La RFA nunca se dio por vencida en ningún momento, tras realizar con éxito un par de fiestas, decidieron que sería hora de traer a sus filas un nuevo miembro. Luciel sería el encargado de realizar esta misión, ¿Qué pasara entre nuestros protagonista...
Al quedar frente a frente con la chica, no pudo hacer más que dedicarle una sonrisa e indicadorle en donde podía sentarse; comenzó a hablarle de la organización.
-Nos dedicamos a organizar fiestas cada dos años, hemos echo dos en los últimos cuatro años y el objetivo es recaudar dinero para caridad, por lo que se ponen a la venta fotografías de uno de nuestros integrantes-.
Después, la mesera tomó su orden y pidió.
-Un expresso por favor-.
Habló para que después esta se fuera y pudiera continuar.
-Seguiré. La razón por la que nos detuvimos fue porque una de nuestras miembros se ha ido y era quién organizaba las fiestas-.
Aquello lo recordó con melancolía y después bajó levemente la mirada; aún extrañaba a la rubia.
La gente pasaba a su alrededor, algunos tomando asiento y otras pasando de largo.
El clima era agradable, ni muy caluroso ni frío; así como también el día se volvía cada vez más tranquilo y acogedor, teniendo un ambiente tranquilizante para los dos.
-¡Entonces!-. Soltó mientras estiraba sus brazos, haciéndolos hacía delante.
-¿Te gustaría unirte?-.
Fijo su mirada en la chica que tenía frente a él, impaciente por recibir una respuesta positiva.
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