Cap3- El cambio

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Esa mañana las flores no olían como siempre, las aves no cantaron como solían hacerlo, todo parecía haber entrado a un estado casi estático y sombrío.
Encerrado en aquel cuarto en penumbras permanecía el que alguna vez fue el ser más dulce y tierno de esa casa... en silencio sentado en un rincón abrazado a sus piernas pegadas a su pecho, empapado en sudor por la adrenalina que le provocaba pensar en lo que acababa de hacer, en su interior todavía no llegaba a salir de su asombro por haberlo logrado, sonreía y soltaba una pequeña risa nerviosa de a ratos casi satisfecho de su hazaña sin imaginar que ese sería el principio de un abrupto final  inesperado.

Las horas pasaron y cerca del mediodía tomó  coraje y decidió bajar al comedor, recorrió la casa pero no había nadie, todos a esa hora estaban atendiendo sus obligaciones... todos menos él que no quiso salir hoy, tomó una ducha y se dirigió a la cocina, luego de un breve asalto a la heladera se sentó a disfrutar su almuerzo cuando sonó su celular, observó de reojo la pantalla sin levantar el móvil hasta ver q era su hermano, fue justo ahí cuando se apresuró a contestar

-H-Hola...-
-¿Adonde estas? te busqué en tu salón pero no estabas, ¿estás bien?- interrogó el mayor preocupado
- Amm... Si, estoy en casa, no me sentía bien hoy y decidí quedarme. ¿Pasó algo?-
- Esto es una locura, encontraron sin vida a Chanbing, la escuela está llena de policías preguntando quien lo vió por última vez con vida...-
- ¿P-pero ya saben qué pasó? ¿quién pudo haber sido?- preguntó algo asustado el pequeño
- No, no creo... aunque solo preguntan pero no dicen nada, no salgas hoy por las dudas, yo voy a tratar de salir enseguida y voy para allá-

El pequeño quedó en silencio casi sin reacción, repasando mentalmente lo que había pasado en la mañana, lentamente dejo el móvil en la mesa y tratando de tranquilizarse se dijo
-Nadie... nadie vio nada, es... es imposible...-respiró profundo- calma...todo esta bien, dijo que ya venía a casa...- una leve sonrisa se asomó en su rostro y sus pequeños ojos brillaron otra vez - d-dijo que no salga, que viene para acá...- su corazon comenzó a latir con más intensidad como si se quisiera salir de su pecho- se preocupó por mi... será que... recuperé a mi hermano?- su felicidad fue tal que lo sucedido parecía haber desaparecido, sintió el alivio que tanto anhelaba, la seguridad que le daba saber que todo sería como antes.
Almorzó entre sonrisas sintiéndose  victorioso de conseguir lo que quería... Tener toda la atención y protección de su hermano.

Ni bien llegó el mayor comenzó a contarle todo lo que había sucedido ese día en la escuela, todo lo que había escuchado y las hipótesis de las que hablaban en torno al horrible homicidio

-... De todas maneras aún no saben quién fue o porqué lo hizo, no tienen nada según escuché, aunque algunos dicen que están viendo similitudes con otros casos pero no saben nada en realidad - contaba el mayor mientras comía lo que le había preparado el menor que lo observaba muy atento, el castaño alzó su vista hacia el pequeño y tomando unos tragos de bebida preguntó
- ¿De dónde venías esta mañana?-
- ah?...amm yo solo salí a caminar un poco- respondió algo incómodo ante la atenta mirada del castaño -...es que reprobé una materia y estaba enojado y no sé, pensé que salir a caminar me iba a ayudar- ambos se quedaron unos segundos en silencio mirándose fijamente...
-Como sea, no vuelvas a salir solo- dijo de repente el mayor levantándose para ir a su habitación
-Pero Tae tengo que salir por la tarde-
-¿Salir adónde?-
- Necesito algunas cosas para un proyecto, voy al centro- el mayor se quedó pensando unos segundos y respondió
-Ok, yo te acompaño- el pequeño no pudo evitar soltar una enorme sonrisa y asentir con la cabeza.
- Avisame cuando quieras ir- dijo el castaño despeinando sus cabellos mientras subía las escaleras bostezando

El pequeño se apresuró a limpiar todo y a hacer la lista de lo que necesitaba, subió corriendo las escaleras y se dió un baño para ya prepararse y salir, no quería irse muy tarde ya que planeaba hacer algunas cosas extras, es que había pasado tiempo desde la última vez que salieron y pensó que no les haría daño hacer unas paradas a comer algo o tal vez a los video juegos.

Una vez listo fue a despertar al mayor que había decidido dormir un momento para recuperar energías...

-Hey! vamos ya estoy listo - el castaño lo miró y siguió durmiendo...- Anda! vamos...- el joven abrió sus ojos y con mucha pesadez se levantó ante la insistencia del pequeño
-Ok, ok ya voy -

Ya en el centro las risas no se hicieron esperar, parecía que el tiempo no había pasado, eran dos niños hablando tonterías y comiendo golosinas entre la gente; sin mucho esfuerzo completaron la lista rápidamente, el mayor sacó su celular del bolsillo y respondió unos mensajes, una leve sonrisa se dibujó en su rostro mientras lo volvía a guardar y miraba presuroso el reloj
-Bueno, ¿ya terminamos?- preguntó
-¿Por qué?... ¿adónde vas?- interrogó con seriedad el menor
-Me esperan en el club pero tranquilo te llevo primero y después me voy-
-No es porque me lleves, se supone que estas conmigo y arreglás para ir a otro lado?- respondió mientras se sentaba en el auto.  Molesto, con esa expresión de enojo y decepción que solo el rechazo del mayor le provoca.
Camino a casa un incómodo silencio los invadió, el mayor lo miraba de a ratos pero el menor solo tenía la vista fija en su ventanilla, su molestia era tan notoria que no hacía falta decir algo. A unas cuadras de llegar el mayor clavó los frenos y dió un golpe al volante
-Ok, no podemos andar asi. Ya hablamos de ésto, no me hagas decir cosas que no quiero-
-No te obligo a nada pero sabes que es injusto lo que haces conmigo - argumentó el menor
-Sabes que n...-
-Ay ya!! ya lo sé! No digas más - interrumpió el pequeño- Pero te equivocas, yo cambié, no soy un niño - sus miradas molestas se cruzaron casi como un duelo Ante la sorpresa del mayor ya que nunca antes lo había enfrentado así, algo era distinto, algo se ocultaba en esos ojos que casi lo apuñalaban impotentes ante su decisión, su respiración agitada y la adrenalina en su voz... algo había cambiado.
Sin dar respuesta alguna el mayor aceleró y cambió el rumbo
-¿Adónde vamos?- preguntó inmediatamente el pequeño
-Vamos a ver que tanto cambiaste- respondió el castaño sin quitar la vista del camino.

El menor no sabía si alegrarse o no ya que no sabía exactamente a qué se refería su hermano, una sonrisa nerviosa se asomaba en su rostro a pesar de la incómoda situación, después de todo ya comenzaba a cambiar el rumbo de las cosas... a su antojo.










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