenta alguien es por querrá algo..., No creo que sea algo de mi por qué será más vergonzoso así que querrá algo que le puede dar la otra persona que ds vergüenza pedir por si mismo..-. Empezó a deducir en voz baja.

-...-.

-¡Ahh!, ¡Tu lo que quieres es a Mello!-. De pronto, Nate vio al rubio andar por detrás y cerró la ventana rápidamente.

[...]

-¿Matt?, ¿Hablabas con el niño de la casa?-. Preguntó el rubio.

-Seh-.

Después de estar todo el rato con Mello, Matt decidió coger una hoja de su libreta de su mochila, y antes de irse a casa, apuntó su número y lo pasó por debajo de la ventana de Nate.

[...]

El albino vio como caía un papel, así que lo cogió.

"Llamame y hablamos sobre la rubia cañón".

Adjuntaba su número de teléfono en la nota, no tardó en escribirle.

[...]

Tú: Si lo deseas podemos entablar una pequeña conversación sobre Mello, pero solo lo permitiré unos cuántos minutos

Matt: ¡Lo sabía joder!. te puedo aconsejar mucho sobre mi amigo si te interesa

Tú: Gracias, ahora, hablemos de Mihael...por favor.

Matt: Mae mía ze zabe hazta zu nombre de verdá

Tú: WTF

💖~El Chico Del Parque~💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora