Capítulo Cuatro

50 7 0
                                    

Anteriormente...

-Tengo hambre- respondió sin siquiera voltear

Hinata quedó varios segundos inmóvil, estudiando esas palabras.

Tenía hambre? Y eso a ella que le importaba? Además, porque estaba entrando a s..u…cas...

Alzó la cabeza justo en el momento en que él llamaba al timbre. Sus ojos se abrieron como platos cuando la puerta se abrió y asomó su hermana pequeña.

La nombrada se asombró y llamó a sus padres, que se acercaron corriendo y se quedaron boquiabiertos; tras unos segundos, le sonrieron y le indicaron que pasara.

Ahora era ella la boquiabierta.

Naruto había entrado a su casa?

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Esto no podía estar pasando.

Hinata alzó la mirada hacia el tipo que, sentado en el sofá de su casa, comía una gran variedad de platos que, sin saber cómo, su madre había preparado en un suspiro. La pequeña mesa situada delante del sofá estaba llena de los mejores platos que su madre preparaba en ocasiones muy especiales. Porque los había preparado?

Acaso su madre veía a Naruto como "alguien" especial?

-Está muy bueno- dijo Naruto, con un buen trozo de carne que sujetaba sobre el bol de arroz.

Hana miró a su marido, sonriendo; Hiashi asintió y volvió a mirar a Naruto. Hanabi, sentada en una de las sillas de la cocina que unían ésta con el salón, observaba atónita a Naruto.

Hinata suspiró, frotando su sien.

Cómo había permitido que entrara..?

-Tengo hambre-

Fue lo único que dijo antes de desaparecer por la puerta de su casa y antes de que ella se diera cuenta. Cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. Y además, como echar a alguien que su familia, por más extraño que le pareciera, adoraba como si de un dios se tratase? Solo era un chico, una persona normal y corriente- bueno, corriente no- pero al fin y al cabo, una persona, que por su dinero se creía el rey del mundo. Una persona que andaba humillando a los demás, que muy pocas veces respetaba y que para colmo, se encargaba de los problemas económicos de su familia.

Cómo había llegado a eso? Oh si, ya recordaba. La tarjeta roja, los insultos…Suspiró agotada. Se arrepentía de aquel momento cada segundo de su vida. Si tan solo hubiera mantenido la boca cerrada, sin tan solo pudiera echar el tiempo atrás y empezar de cero…

-Es un placer tenerle con nosotros está noche, Namikaze-san- saludó Hiashi, siempre con su rostro serio-Le agradecemos de todo corazón lo que está haciendo por nosotros- hizo una inclinación con la cabeza.

-No es nada- respondió él, agarrando un buen trozo de pescado. Hinata entrecerró la mirada sobre él.

-Por supuesto que sí-y miró a Hinata- el que haya aceptado a nuestra hija como su…-examinó el traje, provocando que Hinata se sonrojara- si no hubiera aceptado a nuestra hija, nos veríamos en la terrible situación de mudarnos a un apartamento más pequeño.-

Chicos antes que Flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora